Como plataforma de desarrollo económico y concertación política, el Mercosur es la vía fundamental para definir estrategias y políticas en clave regional, capaces de brindar certidumbre y mayor margen de acción a nuestros países en las negociaciones internacionales.
El documento mencionado postula que en un escenario global de permanente fluctuación, la voluntad compartida de avanzar hacia una agenda de la integración, basada en la creación y proyección internacional de capacidades productivas y tecnológicas, el fomento de la innovación y la generación de empleos de calidad, es un elemento clave para seguir fortaleciendo el Mercosur como una herramienta capaz de mejorar la vida de la población, así como también superar las desigualdades al interior del bloque.
El Mercosur es un eslabón clave del comercio al interior de América Latina y el Caribe. La densidad del intercambio entre los países que lo integran, que parece reducido cuando se lo compara con otras experiencias semejantes a nivel global, cobra relevancia en el contexto de la reducida integración de la región.
A excepción del comercio entre los países del Mercado Común Centroamericano (que supera al 25% de su comercio total), el Mercosur es, junto con el Caribe, el bloque subregional con mayor intercambio entre sus miembros. Al aportar más del 50% de las exportaciones de manufacturas industriales realizadas entre países de la región, el MERCOSUR imprime, además, un perfil más diversificado al comercio intrarregional.
El último Boletín de Comercio Exterior del Mercosur, publicación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
señala las dificultades que ha experimentado el bloque para avanzar hacia un proceso de integración más profundo.
En estos años, el débil desempeño económico de los países miembros derivó en que el comercio al interior del bloque continuó perdiendo gravitación, a lo que se le sumó en el 2020 el estallido de la pandemia.
La crisis económica derivada del COVID-19 agravó en 2020 las tendencias a la caída y creciente primarización de los flujos comerciales del Mercosur. Los efectos de este shock sobre la producción y el comercio exterior de sus economías trascenderán más allá de la pandemia.