Economia Internacionales

Marx y su encuentro con la Economía Política (I)

Written by Debate Plural

Nicolás González Varela (Rebelion, 24-2-18)

 

Existe una corriente historiográfica marxista (y no-marxista) que sostiene que el primer contacto serio de Marx con la ciencia denominada en el mundo anglosajón como “Economía Política” se produjo recién a mediados de 1844 con su estudio de la obra de James Mill: Elements of Political Economy. [1] Y que esta nueva ansia intelectual por la Ciencia económica, este descubrimiento de un nuevo continente teórico, este pasaje abrupto de la Filosofía a la Economía crítica, vino sin lugar a dudas estimulada por el ensayo de Engels: “Esbozo de una Critica de la Economía Política”, escrito entre 1843 y 1844 y publicado en los Anales franco-alemanes que Marx co-dirigía con el republicano Arnold Ruge. Entre los ilustres apellidos que sostienen estas hipótesis se encuentran, entre otros, Cornu (a quién sigue Althusser), Mayer, Rubel, Hobsbawm o recientemente en la extensa biografía del historiador Stedman Jones. [2] Esta tesis principal se sostiene sobre un presupuesto no explícito, la unidad mítica, la comunidad espiritual-intelectual entre Engels y Marx, acuñada ya por el primer biógrafo de Marx Franz Mehring, ya cuestionada en su momento por Lukács y Korsch. En general, los sostenedores de esta tesis tienen las siguientes características comunes: 1) subestimación de la influencia de la Economía Política de Hegel (Smith, Say, Steuart) en Marx, primero como joven-hegeliano y luego como crítico de su Filosofía política (en especial de su Die Grundlinien der Philosophie des Rechts oder Naturrecht und Staatswissenschaft; 2) desvalorización o subestimación de la etapa de Marx en el periódico liberal Rheinische Zeitung y sus conocimientos de la Nationalökonomie (en especial de Friedrich List); 3) ignorancia o subestimación del influencia de la critique económica del Socialismo francés de Blanc, Considerant, Proudhon y Leroux entre 1842 y 1843; 4) errores en la datación de los famosos Hefte de Paris de 1843-1844; 5) esquema subyacente erróneo de la evolución de Marx (de filósofo a economista); 6) mantenimiento del mito de la unidad espiritual de Engels-Marx; 7) carencias en la bibliografía secundaria a la luz de las nuevas ediciones de Marx y Engels. Nosotros poseemos hoy una gran ventaja con respecto a la Marxología anterior a los años 1970’s: la extraordinaria combinación de las obras escogidas de Engels y Marx (las llamada Werke), [3] la versión inglesa más completa de las Werke, las Marx-Engels Collected Works (MECW), [4] la francesa del gran marxólogo Maximilien Rubel, [5] la última versión de la mítica Marx-Engels Gesammtausgabe del malogrado Riazanov [6] (MEGA2) [7] y la correspondencia no solo de Engels con Marx sino la de sus epistolarios, nos presentan un Marx desconocido e irreconocible. En lengua española la situación todavía no ha mejorado, a pesar de la publicación de una versión incompleta de las Werke en México [8] y otra en España [9] Es posible ahora intentar despejar las diversas interpretaciones del origen de la Teoría crítica del Marx maduro, así como eliminar falsas divisiones o etapas en su formación intelectual. En el caso de Marx debemos hablar no de las tres fuentes canónicas (Filosofía idealista alemana, Socialismo francés y Economía Política inglesa) que condicionaron a Engels y Marx en los 1840’s, sino de seis, incluyendo la etapa de formación de los años 1830’s: la Economía Política alemana y francesa, la Ilustración francesa-alemana (en su vertiente política: el Liberalismo) y el Romanticismo alemán (como respuesta reaccionaria al exceso de Racionalismo iluminista). Marx va del Materialismo filosófico al Idealismo objetivo en su versión radical neohegeliana, y de él a los intereses “materiales”, en primer lugar sobre el problema del Pauperismo, el debate general en Europa sobre la nueva pobreza, la “cuestión social”.

