En 1920 Pedro Henríquez Ureña, que colaboraba para el Centro de Estudios Históricos de Madrid, publicó su tesis sobre La versificación irregular en la poesía castellana. Dicha obra escrita con rigor y con los datos que ofrecía la investigación lingüístico-filológica hasta ese momento, fue tomada muy en cuenta por tratadistas, versólogos, filólogos y romanistas españoles, franceses, portugueses, germanos, norteamericanos, y en menor medida, latinoamericanos.
En la República Dominicana dicho libro no suscitó ningún comentario escrito y era obvio el por qué. Hasta ese momento, el único estudioso dominicano con una contribución a los estudios métricos y estróficos era el mismo PHU. Tuvimos que esperar más tarde para que surgiera un estudio y un estudioso de la métrica y la prosodia castellanas. En 1954 salió a la luz el estudio de Joaquín Balaguer: Apuntes para una historia prosódica de la métrica castellana, CSIC, Madrid.
Como en el caso de Pedro Henríquez Ureña, el libro de Balaguer fue también autorizado por el historiador y filólogo Ramón Menéndez Pidal. El trabajo de Joaquín Balaguer no fue un tratado académico propiamente dicho. Tal y como lo anuncia el título fueron “Apuntes”. Mientras que en PHU estábamos frente a una tesis-tratado con ejemplos emblemáticos y específicos. El libro de 338 páginas está compuesto por el siguiente temario: La versificación irregular en la poesía de la Edad Media (1100-1400); comienzos de la versificación acentual en castellano (1350-1475); Desenvolvimiento de la versificación acentual (1475-1600); El apogeo de los versos irregulares en la poesía culta (1600-1675); Eclipse y resurgimiento de la versificación irregular (1675-1920).
Justamente en la “introducción” el autor de la obra define su objeto de trabajo:
“La versificación castellana se considera, generalmente, como versificación silábica, al igual que la italiana o la francesa. Su fundamento primario es la costumbre de tratar las sílabas como isócronas: no cabe diferenciarlas, para la métrica, en largas y breves, porque no lo son de modo permanente, según su estructura; la duración de cualquier sílaba varía según su posición en el grupo fónico y según el valor afectivo que se le atribuya… De Ahí se deriva el isosilabismo, es decir, el hecho, frecuente en todas las lenguas romances, de que cada tipo de verso tenga número fijo de sílabas. Y el principio del isolabismo se combina con el de los acentos de intensidad (el ictus):uno, el final, como obligatorio; otros, los interiores, como necesarios o voluntarios, según la longitud del renglón…” (Op. cit. 1; en Pedro Henríquez Ureña, Obras Completas; seguimos la edición de Juan Jacobo de Lara, UNPHU, Santo Domingo, 1978, Vol. IV, p. 11).
El impacto de esta obra se ha hecho visible en algunos artículos de revistas especializadas, en las muchas citas, referencias y llamados en tesis, investigaciones sobre ritmo y rima en poetas de lenguas romances. La importancia de dicha obra para los estudios de literaturas románicas permite entender los problemas del idioma poético hispano-romance a nivel de usos poéticos en toda la Romania, donde como apreció Karl Vosder en sus Formas literarias de los pueblos románicos, los aportes en tal sentido obligaron a pensar modelos de épica, narración y desarrollos en la Volgare lingua.
Los análisis de PHU se apoyan en la lengua expresiva de poetas medievales y postmedievales españoles, pero también de los hablares poéticos populares en la Romania, copiados por poetas españoles, italianos y franceses. La versificación irregular… es un libro de investigación que observa y muestra la lengua usada por poetas cortesanos, religiosos, principalmente los “mester” de Juglaría y de Clerecía.
Para Henríquez Ureña los estudios métricos, estróficos y sus evoluciones desarrollan los puntos y temas principales del arte de trovar, esto es, de cantar en romance o en vulgar.
Las notas en dicho libro constituyen el ámbito erudito, histórico, y diríamos que “arqueológico” de la interpretación de los poemas asumidos en el temario y su desarrollo. La lengua vulgar ha dado nacimiento a modelos de escritura poética y de productos verbales expresivos en verso y en prosa. El verso que analiza PHU es un verso de acentos, cantidad silábica, emisión, sentido, ritmo, rima, caracterizado por un autor y la versificación fluctuante.
