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La “puñalada trapera” de las troikas haitianas a la República Dominicana

Written by Angel Moreta

Por: Angel Moreta (Autor-Editor)

 

En fecha 27 de abril 2021 la cancillería dominicana mostró oposición a las actuaciones irregulares en territorio haitiano que están afectando el curso del rio masacre, específicamente la construcción de un canal de riego ubicado entre la pirámide 13 y 14 de la línea limítrofe, ya que según estudios realizados dicha obra tendría un impacto negativo en el curso de dicho rio.

En esa misma fecha la cancillería solicitó al gobierno haitiano detener o paralizar de manera inmediata cualquier trabajo u obra que pudiere afectar el cauce natural del rio masacre, por lo cual solicitó con carácter de urgencia ordenar la restauración a su estado original.

Manifestó la cancillería que el gobierno dominicano espera el “fiel cumplimiento” de lo acordado por ambas naciones en el artículo 10 del tratado de amistad de 1929 que dispone lo siguiente: en razón de que ríos y otros recursos de aguas nacen entre los dos estados, ambas partes se comprometen a no hacer ni consentir ninguna obra susceptible de cambiar la corriente de aquellas o de alterar el producto de las fuentes de aguas.

Pero, en el marco de la Comisión Mixta Bilateral el 28 de mayo 2021, en una reunión celebrada en la cancillería en Santo Domingo, la parte dominicana aceptó firmar un documento en el cual acordaron solucionar el impase por la construcción de un canal sobre el rio masacre y reconoce el derecho de Haití a utilizar las aguas siempre que no involucre un desvió del cauce del rio, lo cual es contradictorio porque ignora que la reducción del volumen de agua tendrá como consecuencia la extinción del rio y, por ende, la extinción del cauce.

Con esta declaración reconociendo el derecho de Haití, según el editorial del Listín Diario del 28 de mayo, los gobernantes haitianos engañaron a la República Dominicana en el seno de la Comisión Mixta Bilateral porque República Dominicana cometió un error de lógica al hablar de todas las cuencas hidrográficas comunes sin exigir la paralización de la obra, ya que la misma la decidió el gobierno haitiano de manera unilateral y sin comunicarlo oficialmente a la República Dominicana.

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No podía la Comisión Mixta Bilateral firmar ese documento porque no exigió la paralización de la obra; esa declaración en el aire favorece exclusivamente los interese de Haití que es la parte del contrato firmado en 1929 que está actualmente violando dicho tratado. Y aún más, pone en juego la soberanía de República Dominicana porque no interpretó como agresión la construcción silenciosa unilateral y el silencio de Haití para con la parte dominicana.

Esa “puñalada trapera” de los gobernantes haitianos, de las troikas haitianas, le permitió en cierta medida la parte dominicana en la reunión de la Comisión Mixta Bilateral del 28 de mayo. Esa “puñalada trapera”, llevó al Listín Diario al día siguiente 29 de mayo a opinar editorialmente de la siguiente manera:

“Haití le ha tumbado el pulso a nuestro país al pulverizar la oposición inicial de la República Dominicana a la construcción de un canal derivador de las aguas del rio masacre, que discurre a lo largo de la línea fronteriza”.

Pero además dicha puñalada fue reforzada por las declaraciones del señor Louis Joseph, Vice Gobernador del Departamento Noroeste de Haití, cuando dijo que la obra se realizaría de cualquier manera, gústele o no le guste a la República Dominicana.

La Comisión Mixta Bilateral, en consecuencia, ha admitido que Haití tiene el derecho de utilizar las aguas de los ríos que se encuentran en la zona fronteriza y a utilizarlas de manera justa y equitativa.

Está claro entonces que la reclamación inicial de la cancillería del 28 de mayo ha sido doblegada. La parte dominicana ha admitido un resquebrajamiento de los derechos soberanos de República Dominicana al aceptar como un hecho consumado la obra secreta y unilateral dirigida a extraerle agua al rio masacre y al mismo tiempo haber aceptado o consentido en el futuro el manejo coordinado de todas las cuencas hidrográficas transfronterizas.

Por tanto, al día siguiente el presidente Abinader restó importancia a las contradicciones de la cancillería al decir en Jarabacoa, respondiendo con ardor a los periodistas que:

“A mí me sorprenden las opiniones de algunos medios de la prensa y de algunas personas que opinan sobre una aprobación o no… pero lo único que se aprobó en esa Comisión fue crear una mesa técnica que va a discutir todos los recursos hídricos de la frontera”.

