Por: Ángel Moreta (Autor-Editor)
El presidente Abinader se encuentra sometido a un conjunto de presiones que tienen su causa en la situación de la República haitiana. Son presiones diplomáticas, económicas, geoestratégicas y políticas por la causa señalada. Las presiones constituyen un objetivo claro contra el gobierno dominicano.
Las presiones al presidente Abinader y al gobierno dominicano buscan comprometerlo, más allá de un pacto, pues vienen elecciones nacionales y en definitiva podrían no estar de acuerdo con la reelección del presidente.
Para oponerse a la reelección del presidente Abinader solamente hay que hacer lo que hizo el ex secretario de Estado Mike Pompeo, bastaría con hacer una llamada telefónica diciéndole que Estados Unidos considera que no es conveniente su reelección.
El pro cónsul ex secretario de Estado hizo una llamada telefónica al ex presidente Danilo Medina unos siete meses antes de las elecciones nacionales. El contenido de la llamada fue dejándole ver que no es conveniente que participe de un proceso reeleccionista. A lo mejor, y estamos en un campo hipotético, Estados Unidos lo que busca, es precisamente mantener las puertas abiertas para la misma solución.
En caso de que procedan los Estados Unidos de la misma manera que con Danilo Medina, aunque no hay un Pompeo ni un Danilo Medina, es mantener el temor de una oposición repentina de los dueños de la República Dominicana y demás países del continente, y no quedaría más remedio al gobierno dominicano y al presidente Abinader, que resignar el mandato imperial y aceptar su imposibilidad de ser candidato.
¿Qué es lo que busca o lo que quiere Estados Unidos en el caso de la República Dominicana y Haití?
Pues no sabemos a ciencia cierta, al día de hoy, nada sobre la voluntad injerencista del Departamento de Estado. Suponemos que su primera estrategia fue intervenir en Haití mediante el embeleco de las bandas criminales y sus adláteres Francia y Canadá. Un segundo aspecto seria intervenir desfachatadamente como ya lo hizo en el 1934 en Haití, en 1916 en República Dominicana, al igual que en 1965.
Pero no sabemos exactamente lo que busca Estados Unidos. Sin embargo, solapadamente existe una injerencia o una intervención en Haití. Pero todavía no se atreven a quitarse la máscara e intervenir abiertamente.
En cuanto a la República Dominicana persigue mantener una presión política para arrastrarla a favor de una posición a favor de un campo de refugiados y de mujeres haitianas acogidas al territorio nacional como refugiadas políticas. Todo esto constituye una hipótesis válida, que puede ser mejorada con el correr de los días, pero en todo caso llevar al presidente a asumir un comportamiento a favor de la intervención en Haití para “ayudar” a la hermana vecina República.
En un caso así, si la República Dominicana no “colabora” con la estrategia estadounidense, aunque no haya un pompeo ni un Danilo Medina, existe la posibilidad de que no le quedaría más remedio de estar consciente de que debe aceptar la imposibilidad de ser candidato o en todo caso, colocar dificultades para mantener su “colaboración” y su arrodillamiento.
Pero nada de esto podría ocurrir si el presidente Abinader se mantiene permisivo y obediente. Caso contrario, no podemos encontrar otra actitud que no sea la llamada de Pompeo, pues no tiene fuerzas ni potencialidad para rechazar la imposición del imperio norteamericano.
En otras palabras, la alternativa de ser o no ser. En el primer caso estamos hablando de una “rebeldía”. En el segundo caso estamos hablando de un no ser, que es equivalente a aceptar las condiciones del Departamento de Estado.
En el primer caso tendría que asumir una respuesta multilateral o plurilateral. En el segundo caso, tiene que someterse a seguir siendo seguidor y compromisario de un mundo unilateral.
Esto último lleva a abrir una amistad orgánica con Rusia, China, Vietnam, Cuba, Venezuela, Brasil, Irán y otros países representantes del mundo multilateral. Y con esto estamos hablando de la posibilidad de un golpe de Estado o de penalidades, castigos y medidas unilaterales.
Esto se debe a que la intervención de 1965 ya la República olvidó esa agresión a la soberanía y a la dignidad del pueblo dominicano. en este caso las empresas multinacionales que pululan en el territorio nacional, siempre traidoras y desleales, se harían dueñas del mínimo grano de oro, de la mínima porción de bauxita y de todos los otros minerales de la República Dominicana.
Recordando la llamada de Pompeo
La gente ya se olvidó de la llamada telefónica del pro cónsul Pompeo al ex presidente Medina, mediante la cual le pidió en nombre del Departamento de Estado, que no se presentara a elecciones nacionales en 2020. Y Danilo Medina obedeció al imperio estadounidense. Es obvio que así sucediera porque somos el patio trasero de Estados Unidos y demás potencias occidentales europeas.
Pero así puede ocurrir con Abinader, presidente de la República Dominicana. Obviamente es un chantaje claro y cualquier candidato puede ser aniquilado por cualquier desiderátum imperial. Descaradamente, claramente, de manera contundente.
Y entonces viene la alternativa: o te pliegas al mandato imperial o te llevamos a no ser el candidato que tú quieres ser.
Esta es la estrategia de cómo tratar a un presidente democráticamente electo. Esa es la democracia y violar la soberanía a través de esa democracia y en nombre de ella. Por tanto, tiene que mantenerse callado y obedecer al mandato imperialista, insolente mandato que no reconoce la soberanía y la dignidad de un país.
¿Soberanía? Esta no importa, somos nosotros los que elaboramos y construimos el lema “América para los americanos”, en 1823, justamente cuando América del Sur y el Caribe luchaban contra la prepotencia imperialista grosera. Claro está que son los EU quienes dicen lo que debe hacer y no hacer con las decisiones del pueblo dominicano. ellos hablan por nosotros.
“Nosotros los Estados Unidos invadimos República Dominicana en 1965; luego nos quedamos en territorio nacional hasta hoy. Hoy continuamos mandando y explotando los recursos naturales, y mañana también”.
Así habla el Departamento de Estado. Un día serán derrotados cuando los pueblos Latinoamericanos despierten del sueño vil.