Rienzi Pared Pérez (Listin, 16-2-19)
Recién acaba de pasar el Día de los Enamorados y he querido traer el análisis de una película que se ajusta a los temas del amor y al sacrificio. Aunque pudiera ser un poco empalagosa; pero tendremos que ubicarnos en el contexto histórico cuando se estrena, y a la vez, acompañada de una pieza musical que recorrió el mundo entero.
“Love Story” se estrena en 1970 y trata sobre dos jóvenes con diferencias sociales, que se enamoran. Oliver Barret (Ryan O’Neill) es un estudiante y deportista que proviene de una familia acomodada y ha crecido bajo la sombra de un padre sobreprotector, porque piensa que es muy débil para enfrentar el mundo. El joven Oliver conoce a Jennifer Cavilleri (Ali McGraw), una joven extrovertida que sería el combustible necesario para que Oliver, se sienta con la autoestima desbordada.
La pareja decide casarse; pero el padre de Oliver se opone, pero el joven decide seguir hacia adelante. Consigue un empleo en un bufete de abogados de gran prestigio; pero con una remuneración modesta.
Al principio todo es un sueño, hasta que tratan de ir a donde un especialista para poder concebir un hijo (ya que han tratado y no han podido concebir). Oliver descubre a través de su médico, que su esposa posee una enfermedad terminal. Él trata de ocultar el problema, y acude donde su padre a solicitarle ayuda; ya que se encuentra desesperado por el costo del tratamiento. Pero el hombre cree que el dinero sería usado para resolver otros problemas. Cuando este se entera de la verdad, ya es muy tarde, porque Jenny ha muerto.
Este drama contiene dos elementos de visión del amor. Uno es la relación directa con el padre. La química de protección versus la respuesta del joven, a lo que el padre desearía de él, da muestra de que existe una barrera entre ellos. Muchas veces otorgamos a los hijos desde muy pequeños, demasiados regalos sin estos merecerlos; pero a la vez, deseamos que ellos sean lo que nosotros como padres, queremos que sean. Cuando llegan a la adultez recorren un mundo diferente a lo que esperábamos, y ahí vendría la frustración. Los padres son un elemento de guía y orientador, más que todo.
El otro elemento del amor es la relación con su esposa. Oliver consigue una nueva vida con su pareja. Se siente libre, lleno de esperanza; pero la suerte no le acompaña, cuando su esposa se encuentra en el lecho de muerte.
El padre de Oliver se presenta ante él para pedirle perdón, y éste le dice lo que había aprendido de su esposa, que: “Amar significa no tener que decir nunca perdón”. Aunque la película posee un guion muy sencillo y empalagoso, la misma está orientada para un público específico, para sacarles las lágrimas a las personas muy sensibles. Esto no fue óbice para que el filme pudiera tener un éxito arrollador en las taquillas.
El filme lanzó al estrellato a Ali McGraw, aunque sus roles posteriores no tuvieron el mismo impacto económico.
CURIOSIDADES:
Inspiración. La película está basada según la novela homónima del guionista Erich Segal.
Época. “Love Story” se convirtió en un éxito internacional debido a la combinación de relato romántico y familiar, que supo reflejar el espíritu de la época, en un momento en el que se vivían protestas juveniles en todo el mundo.
Protagonistas. Love Story no sólo fue un éxito sino que también representó el lanzamiento de su protagonista Ali MacGraw, nacida en 1938, ésta, su tercera película, la convirtió en una estrella en todo el mundo, de la noche a la mañana. Entre tanto, Ryan O’Neill era un actor más conocido; ya que había participado en la serie Peyton Place, entre 1964- 1969.
Presupuesto. La cinta estuvo a punto de no realizarse, ya que la Paramount decidió cancelarla por razones financieras.
Matrimonio. La actriz Ali MacGraw y el productor del film, Bob Evans, contraerían matrimonio poco tiempo después de haber rodado la película.
Casting. El director Arthur Hiller pensó para el personaje de Oliver en Christopher Walken, Beau Bridges y Michael York, quienes no aceptaron el trabajo.
Nominaciones. El filme obtuvo siete candidaturas a los Premios Oscar, entre otros a la mejor dirección (Arthur Hiller), actor (Ryan O´Neal), actriz (Ali MacGraw) y mejor película. No obstante, sólo Francis Lai, autor de la banda sonora se llevó el galardón.
Taquilla. A partir de su estreno en USA, en diciembre de 1970, la obra ya había recuperado la cantidad de su producción (2.2 millones de dólares) en tan sólo tres días. En doce semanas la habían visto 17 millones de norteamericanos. Obtuvo ingresos de unos 136.6 millones en el mundo.
