
Asamblea nacional de Francia
Debateplural.com, comparte con los lectores el interesante artículo de Luis Rivas, titulado «Francia: ofensiva contra las sanciones a Rusia», publicado en el portal Sputniknews.com, en fecha 29 del mes de abril de 2016.
Aumenta la presión en Francia para obtener el levantamiento de las sanciones comerciales a Rusia. El voto en la Asamblea francesa pidiendo al gobierno el fin del castigo europeo a Moscú es el último ejemplo de una serie de iniciativas en ese sentido.
La resolución, que no es vinculante, fue defendida por el diputado de LR, Thierry Mariani, que argumentó su iniciativa juzgando «totalmente ineficaces» las sanciones, el «impasse en los Acuerdos de Minsk» y «un cese el fuego violado por las dos partes». Mariani es uno de los legisladores más beligerantes dentro del partido del expresidente Nicolas Sarkozi contra las medidas impuestas por la UE.
Otros diputados aprovecharon la ocasión que les brindó este debate para condenar unas sanciones que «están haciendo pagar un precio muy elevado a los agricultores franceses», víctimas, según estas voces, de una decisión política que les es incomprensible.
Desde el Frente Nacional, pasando por los ya mencionados representantes de LR, los centristas de la Unión Demócrata Independiente (UDI) y el Frente de Izquierdas han votado positivamente por el levantamiento de las sanciones. Solo los diputados del Partido Socialista, en el Gobierno, y de los Verdes se manifestaron en contra.
Pero habría que matizar el sentido del voto de estos últimos. Mientras que los ecologistas se muestran cerrados a la petición del levantamiento del embargo hacia Moscú por cuestiones ideológicas, los socialistas se ven obligados a mantener una postura oficial dictada en solidaridad con Bruselas y, claro está, presionados por Estados Unidos.El secretario de Estado para Asuntos Europeos dentro del gabinete de François Hollande, Harlem Désir, declaró que «estamos a favor de levantar las sanciones en paralelo al arreglo del conflicto en la región de Donbás. Si los acuerdos son respetados, las sanciones serán eliminadas. Esa es la posición unánime de la Unión Europea y sería un error salir de ese marco».
Désir, una figura menor dentro del gobierno Hollande, defiende la posición oficial que Francia se ve obligada a mantener por su pertenencia a la UE. Pero no solo. En la reciente y penúltima gira del presidente norteamericano por Europa, las presiones para mantener las sanciones a Rusia formaron parte del menú pergeñado desde Washington.
Los europeos, hartos del embargo a Rusia
Estados Unidos está al corriente del hartazgo de muchos países europeos frente a una medida que les perjudica gravemente desde el punto de vista económico, social y político. La situación interna en Ucrania no ayuda tampoco a la comprensión de la postura de Bruselas. Los ciudadanos europeos, hay que decirlo sin tapujos, no se sienten, en su inmensa mayoría, solidarios de un régimen como el ucraniano. El compromiso de los gobiernos y las instituciones comunitarias con Kiev se paga en euros, y el comercio del Viejo Continente es el que sufre.
En Francia, entidades locales, sobre todo después de las últimas elecciones regionales, que han aupado a la derecha, tienen preparados planes de intercambio comercial, tecnológico o científico con eventuales socios rusos.
Desde el punto de vista de la opinión, diversas publicaciones insisten en presentar ediciones especiales sobre Rusia desde todos los ángulos, en un esfuerzo de hacer comprender la absurdidad de las medidas decretadas por la Unión Europea.
La Asamblea francesa, con 100 asistentes o con las gradas repletas refleja la representación popular. El diputado Mariani reconoce que el voto sobre las sanciones no es vinculante, pero insiste en su valor: «la izquierda no puede dar lecciones de democracia y tratar al Parlamento como un felpudo».
EL ex primer ministro de Nicolas Sarkozi, François Fillon, un conocido opositor a las medidas contra Rusia, aprovechó la ocasión para insistir: «espero que este voto permita al Gobierno acelerar el proceso para el levantamiento del embargo».
El Gobierno de París envió a su nuevo ministro de Exteriores a Moscú el pasado 19 de abril. Una primera toma de contacto para Jean-Marc Ayrault, que pudo escuchar de los representantes de los medios de negocios franco-rusos la necesidad de normalizar las relaciones con Rusia.
Ya en el mismo día que se votaba en la Asamblea la resolución sobre las sanciones a Rusia, otra noticia se añadía para comprender que la situación está cambiando. El Tribunal de Gran Instancia de París rechazó la petición que pretendía paralizar los trabajos del nuevo Centro Cultural ortodoxo ruso de París, como pedían los antiguos accionistas de la petrolera Yukos.
La decisión deja la vía libre para la inauguración del centro, quizá en octubre, en una ceremonia que podría reunir a los presidentes francés y ruso. Hasta entonces, las iniciativas en Francia para propiciar el levantamiento de las sanciones a Moscú seguirán multiplicándose.
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