Marx contra el Nacionalismo Económico de List

Los primeros intentos (¿fallidos?, ¿en falso?, ¿exploratorios? ¿críticos?) de Marx de una crítica a la Economía Política de la época, conocida en esa época en Alemania como NationalökonomieVolkswirthschaftslehreVolkswirthschaftspolitik, Polizeiwissenschaft o incluso la más antigua de Kameralwissenschaft, [10] se sucedieron a lo largo de los años 1842-1843 (mucho antes de su exilio en París) en un contexto muy especial, han despertado escaso interés y llamado la atención de pocos especialistas. Dentro de las autointerpretaciones que Marx realizó sobre su propia Bildung, la más conocida se encuentra en el famoso “Vorwort” en la Kritik de 1859; allí afirma que “en 1842- 1843, siendo redactor de Gaceta Renana me encontré por primera vez en el trance difícil de tener que opi nar sobre los llamados intereses materiales (materielle interesen). Los debates de la Dieta renana sobre la tala furtiva y la parcelación de la propiedad de la tierra, la polémica oficial mantenida entre el señor von Schaper, por entonces gobernador de la provincia renana, y la Gaceta Renana acerca de la situación de los campesinos de Mosela y, finalmente, los debates sobre el Librecambio y el Proteccionismo (Freihandel und Schutzzoll), fue lo que me movió a ocuparme por primera vez de cuestiones económicas (ökonomischen Fragen).” [11] Otra pista es del propio Engels en el “Vorwort” de 1885 al segundo tomo de Das Kapital afirma que “Marx había iniciado sus estudios económicos (ökonomischen Studien) en 1843 en París, con los grandes escritores ingleses y franceses; de los alemanes sólo conocía a Rau y List, y con ellos le bastaba”. [12] Marx remite su encuentro con la Economía Política (Nationalökonomie) cuando asume su puesto el diario económico Rheinische Zeitung, en el cual llegará a ser Chief Redakteur, ese extraño laboratorio donde convivían hasta su clausura por el gobierno prusiano la burguesía renana, liberales de izquierda y jóvenes hegelianos. [13] los discípulos de Hegel (los de izquierda, también llamados los afrancesados, Affranchis) y los liberales renanos se confabularon en una empresa periodística contranatura, curiosa e inédita. El objetivo del diario era la defensa de la burguesía industrial renana contra la alianza del Absolutismo prusiano con los terratenientes, los Junkers. Aquí la carrera pública y política de Marx, después de su período anterior de protégé de Bruno Bauer, es impulsada por una formación de compromiso, una alianza entre una fracción de la burguesía liberal renana y un colectivo de filósofos, ensayistas, autodidactas. O sea: Marx no entra a la Política por su adhesión o afinidad con el Proletariado, sino a la inversa, ingresa en la Política en una experiencia liberal y demócrata burguesa que lo llevará a una experiencia comunista dentro del campo liberal-demócrata. Será un punto nodal, de mediación, en el desarrollo de Marx, que pasará de ser un erudito con tendencia activista a un activista con formación académica. En la Rheinische Zeitung Marx dejará de ser el mejor discípulo de Bauer a ser por méritos propios un autor y un polemista destacado que sorprenderá a sus lectores. Izquierdistas y padres fundadores del Anarquismo y el Comunismo (Hess, Engels, Marx, Stirner) se abrazan con los padres del Capitalismo liberal renano (Camphausen, Hansemann, Mevissen) y con los defensores de la burguesía proteccionista (List, Höfken). Una breve historia del periódico no permitirá entender mejor al propio Marx: a mediados de 1841 un joven abogado de Colonia, perteneciente a una influyente familia, Robert Jung, muy relacionado con los jóvenes hegelianos, junto con un intelectual radical hijo de un importante comerciante exportador y refinador de azúcar judío (Moritz Hess) elaboran la idea de un nuevo periódico sostenido financieramente mediante acciones o títulos. Hess, aka “El Rabino rojo” ya era un protocomunista o un socialista “verdadero”, [14] dos términos que se confundían en la época, con una breve carrera de periodista político. ¿Pero qué hacía un comunista en una corporación empresarial de socios por acciones? Puede resultarnos raro en la actualidad, pero en la década de 1840’s no era del todo extraño que los socialistas percibieran esta forma de empresa comercial como un paso más allá de la propiedad individual y familiar hacia una suerte de Colectivismo. Hubo dificultades legales para establecer una corporación, por lo que acordaron una forma comercial relacionada, una Kommanditgesellschaft, una sociedad en comandita por acciones como se la conoce hoy en día, similar a una empresa con capital limitado de la “Common Law” anglosajona, en la que la responsabilidad de la mayoría de los socios se limitaba a su inversión, mientras que algunos socios generales tenían una exposición mayor al riesgo Los tres socios generales eran Jung; el banquero de Colonia Dagobert Oppenheim; y el editor del periódico, el comerciante de libros Engelbert Renard. [15] La propia “composición de clase” de los inversores nos permite entender su orientación política y las diferencias dentro de la élite de Colonia (como por ejemplo en el caso de List). Muchos de los inversores no eran naturales de la zona, se trataba de capitalistas inmigrantes, en muchos casos innovadores empresariales que estaban sacudiendo los caminos establecidos de la metrópolis renana. Estos inversores tendían a ver al tradicional diario católico Kölnische Zeitung, como la voz de los capitalistas nativos y atrasados, grupo que veían como una camarilla con conexiones clientelísticas cuestionables y corruptas con el gobierno municipal. [16] El biógrafo clásico de Marx, Mehring, define al KZ como un periódico “clerical”, señala que “que mantenía las pretensiones del Partido ultramontano, que en el Rin era muy potente y daba mucho que hacer a la Política policíaca del gobierno… el monopolio ejercido sobre la prensa de la región por la KZ era tan fuerte que su propietario eliminaba sistemáticamente, cerrándoles el paso, a cuantos periódicos surgían queriéndole hacer competencia, aunque fuesen fomentados desde Berlín.” [17] En Renania los puntos de vista procatólicos eran simultáneamente anti-prusianos, y el núcleo duro del nuevo periódico era en su mayoría de confesión protestante (como el hijo de von Mevissen [18] o el presidente de la banca y de la Cámara de Comercio Ludolf Camphausen). Mehring no andaba desacertado: por ejemplo el gobernador prusiano del distrito de Colonia… fue uno de los inversores iniciales en el nuevo proyecto de la RZ.