Ahora bien, el verso nacido en el contexto de la romanidad, la romanización de los pueblos septentrionales y las comunidades históricas es un verso que fluctúa por su condición vulgar, y por su misma dicción cambiante, esto es, proveniente de una vertiente del latín en expansión y surgente de la fragmentación lingüística de territorios influidos y gobernados por Roma.
El resultado de un proceso de descomposición del latín genera ese latín vulgar o romance que ya R. Menéndez Pidal trató con una radical erudición en Los orígenes del Español y en su Gramática histórica del español, base de un estudio donde encontramos explicación, ruta, territorio cultural e intelectual y cambio lingüístico. Al leer la Historia de la lengua española de Rafael Lapesa Melgar, podemos destacar los tipos de lengua romance llamados provenzal, catalán, francés, gallego, valenciano, castellano, italiano, rumano, rético y algunos derivados convertidos en modos y formas de hablar, todas ellas romances o vulgares. El vulgo es el pueblo y su determinación como suma de grupos humanos y sociales.
Al leer el trazado de PHU, recordamos que la misma tradición poética hispánica surge del romance hablado o “fablado”. Y todo eso puede ser considerado romance poético popular que nuestro filólogo estudia con esmero y exquisita erudición.
Al analizar los diversos orígenes de versos y estrofas en sus contextos, se hace observable también la suma de cardinales de creación en contexto de canto (oralidad), escritura (poesía) y movimiento (intercontacto verbal oral de lengua vulgar o romance). Lo que se canta (juglaría) y se reza (clerecía) responde a una diferencia entre trovadores y clérigos. El Juan Ruíz, Arcipreste de Hita y Berceo serán los fundadores del lenguaje poético propiamente español junto al Marqués de Santillana, Don Juan Manuel y los cantores familiares de las comunidades hispánicas arcaicas.
En la Romania, la canción popular se afirmaba como arte de trovar con sus tonos líricos romanceados. Tal como señala PHU en algunas zonas de La versificación… los diversos metros de arte menor y de arte mayor que se observan en poemas españoles primitivos, los variados contenidos populares y cultos destacaban en los versos a veces encabalgados y otras veces haciendo uso de licencias, figuras y acentos que propiciaban un modo equilibrado de emisión lírica del poema, la serranilla, la cuaderna vía, seguidilla, endecha, y otras estrofas que entre la versificación irregular en la Edad Media donde ya en 1600 y en 1675, la poesía culta integra a los modos de decir provenientes de autores que ya tenían un largo recorrido al norte, al sur y al centro de lo que era el territorio de la Ibero-romania, donde el espacio de comunidades rurales y urbanas creaba los aportes desde una función literaria y cultural.
En efecto, el trabajo de copistas, clérigos y poetas no disponía de una seguridad específica en el oficio y el cantar vulgar o romance. Con Menéndez Pidal se sistematiza el estudio de las glosas., Aparecen tres estudios sobre las glosas silenses y las glosas emilianenses, trabajos llevados a cabo en los escriptoria como taller intelectual de edición traducción y copia. Todo ese panorama lo llevó a cabo el maestro Ramón Menéndez Pidal en su libro El idioma español en los primeros tiempos y en Castilla, la tradición, el idioma, donde el rescate y la historia de textos medievales, populares, religiosos y épicos constituyeron la biblioteca oral y escrita de la Romania.
PHU tiene presente los textos y fragmentos poéticos cercanos a romances, cantares, serranillas, glosas poéticas, coplas, poemas como el de Fernán González, el Poema o cantar de Mí Cid, el Romance viejo de Fontefrida, Roncesvalles, Cantar de Rodrigo y la misma Crónica general, el libro de Apolonio y otros constituyen una práctica de cantar y “romancear” en la primitiva lírica y épica española. De ahí que en el trazado de Henríquez Ureña adquiere valor de tratamiento y explicación de los versos compuestos para “decir” en el popular romance y en el verso culto de Berceo, Juan Ruíz, y el Marqués de Santillana, quienes conforman tres territorios poéticos de la Hispania y la Romania como fuente, movimiento, y decir festivo, religioso, lírico y épico, pues como observa Ramón Menéndez Pidal sus Poesía juglaresca y juglares y en La primitiva poesía lírica española, las expresiones poéticas y musicales definen el curso lingüístico y poético de la iberorromania incluyendo la lírica galaico-portuguesa.