A nivel laboral hay que estar capacitado para cumplir diferentes funciones y movilizarse para enfrentarse a nuevos desafíos. Un empleo ya no es suficiente para crear una carrera profesional, es necesario experimentar distintas labores en diferentes puestos y compañías para poder aprender más y destacarse por sobre los demás. El individualismo y el egoísmo es también determinante en el campo profesional, lo que ha llevado a una preferencia por los trabajos particulares por sobre los trabajos en equipo.
La identidad del hombre y el problema de las relaciones
La búsqueda de la identidad es otra de las problemáticas que presenta la Modernidad Líquida. El trabajo de construirse a sí mismo como sujeto conlleva mucho tiempo y gira en torno a determinadas tradiciones y creencias, que funcionan como un eje central en la vida. Debido a la fugacidad de los valores actuales, esta identidad se construye en cimientos débiles, causando fragilidad y desarraigo en las personas.
Surge de esta forma una nueva identidad flexible, que puede adaptarse a diferentes escenarios y personas, pero que ya no se relaciona con la construcción de un “yo”, sino que es en función a los demás, lo que genera en los sujetos una fuerte dependencia para con los otros y las expectativas de estos, que deberán ser cumplidas.
Las relaciones humanas han sido el ámbito más afectado por la Modernidad Líquida, donde los roles sociales y las instituciones han cambiado para siempre, bajo el lema de uniones más libres y sin ataduras. El matrimonio como institución es un riesgo que pocas personas se animan a tomar: ya nadie quiere comprometerse a largo plazo. El egoísmo reinante no permite generar verdaderos lazos, por el miedo a perder libertad.
La idea del “use y tire” que nos ha otorgado el consumismo se desplaza a las relaciones, donde no hay tiempo para reciclar, ni seguir usando cosas obsoletas, o en propias palabras del sociólogo: “La vida líquida es una sucesión de nuevos comienzos con breves e indoloros finales”. El miedo a profundizar por perder poder de elección ata a las personas, quienes cada día se encuentran más solas.
A continuación, les compartimos una interesante entrevista que se realizó a este pensador, donde se exploran los temas más importantes de su teoría.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Bauman, Zygmunt (2003). Modernidad líquida. México: Fondo de Cultura Económica.
Hernández Moreno, J (2016) La modernidad líquida, Política. Cultura. no.45 México mar. /junio
El ser humano se siente más seguro estando solo que en sociedad, está perdiendo las habilidades de convivencia, sólo se moverá y expresará, en cierta medida, con aquellos a quienes considere de su propia clase. El no hables con extraños, como lo señala Bauman, se ha convertido de una frase de protección infantil, a una coraza de protección adulta.
Otro tema que el autor nos explica es que la sociedad liquida ha transformado la esencia del trabajo como bien común, a la esencia del trabajo individual. Por mis propios intereses. Aquí el trabajo como tal tiene dos aristas. Primero la de los capitales financieros que los producen a partir de fábricas, etcétera, el interés es sólo como capital humano. Es decir, como el medio por el cual la materia se transforma en un bien que será comprado y que rápidamente pasará a la historia por obsoleto. Los trabajadores son el recipiente que contiene el trabajo. Por otro lado, el trabajador pasa primero de un trabajo a largo plazo -duradero y en el que se crean vínculos afectuosos con compañeros y empresa, existe una identificación y un agradecimiento-, a un trabajo inmediato -en el que la durabilidad no es importante y los vínculos personales dejan de existir y sólo la gratificación instantánea importa.
Si bien es cierto que los individuos viven en conjunto alrededor de ciudades o localidades, se encuentran inmersos en un mecanismo del cual es muy difícil salir, una individualidad colectiva. El individuo como tal sólo puede confiar en sí mismo, ya no en los demás, ya que su seguridad está muy por encima de intereses colectivos o mejor dicho comunitarios. Si a esto le agregamos que el Estado -antes garante de la seguridad, certeza, y hasta cierto grado, libertad- ya no brinda estas garantías, entonces se da esa separación entre lo nacional, dentro del cual va inmerso el patriotismo. Sólo le queda tratar de conseguir esa seguridad, entendida no solamente como seguridad física, sino también como seguridad psíquica.
Es decir, en la modernidad sólida, el individuo se sentía identificado con el Estado, además de que éste representaba un futuro, si no más prometedor, por lo menos un futuro. Ahora el individuo se encuentra con que ese futuro se ha desvanecido, no sabe cómo se va a encontrar en cuatro o cinco décadas. Por ello es importante señalar que el individuo, al verse cooptado por esas necesidades creadas, se refugia en sí mismo para poder hacerse de esa seguridad, evaporada entre los poderes de los mercados financieros. El concepto de Estado-nación representaba una comunidad sólida, sin embargo la seguridad y la certidumbre buscan un nuevo modelo para basar sus expectativas. El Estado ha dejado de ser benefactor. Actualmente ha tomado el papel de mediador entre los poderes fácticos y los individuos, ha cedido sus facultades de decisión. El Estado y la nación han tomado caminos distintos en la modernidad liquida.
Finalmente, Bauman señala que sumergidos en la sociedad liquida sólo podemos esperar un cambio, en mucho tiempo. No podemos cambiar en unos cuantos años lo que ha sucedido durante siglos. Eso sí, debemos tener esperanza. Pero vale la pena señalar que la búsqueda de identidad, para nuestro autor, es una constante lucha por detener el flujo. Percibir la identidad por fuera nos llama la atención, nos provoca atracción, queremos ir tras ella, de una manera que nos permita no ser tan dependientes de una sociedad consumista. Sin embargo, al estar dentro de ella, al poseerla, nos parecerá algo ilusorio, volátil, por lo que preferimos siempre volver al estadio de sociedad sólida y consumista. Formar parte de un grupo.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Bauman, Zygmunt (2003). Modernidad líquida. México: Fondo de Cultura Económica.
Hernández Moreno, J(2016) La modernidad líquida, Política. Cultura. no.45 México marzo / junio.