Como Hess lo vio, la fórmula inédita tenía dos componentes explosivos: intereses económicos capitalistas buscando con desesperación su expresión política e intereses políticos radicales buscando desesperadamente sostenes financieros para salir del ghetto intelectual de la academia. Sólo puede compararse a las extrañas alianzas prácticas del Saintsimonismo en Francia en la misma época. La Rheinische Zeitung für Politik, Handel und Gewerbe (“Gaceta Renana, para la Política, el Comercio y la Industria”) es una verdadero “Bloque Histórico” en el sentido de Gramsci o una formation de compromis en la jerga psicoanalítica, un equilibrio frágil al filo siempre del estallido. [19] Uno de los creadores, impulsores y jefes redactores del proyecto no es otro que el “rabino rojo” Hess, a quien se define como verdadera alma del proyecto. Su primer número saldrá el 1º de enero de 1842, el equipo de redacción lo cubren Hess (quien también es el encargado de la corresponsalía en Francia, aunque no le han dado el cargo de jefe de redacción debido a la desconfianza de los accionistas por su radicalidad), pero lo importante para nosotros es que el director pensado para la publicación era nada más ni nada menos que el economista proteccionista Friedrich List (el futuro ideólogo de la Economía cerrada y de la unión aduanera alemana, portavoz de la burguesía industrial naciente), que no pudo asumir su cargo por problemas de salud, y designó como su reemplazante a uno de sus más fieles seguidores, el economista Gustav Höfken (quién sería ministro de finanzas en la unión aduanera austro-germana). Su mano derecha Höfken demostró no solo ser un editor y jefe de redacción inepto sino que a ello se le agregaron los evidentes conflictos ideológicos no solo con el núcleo joven-hegeliano sino con los sectores burgueses que sostenían mediante acciones al diario. Colonia era un centro financiero importante y un dinámico puerto de río, una ciudad eminentemente comercial cuyo centro de gravedad era su posición como punto medio entre los productos manufacturados en Alemania y aquellos que llegaban del mundo del Atlántico. En contraste con otras partes de Alemania occidental, no existía una gran red de industrias, el “Libre Comercio” era la consigna más popular entre los grandes empresarios y “traders” de la ciudad. Obviamente las ideas proteccionistas que List defendió y que su protegido Höfken quería convertir en el centro de la política editorial de la RZ tenían un apoyo mínimo en el consejo editorial. Al intentar hacerlo, se puso en desacuerdo tanto con los accionistas como con los socios en general, de modo que duró como editor unas pocas semanas después del inicio de la publicación en enero de 1842. La excusa de su separación fue su negativa a publicar un artículo precisamente de Bruno Bauer. [20] La tensión no solo era entre liberales neosmithianos versus nacionalistas sino a su vez entre ellos y las ideas comunistas y socialistas. Hess publicará un artículo polémico en abril de 1842, “Los comunistas en Francia”, [21] en el cual comenta con traducciones de párrafos completos, un manifiesto comunista publicado por La Presse, el diario conservador de Girardin, en Paris. Aprovechando explica las limitaciones y méritos de las ideas de Saint-Simon y Fourier. Traduce largos párrafos escandalosos para la situación política alemana: “la práctica de la igualdad se debe basar en: 1) la Comunidad del Trabajo; 2) la Igualdad de Derechos para la utilización de lo que se produce en común; 3) la Comunidad de la Educación y la transformación de la familia; 4) la Comunidad de la Tierra”. Inmediatamente creará un círculo de estudios socialistas conocido como “Köln-Kreis” donde Marx no estará inicialmente (se sumará en octubre de 1842) [22] pero sí un amplio grupo de comunistas que será el arma de choque tanto contra los Affranchis como contra la temerosa fracción “nacional-proteccionista” del diario dirigida por el discípulo de List, Höfken. El grupo se reúne regular y secretamente en la LasserHof de Colonia. Este círculo será además el futuro semillero de la mítica Liga de los Comunistas en 1848. En un balance posterior (1845) Hess comentará cómo funcionaba este núcleo oculto y accidental de protocomunistas en la NZ: “La primera huella de Socialismo radical en Alemania la descubrimos en el Rheinische Zeitung, o sea: un órgano del Partido filosófico del movimiento. Los Anuarios de Arnold Ruge, ciertamente, se habían adherido ya antes a la política radical; pero en ellos todavía no se hablaba de Socialismo… En este punto hay que destacar la circunstancia de que durante todo el tiempo que existió el citado diario el Partido filosófico del movimiento fue enemigo del Socialismo radical y, en realidad, éste fue introducido clandestinamente en el Rheinische Zeitung”. En seguida Höffken renunció y en su lugar se designó un junghegelianer y cuñado de Bruno Bauer, que llegaba con el visto bueno de Marx: el geógrafo Adolf Rutenberg.

