Lidia Fagale (Rebelion, 17-5-18)
Uno más uno es mucho más que dos, sostiene Xi Jinping, Presidente de la República Popular China, a la hora de definir el desafío que se han propuesto para actuar y vincularse en un mundo donde el principal déficit es la paz, el desarrollo y la gobernanza global. Se trata de un planteo profundo que intenta modificar la forma en que se adoptan decisiones económicas, políticas, sociales, ambientales, lo que implica un diseño de nuevos mecanismos de cooperación de China con los países del mundo.
La paz, la cooperación, la apertura, la inclusión, el aprendizaje y el beneficio mutuo son los principios de la Franja y la Ruta (OBOR, por sus siglas en Inglés), una de las acciones más osadas que se hayan llevado a cabo a lo largo de la historia de la humanidad en momentos donde el mundo está amenazado por los trazos egoístas y guerreros con que pretende escribir la historia- de sus ambiciones- los EEUU.
Después de más de 2000 años, el regreso de este Marco Polo en su versión digital, el mercader veneciano que recorrió caminos y surcó las rutas marítimas construyendo puentes e intercambiando sedas, piedras y especies entre continentes, abre un nuevo horizonte en un siglo atravesado por renovadas tempestades geopolíticas.
No se trata de un juego virtual, que nos trae del pasado una figura mítica. La osada iniciativa convoca a millones de ciudadanos del mundo y a Gobiernos de distintos continentes a nuevos desafíos en un escenario donde la supremacía del mundo occidental estaría dejando de ser el eje de desarrollo para redefinirse en nuevos equilibrios con países y culturas muy diferentes.
Como en la ruta de antaño convergen hoy la filosofía, el comercio y la posibilidad de la guerra. Y en su versión digital, la ruta no escapa a las actuales tensiones territoriales geopolíticas y, en momentos donde la identidad y la soberanía digital están en disputa, espejo de las contradicciones entre el poder del dinero y la producción de subjetividades a escala planetaria que construye nuevos seres humanos.
China en version digital
La Franja y la Ruta es una propuesta que requiere conectar internamente a China, mejorar su infraestructura tecnológica y garantizar a su vez, la conexión transfronteriza, incentivando el desarrollo impulsado por la innovación; el fortalecimiento de la cooperación en las áreas de la economía digital, la inteligencia artificial, nanotecnología y computación cuántica, y en el incentivo de los grandes datos, la nube y las ciudades inteligentes, temas, todos, que se conectan para formar la ruta de la seda digital del siglo XXI.
La Osa Mayor/Bei Dou
En 2018, la nueva Ruta de la seda alcanzará su dimensión digital. China ampliará la cobertura de su sistema nacional de navegación por satélite a 60 países. Hacia 2020, China quiere competir directamente con el Sistema de Posicionamiento Global (GPS, en sus siglas en inglés) de Estados Unidos, y expandir sus servicios con una red de 35 satélites.
Lo que China llama BeiDou (su término para la Osa Mayor) tendrá aproximadamente 30 satélites, ajustando su precisión por debajo de los 10 metros, aún por detrás del GPS, que puede localizar posiciones a un metro o menos. Y su objetivo, finalmente, será superarlo. Las mejoras se traducen en transmisiones más rápidas y eficaces. Los servicios de navegación también recibirán un impulso. Y BeiDou conecta lo desconectado. La ONU dice que el 62% de las personas en la región Asia-Pacífico no están conectadas actualmente. Además del billón de dólares (838.060 millones de euros) de la inversión en carreteras, China ha gastado cerca de 25.000 millones de dólares (21.000 millones de euros) en BeiDou.
Más de 30 países han firmado acuerdos para incorporar localmente BeiDou. Muchos autorizan a China para que construya estaciones terrestres que mejoren la precisión de BeiDou y su fiabilidad. Además, cuenta con un plan trianual para invertir en proyectos de infraestructuras de información por un importe total de 174.000 millones de dólares que incluye el desarrollo de cables de fibra óptica para conexiones de alta velocidad. Ya, más de 150 millones de smartphones chinos, el 20% del mercado, están equipados con BeiDou, y casi 40.000 pesqueros lo usan para comunicarse. Algunas de las 20 millones de bicicletas y motocicletas chinas lo emplean como servicio de localización.
China ha comenzado a actualizar su sistema de navegación por satélite Beidou con capacidades de cobertura global a través del lanzamiento de nuevos satélites, posicionándose como el cuarto sistema de navegación satelital del mundo, siguiendo el GPS en los Estados Unidos, GLONASS en Rusia y Galileo en la Unión Europea.
Se estima que a finales del 2019 China contará con 18 satélites de tercera generación que desde el espacio cubrirán a todas las naciones involucradas en la iniciativa Bel tan Road (Un camino, una ruta). La Iniciativa de Belt and Road, propuesta por el presidente Xi Jinping en 2013, se refiere a Silk Road Economic Belt y 21st Century Maritime Silk Road. Se estima que beneficia a unos 4.400 millones de personas en 65 países, según el gobierno chino.
Hutong: Impedir el ingreso de los malos espíritus
China cuenta con su propio espacio cibernético a la vez que limita la llegada de los gigantes del ramo, principalmente provenientes de Estados Unidos. Muchos comparan los antiguos distritos o callejones de Beijing, que resaltan por su belleza e historia, con la internet china, llamados Hutong. Las viviendas tienen una pared interior de cara a la puerta de la casa que, a su vez, tiene un patio central. El propósito es impedir el ingreso de los malos espiritus a su interior.
El camino está bloqueado para extranjeros como Google y Facebook — a pesar de los esfuerzos de Mark Zuckerberg — mientras que Alibaba, Baidu y Tencent —conforman las mayores empresas de Internet chinas. Según la consultora Katar en el país asiático predomina WeChat. En su IV estudio anual de medios sociales sostiene que “los medios sociales siguen evolucionando en China, el paisaje de redes sociales se ha vuelto más complejo. WeChat continúa dominando, sin embargo, su crecimiento se ha ralentizado. Weibo, por su parte, ha reaparecido y muchas otras plataformas de medios sociales (nuevas y antiguas) están logrando encontrar valor en el desarrollo de nichos de grupos de usuarios”. En 2017, Tencent se convirtió en el primer gigante tecnológico chino en ser valorado en más de US$500 mil millones. Esto ubicó a la compañía, propietaria del popular servicio de mensajes WeChat, por delante de Facebook. Y ahora ocupa el quinto lugar, detrás de Apple, Alphabet (Google), Microsoft y Amazon. China posee hoy las mas grandes redes sociales y de mensajería del mundo. Entre las plataformas sociales se ubican Wechat con 500 millones de usuarios, QQ, hoy centrada en el entretenimiento y las subculturas jóvenes de China y Weibo, el twitter de China con 340 millones de usuarios.