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“América Crece”: Un plan para la recolonización de la región

Written by Debate Plural

María Fernanda Barreto (Kaosenlared, 21-9-20)

 

EE.UU. relanza la Doctrina Monroe, un plan de recolonización de América Latina y ve a Venezuela y Cuba como principales enemigos de sus intereses en región.

Ante el inminente retroceso del poder unipolar que Estados Unidos había conseguido tras el fin de la guerra fría, el ascenso de nuevos centros de poder económico y países política y militarmente poderosos que no se han alineado o subyugado a sus definiciones como sí lo hace por ejemplo, la Unión Europea, la potencia norteamericana ha decidido relanzar en 2019 la Doctrina Monroe sobre el continente americano, condenando a los Pueblos de América Latina y el Caribe a enfrentar este proceso de recolonización, que se ejecuta con el aval de algunos de sus gobiernos más sumisos encabezados por supuesto, por el gobierno uribista de Colombia.

Esta doctrina nacida a principios del siglo XIX y popularizada a finales del mismo, nació para justificar los deseos y acciones expansionistas del territorio estadounidense que poco a poco logró copar la mayor parte de Norteamérica y comenzó a crecer hacia el sur, avanzando sobre América Latina a mediados del mismo siglo.

Desde entonces el slogan de “América para los americanos” comenzó a referirse a la propiedad que Estados Unidos considera tener sobre todo el continente y el Caribe. Si bien el enemigo inicial de esta doctrina lo constituyeron las naciones europeas que poseían territorio norteamericano (Inglaterra, Francia y España), poco a poco fueron convirtiéndose en sus enemigos todos los Pueblos de la región que osaran defender su propia soberanía, más aún si lograban hacerse con el poder político de sus propios países. Es así como hoy día Venezuela y Cuba, son considerados los principales enemigos de los intereses estadounidenses en el continente y es la presencia regional de China, Rusia e Irán, la que más temor causa en el imperio del norte.

Uno de los planes estratégicos que se está trazando desde Washington para la operativización del relanzamiento de esta doctrina, es la iniciativa lanzada en diciembre de 2019 nombrada en castellano como “América Crece” y que comenzó a conocerse  a partir de agosto del 2020 tras el anuncio del gobierno de Colombia de la iniciativa “Colombia Crece”.

Una iniciativa para el crecimiento de los EE.UU.

Aun cuando la iniciativa recibe la traducción de “América Crece”, su nombre original el inglés deja más claras sus intenciones, pues no es la traducción exacta que sería America grows o America is growing, por el contrario el nombre que ostenta su logo en inglés es “Growth in the Americas” que literalmente traduce a “Crecimiento en las Américas” y nos acerca más a la intención expansionista, de despojo y control político, militar y económico que ésta pretende sobre nuestros países.

Mientras en Agosto fueron el Consejero de Seguridad Nacional de los EE.UU., Robert O’Brien y el Director de la naciente U.S. International Development Finance (DFC) Adam Boehler, quienes anunciaron junto al presidente colombiano, Iván Duque, esta iniciativa desde Bogotá, este fin de semana fue ratificada desde el mismo lugar por Mike Pompeo, el secretario de Estado del presidente norteamericano, Donald Trump.

Además de la USAID, los organismos más importantes que dirigen esta iniciativa son el Departamento de Estado, Departamento del Tesoro, Departamento de Comercio y el Departamento de Energía. La elección en septiembre del candidato de Trump a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fue un movimiento complementario de mucha importancia para este plan.

Como era de esperarse, el objetivo principal de este plan es el crecimiento económico de los EE.UU., la optimización de sus mecanismos de despojo de las riquezas de los países de América Latina y el Caribe, y el retorno a su “área de influencia” de las grandes corporaciones norteamericanas que se habían establecido sobretodo en Asia.

Así la iniciativa “Growth in the Americas” se plantea como objetivo apoyar el establecimiento de capitales privados estadounidenses en toda América basándose en la estrategia de nearshore o nearshoring que es un mecanismo para la reducción de costos de las empresas a través de la subcontratación en países que le garanticen una disminución de costos fijos, generalmente a través de salarios mucho más bajos y sin cargas sociales, donde los derechos de los trabajadores y trabajadoras no representan una carga para las empresas contratantes. Es decir, que el pagar salarios bajos y desconocer los derechos laborales son el objetivo económico de esta estrategia.

Descaradamente en su página web oficial, esta iniciativa se compromete a  ayudar a las empresas estadounidenses a reducir las regulaciones legales que considera “excesivas” en los países como Colombia, así como a eliminar las barreras para el mercado y las inversiones de los países en los que se expandirán sus empresas. Lo que sin duda significará una clara desventaja para los países donde sus inversiones se concreten.

Pompeo hizo énfasis en su interés de desarrollar esta iniciativa en Colombia en el sector minero energético. Las otras áreas fundamentales de desarrollo de esta iniciativa son infraestructura (con énfasis en puertos, carreteras y redes eléctricas) y soporte para las redes de quinta generación (5G).

El “Nuevo Plan Colombia” y la injerencia en Venezuela.

Sin ninguna sutileza, la presentación de la expresión bilateral de esta iniciativa en Colombia, en dos alocuciones públicas de la presidencia colombiana en los meses de agosto y septiembre, con la presencia de los tres altos funcionarios del gobierno de la Casa Blanca aquí mencionados, bautizó a esta iniciativa como un “Nuevo Plan Colombia” e hizo énfasis en que uno de sus ejes en el país será la lucha contra el narcotráfico, la contrainsurgencia y de nuevo la intervención en Venezuela en la que Duque insistió en ambas ocasiones.

La evocación al “Plan Colombia” trae a la memoria del continente el aumento de las bases militares estadounidenses en América del Sur, el aumento de la producción de cocaína, el aumento de las violaciones a los DD.HH., entre ellas, los falsos positivos, las violaciones a mujeres y niñas, el aumento del desplazamiento forzado, así como de los asesinatos, represión y judicialización de la protesta social, entre otras grandes tragedias que ha vivido Colombia como laboratorio de guerra del imperio estadounidense, cuya primera víctima ha sido siempre el Pueblo colombiano.

La iniciativa “Growth in the Américas” y su “Nuevo Plan Colombia”, deben encender las alarmas no solo del Pueblo colombiano que continúa resistiéndose a pesar de las más abominables y públicas masacres en su contra, y de la Venezuela que se ha mantenido durante más de veinte años de amenazas sostenidas a su soberanía, sino también de todos los Pueblos de Nuestra América y quienes entienden en el mundo, la importancia estratégica de la lucha contra el imperialismo como primer paso para el logro de la anhelada paz.

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