El nuevo diario era el sucesor de la Rheinische Allgemeine Zeitung, fundada en 1840 por liberales renanos para defender los intereses económicos y sociales; empresa que fue cercada y absorbida por la católica Kölnische Zeitung; en su editorial “Gruß u. Warnung” (“Saludo y advertencia”) resume el objetivo y las metas de la RZ: “Hay que desenmascarar y combatir sin miedo y sin asco todos estos vicios: la cobardía, el egoísmo, el espíritu rutinario y filisteo, la debilidad, el autoritarismo, que tan bien se ocultan detrás de las personalidades y las instituciones”. [23] A su vez List había fundado la Asociación de Comerciantes y Manufactureros de Alemania en 1819, y había sido editor del Organ fur den deutschen Handels—und Fabrikantenstand, de 1819 a 1821. El programa económico de List era muy original, una de las “respuestas nacionalistas” al Industrialismo manchesteriano, novedoso, anti-romántico y heterodoxo, ya que tenía como premisa al Economía Política británica, la Revolución industrial inglesa y los efectos positivos de la Revolución francesa. List era un especie de Saint-Simon alemán, apóstol radical del industrialismo y al mismo tiempo, contra el Laissez-faire, sostenía que la Economía debía subordinarse a la Política, al Estado qua nación. Muchos especialistas encuentran que en List y Marx se encuentran paradigmas enfrentados, dos visiones radicalmente opuestas de la evolución de la sociedad. [24] El motto burgués de List era: “¡Empresarios de toda Alemania: uníos!”. List además era un personalidad reconocida internacionalmente, diplomático de los EE.UU.; allí entre 1825-1830 se transformó en un representante muy activo del “American System”, proteccionismo imperial que sostenían Henry Clay, Mathew Carey y Charles Ingersoll, movimiento que urgía al Congreso que impusiera altas tarifas aduaneras para salvaguardar las industrias nacionales, aún en su infancia, de la competencia extranjera. De vuelta a Europa fue asesor del rey Luis Felipe entre 1837 y 1840, escribió en francés su primera obra económica de largo aliento: El Sistema natural de la Economía Política. [25] Aquí vuelve a ser influido por un grupo de economistas franceses “nacional-imperiales” que rechazaban los principios del Laissez-faire y del “Libre Comercio” que sostenía Adam Smith y sus seguidores en Francia (J. B. Say y Bastiat). Los líderes del Proteccionismo económico francés eran el químico Jean Antoine Chaptal (uno de los mejores ministros que tuvo Napoleón, y al que Marx también había leído) [26] y el matemático Charles Dupin (gran promotor de la Estadística, fue el que acuñó por primera vez la voz “Forces productives”) [27] ; ambos sostenían que se debía rechazar a Smith, volver a las tradicionales políticas económicas previas a la Revolución francesa (el modelo a seguir era el de Colbert) con las modificaciones necesarias en vista de los cambios en la Economía y en la Técnica que tuvieron lugar a lo largo del siglo XVII. Chaptal, por ejemplo, fue pionero en la introducción de la gran maquinaria en la industria textil y en la pesada que casi absorbió su Política económica. Fue durante su estadía en Francia que List pudo escribir la primera parte de su obra más importante publicada en 1841: El Sistema nacional de la Economía Política. [28] Como Marx, List anunció que era la primera parte de una obra extensa pensada en varios volúmenes, pero solo se publicó un tomo. List, un “mercantilista realista”, suponía que una Economía no solo estaba determinada por leyes universalmente válidas, sino que los