Theresa May, quien recientemente asumió el liderazgo en el Gobierno británico, ha dado «sus primeros pasos en el camino desafiante» que Reino Unido actualmente está recorriendo, escribe el diario The Telegraph.
La nueva primera ministra británica puede repetir el éxito de Margaret Thatcher —quien encabezó el Gobierno del Reino Unido durante tres mandatos— una vez que busque la verdadera mejora en el nivel de vida de la población y siga una política conservadora directa, apunta el diario.
The Telegraph recordó que en aquel entonces Thatcher «llegó al 10 de Downing Street llena de ganas de asegurar el bienestar de los británicos». Esto quiere decir que May tendrá que dejar atrás la tendencia de decir que el país está mal y dar un pronóstico optimista del futuro.
Para May, su término será arduo ya que Londres fracasó en salir del déficit presupuestario y en la actualidad la sociedad británica está dividida, dada la enorme brecha entre los salarios y el coste de la vida.
Además, el país ahora se somete al proceso de salida de la Unión Europea —Brexit—, y May tendrá que llevar a cabo esta decisión de 17,4 millones de británicos.
La nueva jefa del Gobierno ya ha tomado sus primeras medidas para enfrentar los problemas actuales, señala el diario. Primero, May ha presentado su visión del nuevo conservatismo británico, que no busca mejorar la vida de la población directamente, sino busca crear las condiciones para esa mejora.
«Debe prestar mucha atención para atraer las inversiones al reducir los impuestos a las empresas, y crear nuevos puestos de trabajo por parte de los empresarios», dice el artículo.
Segundo, ha nombrado como ministros para realizar esta tarea a varias personas que apoyaron el Brexit, aunque ella misma ha estado en contra de abandonar la UE, subraya la nota. Ambos pasos buscan reconciliar la nación en tiempos difíciles, opina The Telegraph.
El diario está seguro de que May es la persona adecuada y que su Gobierno será capaz de preservar la unidad del país. De todos modos, su éxito dependerá no de «eslóganes políticos y del posicionamiento ingenioso», sino de «cambios tangibles para mejor las vidas de las familias británicas».