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Las crecientes inversiones haitianas en la República Dominicana y la suspensión de las deportaciones

Written by Angel Moreta

Por: Ángel Moreta (Autor-Editor)

Actualmente aumentan de manera agigantada las inversiones de todo tipo en la República Dominicana. Ya existen inversiones haitianas solidas en República Dominicana. Y es difícil localizar todos los territorios del país en donde se instalan inversionistas, muchos haitianos tienen nacionalidad de los Estados Unidos o de otros países y sus inversiones son registradas como inversiones provenientes de esos países.

La cámara de comercio dominico-haitiana refirió que existe una migración de la clase empresarial haitiana hacia la República Dominicana. Están comprando inmuebles a todo dar por la simple razón de que no hay seguridad de ningún tipo en Haití.

Según fuentes consultadas muchos de los haitianos residentes en Estados Unidos y Canadá han comprado este año inmuebles dominicanos, especialmente en Santo Domingo y en las zonas de playas, tanto para vivir en ellas como para inversiones en territorio nacional.

Estas nuevas inversiones han venido creciendo desde el año pasado cuando fue asesinado el presidente de Haití Jovenel Moise por la Agencia Central de Inteligencia. Pero también ciudadanos de clase media de Haití buscan alquilar viviendas en República Dominicana, sea de manera transitoria o de manera definitiva. Además haitianos comerciantes que antes vivían en República Dominicana se fueron a residir en los Estados Unidos, ya que con la crisis en Haití les es más difícil trasladar sus mercancías a la República Dominicana.

Haitianos ilegales

Entre las inversiones haitianas en República Dominicana se encuentran las siguientes: el sector hotelero, el sector marítimo, el sector turístico, combustibles, infraestructuras diversas, comercio importador y exportador; y ello se debe fundamentalmente a que en República Dominicana existe seguridad jurídica.

Algunas de las empresas haitianas son las siguientes: Ibex Dominicana, Velas Españolas, Texaco Dominicana, Grupo JB Energy, Grupo Y, Terra Bus, Capital Techline, Plaza Calinda, Office Click, Hotel Billini (Zona Colonial), y hoteles en la calle Danae de Gazcue, también Transporte Topp, Tortuga Ear y Aparta Hotel Nadal. El capital haitiano de mayor cuantía en República Dominicana se estima que genera entre mil y tres mil empleos directos.

Actualmente se instalan empresas en zonas francas, en las zonas fronterizas amparadas en la ley 28, que Crea una zona Especial de Desarrollo Fronterizo, que albarca las provincias de Pedernales, Elías Piña, Dajabón, Montecristi, Santiago Rodríguez y Bahoruco.

Hay quienes afirman que el parque industrial Corebi es un modelo de desarrollo que debe reproducirse en la línea divisoria entre ambas naciones. La estructura de este crecimiento está compuesta mayormente por haitianos ilegales, que cada día aumentan más su población; y al mismo tiempo cabe mencionar que hay un aumento de las deportaciones de ilegales. Son dos fenómenos que van en paralelo.

Haití-RD

Es decir, que por un lado aumenta la presencia calificada haitiana y por otro lado aumenta la presencia de pobladores haitianos ilegales. Nadie tiene el control de estas situaciones. Y cuando se habla de deportar pobladores ilegales entonces las organizaciones civiles haitianas y dominicanas ponen el grito al cielo, es decir, que la República Dominicana y el Estado dominicano no tienen derecho a accionar contra 30 años de ocupación del territorio y de aumento desproporcionado de los habitantes haitianos ilegales.

La estructura del crecimiento haitiano en República Dominicana

La estructura de este crecimiento es la siguiente: aumentan las poblaciones haitianas ilegales y aumentan las inversiones de todo tipo en el territorio nacional. Mientras los ricos inversionistas haitianos se contraponen groseramente a los pobladores pobres. Pero al mismo tiempo no quieren que se desarrollen las deportaciones de ilegales, por tanto aumentan los dos fenómenos mientras los pobres también lo hacen.

Por ende, tenemos una estructura en la cual los inversionistas haitianos vienen, los pobladores haitianos ilegales crecen; los pobres son cada vez más indigentes y más explotados.

Los ricos vienen a la República Dominicana a invertir en las distintas áreas de la economía. Y estos ricos tienen inmensas sumas de dinero, producto muchas veces de causas dudosas y que en promedio son robadas en Haití; mientras los pobres son en promedio cada vez más débiles y ocupan todo el territorio nacional.

Esto hay que decirlo porque la mayoría de haitianos son pobres y una minoría es rica. Ya sabemos la estructura de la riqueza haitiana y consiste en que los capitalistas haitianos trasladan sus capitales a la República Dominicana, Puerto Rico y Miami y acumulan cada vez más riqueza. Y los pobres también aumentan su ocupación humana ilegal en todo el país.

Frontera dominico-haitiana

El oportunismo de los organismos internacionales

Los organismos internacionales son todas organizaciones a favor de la suspensión de las deportaciones. Pretenden dirigir las políticas del Estado dominicano sobre este particular, pero además, cuentan con aliados en organizaciones civiles haitianas como la mesa nacional para las migraciones y refugiados en República Dominicana.

Estas organizaciones pretenden que la República Dominicana no deporte a nadie, que permanezcan todos en el territorio nacional, en las zonas rurales y urbanas, en los centros económicos donde trabajan como esclavos, en la agricultura y en la ganadería y en las ciudades en todo tipo de negocios.

Pero no quiere deportaciones; lo que quieren es que todo siga igual, y que los que entran día tras día permanezcan intocables bajo la etiqueta de refugiados. Entonces, ¿Qué debe hacer el Estado dominicano?

Pues debe continuar la campaña de deportaciones porque de lo contrario en dos o tres años más la República Dominicana será un reflejo pálido de la República de Haití. Hay que tener en cuenta que la mayoría de haitianos que día tras día llega a la República Dominicana se acomoda rápidamente a nuestras costumbres y ya no quiere volver a Haití.

La República Dominicana y su gobierno constitucional tiene con Haití un deber de cooperación con el comercio, en la salud (ya lo ha venido haciendo desde hace más de 20 años). Alimentos a los más pobres; educación (ya lo ha venido haciendo con los pobladores en edad escolar); educación superior y universitaria (ya lo ha venido haciendo también); y refugio social, albergando a más de dos millones de ilegales.

Y un deber de solidaridad con los más de dos millones que viven ilegalmente en el país soportando la migración ilegal.

¿Qué más quieren las organizaciones haitianas y dominicanas que defienden la explosiva migración ilegal?

Todo país tiene derecho a su soberanía económica, política y diplomática. Y no es verdad que existe un “discurso de odio” frente a la invasiva población ilegal. El discurso de odio no existe en el país o es muy escaso.

Lo que no podemos es hacer silencio frente a la invasiva población ilegal. También debe existir un registro de las propiedades adquiridas por personas y entidades con personaría jurídica haitiana y otras culturas del Caribe. Por tanto, un registro de la propiedad industrial, de las propiedades agrícolas y ganaderas y propiedades de uso familiar con el fin de que sufraguen un impuesto adicional o especial.

No se trata de deportaciones de inmigrantes, sino de deportaciones de inmigrantes ilegales. Para todo inmigrante ilegal, sea haitiano o de otra nacionalidad, debe existir la deportación.

About the author

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

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