diversos factores sociales y políticos también siempre desempeñaban un papel decisivo; mientras que la Economía clásica enfatizaba la importancia de la producción, por ejemplo, por Adam Smith, enfatizaba en especial el desarrollo de las fuerzas productivas. Según Smith, las tarifas proteccionistas solo eran necesarias en tres situaciones extremas: como retribución cuando los países extranjeros limitaban las importaciones y había que plantear represalias para que retiren esas restricciones comerciales; como medio para proteger las necesidades de fabricación que no pueden satisfacerse (todavía) a nivel nacional; y en tercer lugar, para poner los productos extranjeros en igualdad de condiciones con los productos nacionales, productos en el caso de que los primeros estén sujetos a impuestos más bajos que los segundos. List en cambio vio la industrialización de un país como el catalizador de un proceso de autorrefuerzo y abogó por tarifas protectoras y aranceles hasta que se formara una industria internacionalmente competitiva y robusta. Smith, señala List, es la encarnación de la Economía “cosmopolita”, ignora los intereses nacionales. [29] No resulta extraño que el NS-Staat nacionalsocialista lo incorporara a su genealogía: en 1934 en los festejos del centenario de la Zollverein, List fue revalorizado como un teórico anunciador del IIIº Reich y antítesis del Comunsimo; esta nueva re-categorización llegó incluso a sus obras completas, Hitler completaba “desde abajo” la tarea inconclusa de la construcción del Volkstaat de List y Bismarck. [30] Todo el resto de sus ideas se desarrollan en torno a este obsesivo Oberthema. Su obra principal se dividía en cuatro “libros”: “La Historia”, “La Teoría”, “El Sistema” y finalmente “La Política”; en el segundo libro List debatía ampliamente con los mayores exponentes de la Economía Política: Quesnay (para List el creador de la idea del Libre Comercio), Steuart, Smith, Say, Malthus, Torrens, Sismondi; en el capítulo XII discutía las diferentes teorías sobre el Valor, debatiendo los “Productive Powers” de Smith. [31] List renombra el concepto, que considera demasiado estático, con el de “recursos productivos”, y jugará un rol decisivo en su sistema. En la obra Systéme naturel… List desarrollará esta categoría económica intentando que se transforme en el núcleo de su teoría del Valor. Aunque Smith ya había usado el término ““productive resources”, pero de manera secundaria, parece que List tomó la idea del economista norteamericano Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores de EEUU, de su obra principal: Report on the Subjects of Manufacturers, [32] a la que consideraba un trabajo célebre por su descubrimientos, pero en lo esencial se fundamenta en el Mercantilismo y en la política proteccionista de Colbert. Será el fundamento ideológico del Partido Republicano y. Las ideas de Hamilton dominarían la Economía Política norteamericana (la American School) hasta 1860, influenciando no solo a List sino a otro futuro objeto de la crítica marxiana: Henry C. Carey. [33] Lo original de List fue el desarrollo desde el concepto de “recursos productivos” de una teoría de creación del Valor alternativa a la de Smith y Ricardo, además recubre un complejo y heterogéneo fenómeno que se encuentra determinado e influenciado por múltiples factores (macro y macroeconómicos): leyes del Estado, instituciones públicas, ciencias y tecnología, derecho de propiedad, y presupone una libre y armoniosa cooperación entre la Agricultura, el Comercio y la Industria.

