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En 25 años años podría ocurrir en República Dominicana lo mismo que en Francia con la población de África

Written by Angel Moreta

Por: Angel Moreta (Autor-Editor)

 

Parece hoy, mirando hacia el futuro, que 25 años es mucho, pero es poco considerando al futuro de esa cantidad de años. Las poblaciones haitianas, diariamente van introduciéndose en la economía y la sociedad dominicana.

Los haitianos legales e ilegales en República Dominicana, conviven con los dominicanos, tienen hijos al estilo de Haití, hacen del medio dominicano una nueva forma de vivir y habitar. Luego permanecen ilegalmente en el territorio nacional y no dan muestras de que pretenden regresar a su nación nativa.

La vida cotidiana: es un fenómeno nuevo de la cotidianidad de la vida demográfica del país. Sus frutos son los hijos que habrán de venir a educarse y a vivir, y adaptarse socialmente a la República Dominicana.

Esa población extranjera, aún ilegal, no importa, ella va a reclamar sus derechos, que el Estado dominicano cumpla sus obligaciones y deberes; son poblaciones extranjeras con importancia y relieve en el territorio nacional.

En 25 años ya tendremos miles de hijos que provocarán protestas parecidas a las de Francia si el Estado no cumple los reclamos y protestas, que se multiplicarán y metamorfosearán en acciones violentas de mucha profundidad.

Si bien en Europa los inmigrantes y pobladores africanos protestan hoy por la muerte de un adolescente a cargo de la policía francesa, mañana habrán de protestar miles y miles de haitianos si la policía se atreve, en una conducta racista, a ejercer alguna acción violenta en contra de un poblador o ciudadano haitiano, es claro que se producirá la misma situación histórica: la reclamación, la protesta y la violencia, que en ese entonces venidero se traducirán los hechos en situaciones indeseables.

Los pobladores y ciudadanos haitianos son hábiles en el uso del machete y del arma blanca y para ese entonces tendrán armas de fuego. Nada más basta con recurrir a la historia demográfica de los pobladores extranjeros que tienen historia en otros países, y particularmente en la República Dominicana.

Los reclamos sociales, económicos y derechos humanos vendrán o podrían venir con violencia y producir o engendrar situaciones de calamidad con el uso de armas blancas, la quema de instituciones, el desafío a las autoridades y la matanza y el genocidio.

El papel de los Estados Unidos

El papel de Estados Unidos será siempre compelir y forzar a las autoridades constituidas a suspender las repatriaciones, a suspender la construcción de un muro y a permitir la libre entrada y salida al territorio nacional.

Es lo que han hecho siempre, agregándole que no prestan ninguna ayuda social solidaria ni ninguna acción institucional a favor de Haití. Se trata de no tener ningún gesto de humanidad para que el poblador extranjero se desespere y busque ingresar al territorio nacional de cualquier manera. Cero ayudas, pero buscan crear permanentemente las condiciones sociales de convivencia cotidiana con la población de República Dominicana, para que de allí nazca una cotidianidad que conduce antropológicamente a la nivelación de la vida.

 

Pero tampoco le ofrecen ayuda a la República Dominicana para que las miles y miles de parturientas en todos los municipios y distritos municipales del país, parturientas dominicanas pobres y parturientas haitianas pobres, puedan utilizar el sistema de salud.

Los Estados Unidos son aliados seguros de la oligarquía haitiana; son indiferentes con República Dominicana, incentivadores de empleo con el empresariado dominicano, crean condiciones para la convivencia permanente con la población de ambas naciones, esperando el final que es el comienzo de la rebeldía social que culminará de alguna manera concediéndoles beneficios y tolerancias a favor de la fusión.

La fusión es una estrategia a largo plazo, que tiene como una especie de espera a ver cómo se conducen las cosas. El proyecto de fusión viene a ser una solución demográfica, histórica, social, antropológica para ambos pueblos. Mientras tanto, en lo que va y viene el péndulo del reloj y entonces puedan sacar partido amparándose en la destrucción de ambas naciones.

Por un lado se destruye la nación vecina y por otro se destruye la República Dominicana. Es la estrategia del león que duerme y espera con un ojo abierto y un ojo cerrado hasta esperar los frutos que habrán de caer del árbol prohibido. Mientras tanto los Estados Unidos aprovechan los recursos y la riqueza natural de ambos países, pues indudablemente ambos países le pertenecen como el patio de su casa, y solamente se cruzan de brazos esperando el resultado deseado para ambas naciones.

Efectivamente tratan a Haití como colonia que debe obedecer y tributar. Y la República Dominicana como colonia también que debe obedecer y tributar. Los gobernantes de ambos países deben obedecer y tributar, y entregar las riquezas de ambas, que pueden ser petróleo, minerales y riqueza natural, pues ambas colonias serian exportadoras agroprimarias y dentro de ese esquema sobrevendrá necesariamente la destrucción de ambas naciones.

El muro y las repatriaciones

Actualmente se encuentran casi suspendidas las repatriaciones, cuando son una obligación de todo Estado defenderse de las migraciones alborotadas e ilegales.

Pero tendremos que esperar la construcción de un muro para poder decir que el muro es necesario para la seguridad de ambos pueblos, pero al igual que las repatriaciones el muro no servirá de nada sino se culmina con su construcción. Y la construcción tiene que ser mutua y reciproca para que no se vea o se piense que el muro es discriminatorio.

Entonces los culpables de que no se construya el muro son las autoridades de ambos países que se han puesto de acuerdo simplemente para no construirlo. Son dos culpables al mismo tiempo.

Estados Unidos se guarece en la ley de fragilidad global de 2019. Esta ley es un pretexto supuestamente promulgada para ayudar a dos o tres países muy pobres, comenzando por Haití que desde 2019 hasta la fecha de hoy espera la mano solidaria del Departamento de Estado y la Casa Blanca, partidarias silenciosas de una intervención militar en ese país.

También se agrega un aliado fundamental que es la ONU, que de manera solapada considera que la solución es la intervención militar temprana y de esta manera la ONU juega con la soberanía de la República de Haití, que encuentra un aliado en la oligarquía haitiana.

La ley de fragilidad global busca la intervención militar en países frágiles en cuanto a la política, la economía, el orden institucional y la producción social.

La ley de fragilidad global será aplicada por Joe Biden en Haití como primer país, instrumento legal aprobado en 2019 considerada como estrategia para prevenir conflictos y promover la estabilidad con países socios en todo el mundo.

La prueba piloto, y la aplicación de los mecanismos letales comenzará en Haití probablemente el venidero año 2024 y seguirá con Libia, destruida por los Estados Unidos; Mozambique y Papua, y también contempla la costa occidental de África, que incluye también a Benín, Costa de Marfil, Ghana y Togo.

Para pensar que estamos a las puertas de un afán destructivo, es necesario recordar las incursiones militares de Estados Unidos en Puerto Príncipe en 1915, 1994 y 2004, así como el otorgamiento de préstamos impagables, la quiebra inducida a su industria de arroz a fines del año 2000, la desviación de fondos de asistencia y la participación de mercenarios en el magnicidio del presidente Jovenel Moise en julio del año pasado.

La estrategia de la ley de fragilidad global 2019 del Congreso de Estados Unidos procura asegurar e institucionalizar la hegemonía de la Casa Blanca en los países pobres y subdesarrollados en cuyo número uno figura la República de Haití.

About the author

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

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