Antonio Rondón García (Sin permiso, 11-6-19)
El acuerdo firmado por Huawei y la compañía rusa de telefonía móvil ante la presencia del presidente ruso, Vladimir Putin, y su par chino, Xi Jinping, en vísperas del XXIII Foro Económico Internacional de San Petersburgo.
Sin embargo, la rúbrica de ese acuerdo levanta nerviosismo, exhibido en medios de prensa norteamericanos, luego que la Casa Blanca pareció comprender el error cometido al acorralar al gigante asiático, que, finalmente, buscó una alianza con Moscú.
Ello significa que China pondrá al servicio de Rusia todo su potencial en el desarrollo de la novedosa tecnología, que prevé velocidades de hasta 20 gigabytes por segundo y el avance de la llamada internet de las cosas, la economía digital y la robótica.
MTC prevé invertir 20 mil millones de rublos (394 millones 594 mil dólares) en el desarrollo nacional de la red 5G, mientras firmó recientemente un acuerdo con el gobierno de Moscú para iniciar pruebas pilotos en la capital rusa.
De esa forma, Rusia une fuerzas con China para convertirse en una verdadera alternativa tecnológica. Los especialistas rusos hablan ahora de situar en los móviles de Huawei al sistema operativo ruso Avrora, en sustitución del Androide.
Washington prohibió a Androide cooperar para situar en las nuevas generaciones de la mayor productora china de teléfonos móviles, y la tercera en el rating mundial, solo superada por Samsung y Apple.
Rusia desarrolla al menos dos parques tecnológicos, el Skolkovo, en las afueras de Moscú, e Innopolis, en Kazán, la capital de la República de Tatarstán. Son las nuevas generaciones de programadores que combinan trabajo y estudio.
Innopolis se dedica a preparar especialistas en grandes volúmenes de datos, cibernética e inteligencia artificial, entre otras esferas de las IT.
Eso significa que Rusia tampoco llega con las manos vacías a la cooperación con China para avanzar en las tecnologías de punta, algo que le imprime aún más solidez a la nueva alianza ruso-china.
Washington deseaba aislar a Beijing en esa rama, pero más bien logró el efecto contrario, pues ahora enfrenta al potencial de Moscú y Beijing, no solo en el plano tecnológico, sino en el geoestratégico. Tenemos muchos puntos coincidentes, dice Putin.
Se espera que la 5G llegue a Rusia en los próximos tres años, con pruebas antes de finalizar 2019 en el capitalino Centro de Exposiciones de la Economía Nacional.
Para la creación de la novedosa tecnología, que puede ser una revolución y uno de los acontecimientos tecnológicos más importantes de las últimas décadas, en Rusia se unen las compañías del sector: MTS, Vimpelcom, Megafon y la estatal Rostelecom.
De hecho, Megafon realizó el pasado año las primeras pruebas de 5G, aunque será necesario contar con aparatos para probar su verdadera efectividad. Su precio futuro en el mercado ruso se estima entre los 200 y 300 dólares como mínimo.
Algunos analistas consideran que la fuerte competencia y guerras comerciales entre dos colosos como Rusia y China pueden llevar a que desde su surgimiento el 5G se regionalice, en lugar de ser un espacio universal como lo es ahora la Internet.
En febrero pasado, el exasesor norteamericano de Seguridad Nacional James Jhon confesó que quienes se negaran a cooperar con Huawei, con 16 mil patentes registradas, se arriesgaba a quedarse atrás en el desarrollo de la 5G.
Ahora los dolores de cabeza de Washington son mayores, pues puede perder la hegemonía mundial sobre la Internet desde su surgimiento y todo el potencial perspectivo de la IT.