Posiblemente fue el primer estímulo (junto con al lectura de Hegel y Proudhon como veremos) que direccionó al Materialismo filosófico del joven Marx hacia el significado centro de gravedad en la época burguesa: la Economía Política. Pero no solo se trata de una aséptica y libresca influencia académica sino de una auténtica confrontación filosófico-política con la expresión más sofisticada del Nacionalismo económico burgués de la época. En su “Einleitung” a la obra, List critica a la Filosofía alemana contemporánea “por su actitud arrogante hacia la Política económica”, afirmando que la Filosofía debe aprender a ver los intereses materiales del Hombre como portador de sus intereses intelectuales: “incluso los teólogos aprenderán la importancia de la Economía nacional cuando se dan cuenta de cuántos pecados y crímenes se han cometido en un estomago vacío.” [34] El libro, un auténtico “manifiesto de partido” (Roscher) [35] desató en toda Alemania, incluso en Francia e Inglaterra, un áspero debate que ocupó diarios económicos y revistas académicas. El libro tuvo tres ediciones en poco tiempo, algo inédito para un libro “económico” en Alemania. [36] Por ejemplo Engels en 1844 sostenía que Das nationale System der politischen Ökonomie de List era el mejor libro que los economistas burgueses alemanes habían producido jamás, más adelante la calificaba de “obra gloriosa”, puntualizando lo siguiente: “Hasta la fundación de la ‘Zollverein’, los alemanes no se encontraron en condiciones de poder entender, únicamente, la Economía política. En efecto, a partir de entonces comienza a importarse la Economía Política inglesa y francesa, en provecho de la burguesía alemana. La gente erudita y los burócratas no tardaron en adueñarse de la materia importada, aderezándola de un modo que no honra precisamente al ‘Espíritu alemán’. De la turbamulta de caballeros de industria, mercaderes, dómines y burócratas metidos a escritores, nació una literatura económica alemana que, en punto a insipidez, superficialidad, vacuidad, prolijidad y plagio, sólo puede parangonarse con la novela alemana. Entre la gente de sentido práctico se ha formado en primer término la escuela de los industriales proteccionistas, cuya primera autoridad, List, sigue todavía siendo lo mejor que ha producido la Literatura económica burguesa alemana, aunque toda su obra gloriosa esté copiada del francés Ferrier, padre teórico del sistema continental. Frente a esta tendencia, apareció en la década de 1840’s la escuela librecambista de los comerciantes de las provincias del Báltico, que repetían balbuceando, con una fe infantil, aunque interesada, los argumentos de los ‘freetraders’ ingleses. Finalmente, entre los dómines y los burócratas, a cuyo cargo corría el lado teórico de esta ciencia, tenemos áridos herboristas sin sentido crítico, como el señor Rau, especuladores seudo-ingeniosos como el señor Stein, que se dedicaba a traducir las tesis de los extranjeros al lenguaje indigerido de Hegel, o espigadores literaturizantes dentro del campo de la ‘Historia de la Cultura’, como el señor Riehl. De todo esto salieron, por último, las ciencias camerales, un potaje de yerbajos de toda especie, revuelto con una salsa ecléctico-economista, que servía a los opositores para ingresar en los escalafones de la Administración pública.”