Por: Ángel Moreta (Autor-Editor)
Las escasas acciones internacionales en Haití se deben a la estrategia hegemónica de los gobiernos neocolonialistas. Dentro de esa estrategia esta Canadá, Francia e Inglaterra, cuyo silencio y pasividad es una táctica para mantener las precariedades en Haití y la crisis económica y social en ese país.
Estados Unidos y sus satélites Francia y Canadá, son adictos a las medidas económicas, energéticas, alimentarias, unilaterales. Solamente intervendrán cuando consideren que la situación política y social hace peligrar la dominación estratégica que tienen sobre la nación étnica y culturalmente negra.
Estados Unidos tiene una dominación imperial neocolonial sobre Haití desde hace más de 100 años. Durante ese siglo XX han mantenido una alianza con los sectores oligárquicos de esa nación. La pobreza y el atraso de Haití obedecen precisamente al hecho de que las troikas dominantes (minorías oligárquicas), prolongan indefinidamente el estado de penuria.
Las troikas y elites dominantes haitianas piden a gritos y sin ningún rubor, la intervención de los Estados Unidos, Francia y Canadá, sin ninguna limitación, sin vergüenza alguna y con una actitud totalmente colaboracionista y perversa.
Haití
Pero también algunas naciones del continente latinoamericano comparten la voluntad de intervención, entre ellos la República Dominicana.
El gobierno dominicano, en efecto, ha sido partidario de una política migratoria que no solamente ordena la ratificación, sino la prolongación de esas persecusiones, pero sin dejar de pedir y rogar por una intervención internacional, sea a través de la Organización de Naciones Unidas, sea a través de organismos de la sociedad civil, incluyendo organizaciones humanitarias sin fines pecuniarios.
En cambio, Venezuela y Cuba, Brasil y México han mostrado la voluntad de hacer presencia en la situación haitiana. Lo cual quiere decir que estos países no persiguen una intervención militar, sino una intervención humanitaria.
Es una diferencia muy importante, y esos países no persiguen hoy una intervención de tipo militar violenta, lo cual no es la situación de estos países latinoamericanos y caribeños con respecto a la intervención.
República Dominicana ha reclamado respeto a la soberanía y a la autodeterminación de los pueblos, y es una respuesta positiva que se acerca un tanto, por su naturaleza, a la de México, Venezuela, Argentina y Brasil. Pero no deja de ser ambiguo el posicionamiento dominicano ya que pide una intervención de las Naciones Unidas, que es lo que quiere Estados Unidos y sus satélites; y al mismo tiempo un país soberano.
Haití y RD
República Dominicana no debe plegarse o arrodillarse a la solicitud de intervención que hacen otros países de manera supina con el fin de favorecer a las potencias occidentales, que plantean una intervención militar vertical de manera clara y transparente.
Tampoco le deben dar total crédito a la existencia de las pandillas y bandas armadas. Ya sabemos que esto es un embeleco construido para favorecer la intervención militar, más adelante.
¿Qué es un embeleco?
Según el Diccionario Enciclopédico Nauta Maior, un embeleco es un engaño en el que se utilizan halagos o adulaciones para conseguir el fin que se pretende, también se dice que consiste en un engaño o una mentira.
De modo que un embeleco es una especie de muñeco lleno de pelos, disparatado y completamente falaz. En este caso, el embeleco consiste en un falseamiento de las cosas, una falsa imagen de una determinada realidad.
Así que las pandillas, las bandas armadas, son un invento o una falsedad. De este modo es algo falso que no obedece a una situación real.
Los Estados Unidos y sus satélites Francia y Canadá todavía no se han atrevido a intervenir en Haití porque consideran que el momento no es oportuno para tal cosa. Las intervenciones militares a nivel clásico son repugnantes para los pueblos hoy en día; son ridículas contemporáneamente por lo cual son preferibles los mercenarios.
bandidos haitianos (2022)
Efectivamente, EU y sus satélites utilizan primordialmente sicarios y mercenarios. Empleados a sueldo para cometer crímenes en Siria, por ejemplo; en Venezuela, donde hubo una intervención militar en el 2020. En Bolivia, en donde el golpe militar del mes de noviembre del 2020 creo muchas víctimas, que hoy pagan como autores y cómplices y así sucesivamente en el mundo de hoy.
La guerra de Ucrania ha mostrado que más de 25 países aportan los mercenarios y los criminales para la represión y el crimen. El mismo caso de Haití es un testimonio importante, pues durante el asesinato de Jovenel Moise, que era presidente de Haití, descaradamente los Estados Unidos utilizaron un grupo de mercenarios y sicarios para eliminar en su propio hogar en horas de la madrugada, al señor presidente.
Es un error pensar que Estados Unidos y los mercenarios de rigor, no quieren intervenir, pero mientras tanto están creando las condiciones para en algún momento dado, utilizarlos.
