Los pronósticos y advertencias fueron infalibles, Occidente y sus aliados encabezados por EE UU aseguraban que Rusia preparaba el asalto a Ucrania, mientras el Kremlin promovía negociaciones diplomáticas con Kiev para que esta antigua capital insignia de la antigua URSS se mantuviera neutra y renunciara a ser parte de los llamados Aliados. Muchos fueron escépticos en creer que Moscú se disponía a asediar a Ucrania, incluyendo a su presidente Volodímir Zelenski, quien en reiteradas ocasiones dijo que no había peligro de invasión. Tras meses de tensiones, la «Operación Militar Especial» se materializó y la madrugada del jueves 24 de febrero de 2022 el «Ejército Rojo» de Vladímir Vladímirovich Putin (Влади́мир Влади́мирович Пу́тин) inició una guerra que va ya por seis meses. Pero al parecer, las estratagemas del Kremlin no le han salido como esperaban, tomando en cuenta que a medio año de la invasión los muertos de Putin son ya entre 70.000 y 80.000 rusos (entre muerto y heridos, de acuerdo al Pentágono); y dicen los altos mandos militares rusos que han matado a más de 50.000 mil ucranianos. Pero no todo ha sido fracaso para el statu quo Bolchevique, pues al día de hoy Rusia controla las regiones de Járkov, Lugansk, Donetsk, Zaporiyia, Jersón, Crimea (anexada en 2014); también controla las aguas del mar Negro y del mar de Azov…
La Federación Rusa asegura que Ucrania los obligó a lanzar su «Operación Especial» ya que, de acuerdo con sus servicios de inteligencia, en Kiev proliferaban milicianos Nazis que asesinaban a sus camaradas rusos y que, además, la CIA había convertido a Kiev en un laboratorio de armas químicas y bacteriológicas; así lo denunció Vasili Nebenzia, embajador de la Federación Rusa ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, quien presentó supuestas pruebas asegurando que tenían evidencias de que en Ucrania se estaba llevando a cabo la eliminación urgente las mismas. “En Ucrania había una red de 30 laboratorios biológicos controlados por EE UU en los que se realizaban experimentos muy peligrosos, y cuyos resultados eran remitidos a instituciones de EE UU. El objetivo era estudiar la posibilidad de propagar los patógenos de peste, ántrax y cólera a través de pájaros, murciélagos y personas”.
Pero nadie creyó los argumentos de Vasili Nebenzia ante el CS-ONU. –Y que, por cierto, a EE UU sí le creyeron cuando El Pentágono aseguró que Sadam Husein tenía armas químicas y bacteriológicas para ser usadas en contra de Occidente, lo que llevó a los aliados a invadir a Bagdad el 20 de marzo de 2003.
Al parecer, aún quedan chuchas vidas para asesinar y mucho gas para quemar.
¿Que quiénes ganan con la ignominia de la guerra entre Rusia y Ucrania? Sería fácil declarar que nadie ganará, no obstante, los fabricantes de armas y equipos bélicos (que les venden a ambos bandos) han facturado cientos de miles de millones de dólares en ventas, tanto para ayuda militar a Ucrania, como para los ejércitos de occidente que se preparan para lo que ellos han denominado la «Amenaza Rusa». Desafortunadamente, el escenario seguirá Dantesco para soldados ucranianos y rusos por mucho tiempo; ya que los encargos de armas no paran. Asimismo, los reclutamientos forzosos de convictos, etnias minoritarias e inmigrantes son carne de cañón entre ambos frentes.
¿Chantaje por los recursos naturales?
Se podría especular en que a los europeos les espera algo parecido a La Era Glaciar, pues es casi seguro que Putin cerrará el grifo del gas y del petróleo cuando el invierno se asome. Putin no tampoco permitirá la salida del trigo desde Ucrania. Si las sanciones y la presión contra Rusia continúan, la carne, el salmón y todo lo que está bajo su control se quedará en donde está. No olvidemos que solo el 23% del agua del planeta es dulce, recordemos que el Lago Baikal (20% del agua dulce del planeta) está en su territorio. Rusia posee la cuarta reserva más grande del mundo de las llamadas Tierras Raras, imprescindibles para la fabricación de materiales sensibles en materia de tecnología […].
Parece que el mundo seguirá en vilo hasta que haya una solución diplomática.
¿Bajo cuáles acuerdo podría llegar el fin de la invasión? Ucrania acaba de informar que ya no quiere acuerdos, a menos que incluyan la devolución de todos los territorios ocupados por Rusia, incluyendo Crimea.
Con la proliferación de ayudas económicas, «donaciones de armas», asesoramiento y formación militar que occidente le está facilitando a Kiev; es evidente que Zelenski, sus altos mandos militares, sus asesores y la Organización de Nacionalistas Ucranianos se han envalentonado y plantarán cara a Putin, a pesar de su estratagema de disuasión hipersónica Nuclear.