[37] Aclaremos que en Alemania el desarrollo de la Nationalökonomie, el equivalente germano a la Political Economy escocesa e inglesa, en la primer mitad del siglo XIX no debe su base teórica a Smith (cuya recepción fue en muchos casos un malentendido) [38] sino a la ruptura con las ciencias camerales y sus tradiciones, las que crearon un espacio en el que pudiera establecerse la nueva ciencia económica. La Kritik de la Nationalökonomie, o de la Staatswirtschaftslehre (como traducía List al alemán Political economy) tal la cuestión que hay que despejar en Marx, no nace en el mismo contexto en el que lo hizo su contraparte inglesa: en Alemania nacerá bajo el signo de la confrontación entre dos programas de gobierno de la sociedad contrapuestos: por un lado, la Sociedad Civil como un organismo en permanente construcción a través del trabajo de la Polizeiwissenschaft (derivada de las ciencias camerales),[39] en tanto sinónimo de Estado; por el otro la Sociedad Civil como una entidad con capacidad autónoma y separada del Estado, con potencias propias para la autorregulación y sujeta exclusivamente a un marco jurídico general que emana de un Estado poco intervencionista. [40] Kant representa, por ejemplo, un primer momento de este despliegue y separación de la Sociedad Civil con respecto al Estado, en su escrito de 1793 sobre lo que es bueno en la Teoría no puede serlo en la Práctica, [41] nos presenta como cada individuo tiene la Libertad de buscar su propia felicidad (nadie puede ser forzado a ser feliz), bajo la premisa de una igualdad formal entre sus miembros y su independencia como ciudadanos dentro del Bienestar común. Dentro de este Statu Nascenti la solución de Smith en La Riqueza de las Naciones ofrecía un paradigma renovado, ejemplar, un modelo más acorde con las propias pulsiones históricas burguesas, una suerte de orden cuasi-natural que surge como resultante del conflicto de baja intensidad de intereses y egoísmos enfrentados, al mejor estilo de Mandeville. Una esfera económica en tanto sistema armonioso y autoequilibrado, la nueva Utopía, que requiere para su buen funcionamiento ser liberada de la interferencia arbitraria. La Riqueza y la Felicidad son ahora el producto autónomo de las relaciones sociales, en lugar de ser un objetivo cuya sustancia es autoritariamente decretada. Este nuevo orden económico posee sus propias leyes “naturales” y objetivas, que pueden incluso sufrirse en carne propia; estas leyes no se generan por un ukase de un monarca o un cameralista, sino son leyes dinámicas, de movimiento, que yacen en la esencia de la Sociedad Civil, en la racionalidad de los intercambios en el sistema mutuo de necesidades. Mientras el Kameralwissenschaft rastreaba en la sociedad los objetos que pudieran ser material privilegiado de la aplicación de la prudencia neoaristotélica desde el gobierno del Estado, ahora la nueva Political Economy escocesa y manchesteriana del Ur-Liberalismo está, en cambio, obsesivamente interesada en “descubrir” esas leyes dinámicas cuasi-naturales que regulan desde atrás las interacciones de los agentes económicos. Cuando se afirma temerariamente que Marx no leyó nada de “Economía política” antes de 1844, en realidad se está reduciendo el espectro de su conocimiento a la escuela anglosajona, como veremos. Es muy decisivo y sintomático que Marx comienza su transición hacia el Comunismo crítico (1842-1843) a partir de una doble lucha simultánea: superación del Liberalismo radical y lucha contra el Nacionalismo burgués. (Continuará)

About the author

Debate Plural

Un medio independiente, libre, plural, sin ataduras con empresas o gobiernos; buscando el desarrollo de una conciencia critica, y la verdad que subyace en el correr de la vida nacional e internacional para el empoderamiento del pueblo dominicano en relación con las luchas y reivindicaciones económicas y sociales fundamentales

Leave a Comment