Es decir, la parte dominicana se fue al error lógico de tratar de una mesa técnica para todos los recursos hídricos de la frontera y no decidió nada sobre el punto álgido que es la construcción de un canal de las aguas del rio masacre.

Se trata de un error colosal pues la reunión fue para tratar el asunto del rio masacre, al llevar la discusión a todas las cuencas hidrográficas se le escapó a la parte dominicana que la agenda era no todos los recursos hídricos, sino de un problema específico que era la paralización inmediata de una obra unilateral secreta cuya construcción agrede la soberanía dominicana.

La parte dominicana concede reconocimiento a los derechos de Haití, pero Haití no concede reconocimiento a los derechos de República Dominicana.

Está claro también que el presidente no recibió un informe preciso y detallado de la reunión de la Comisión Mixta Bilateral el 28 de mayo. Su declaración muestra preocupación por la frontera dominicana-haitiana, pero no ha planteado una solución que a nuestro modo de ver debe ser la siguiente:

Primero: No dejarse sorprender por la parte haitiana y rechazar la obra que construye unilateralmente Haití, e intimar a los grupos gobernantes haitianos a suspender dicha obra y que de no hacerlo República Dominicana tomará las medidas que considere conveniente a sus intereses específicos y exigiendo respeto al tratado de amistad perpetua concertado entre ambas naciones el 20 de febrero de 1929 en el cual se rechaza cualquier obra que pueda mudar la corriente de las aguas.

Segundo: Manifestarle a la diplomacia haitiana que a la larga la captación de las aguas del rio masacre mediante un canal traerá como consecuencia el cambio del cauce del rio masacre, ya que dicho cauce va a desaparecer o se va a extinguir con la ausencia de las aguas.

Tercero: La única manera para recuperar las consecuencias negativas de la “puñalada trapera” que hemos mencionado más arriba, es lograr que se hable del derecho de República Dominicana a utilizar la cuenca hidrográfica del rio masacre, y no de todos los ríos porque esa es cuestión de futuro y esta es cuestión del presente, del momento actual.

La parte dominicana en vez de paralización de obra lo que hizo fue permitir y aceptar la continuación de la misma. En vez de derechos de República Dominicana, la parte dominicana permitió que se hablara de derechos de Haití.

En vez de “amistad” hacia Haití, tenía que hablar de “diferencias graves” con los grupos gobernantes de Haití. Tenía que hablar de agresión al artículo 10 del tratado.

La lógica es una herramienta filosófica de enorme poder analítico, para situar los ángulos de análisis y los “universos” del razonamiento y del lenguaje, que involucran una guerra disimulada siempre que se trate de países fronterizos.

Cuarto: Apartar de la discusión los intereses especiales de Estados Unidos en el tema fronterizo dominicano-haitiano.

En consecuencia República Dominicana se incorpora de esta manera al mundo multicentrico y multipolar y decide desarrollar por si misma la integración y la asociación con todos los países del mundo con el fin de beneficiar a la población dominicana.

Debe República Dominicana apartar y sacar de la discusión los intereses especiales de Estados Unidos en el tema fronterizo dominicano-haitiano. Lo cual implica recuperar la soberanía del país y adquirir mayor fuerza y energía para responder a las “puñaladas traperas” de los gobernantes haitianos.

Quinto: Recuperar de manera inmediata y urgente la soberanía dominicana en cuanto a los temas fronterizos y, en consecuencia, poner un orden estricto en las migraciones irregulares e ilegales desde Haití hacia la República Dominicana, pues cada vez que ingresan, por ejemplo, diez mil ilegales, son diez mil ciudadanos que las troikas haitianas no tienen que resolverles problemas de salud, alimentación, etc.

Cuanto más migrantes ilegales, menos dificultades para las troikas haitianas porque tienen menos presión económica y social y de esta manera pueden acumular más riquezas y capitales mediante mecanismos posiblemente ilegales.

Lamentamos que haya habido en la cancillería dominicana contradicciones que perjudican a nuestro país. Las contradicciones con la Comisión Mixta Bilateral han representado un vacío en la defensa de los intereses de nuestra República (continuaremos).          

About the author

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

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