Alvaro A. Caamaño y Ramón E Paniagua H. (Crisis de la dominación oligárquico-burguesa, Archivo General de la Nación 2017)
El abordaje de la problemática socioeconómica y política que se desarrolla durante el periodo de referencia, nos induce necesariamente a retomar algunos aspectos del problema troncal sobre la formación social y económica dominicana que generó trabajos importantes, los cuales han servido de referentes obligatorios a todo el que incursiona en el estudio sociopolítico de la época.
La gran mayoría de estas investigaciones se realizó en la dé- cada de los años 70 del siglo xx. En las mismas se plantea un conjunto de tesis de alta importancia sobre las relaciones de producción dominantes a finales del siglo xix, hasta abarcar el periodo de la dictadura trujillista.
Contexto socioeconómico y político de la formación social y económica dominicana a finales del siglo xix, hasta los años 60 del siglo xx
Sobre la estructura socioeconómica y política de la formación social dominicana se ha escrito bastante desde enfoques ideológicos y metodológicos diferentes. Estos estudios, en su gran mayoría, se realizaron en la década de los años 70 del siglo xx. En los mismos se plantea un conjunto de hipótesis interesantes sobre la problemática de las relaciones de producción dominantes a finales del siglo xix hasta la eliminación de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo.
Durante los últimos cincuenta años del siglo xix, las relaciones de producción dominantes en la formación social dominicana fueron precapitalistas, materializadas a través de la dinámica de relaciones mercantiles simples, cuyas formas objetivas llegaron a concretizarse a través del latifundio, minifundio, aparcería, arriendos de terrenos a la media y a la tercia. La base del pago de trabajos individuales a nivel del campo se combinaba en especie y tímidamente en metálico. (moneda).
El peso de las relaciones de producción precapitalistas incidió de manera importante en la estructura social de la República Dominicana, pues el decantamiento de las clases sociales no se produjo de manera acelerada, sino que constituyó un proceso complejo y de lento desarrollo, expresado en una resultante atí- pica y distorsionada del capitalismo en la formación social y económica de la República Dominicana.
Historiadores dominicanos que han trabajado el período coincide en que las relaciones de producción capitalistas se desarrollan y se hacen dominantes en las últimas dos décadas del siglo xix.
Los enfoques sobre las relaciones de producción capitalistas y la dominación de estas sobre la formación social y económica dominicana, son abordados de manera diferente, pero no necesariamente excluyente, por parte de los intelectuales que han trabajado el período de referencia.
Análisis de los planteamientos más importantes que se han publicado sobre la estructura socioeconómica de la formación social dominicana.
La teoría del enclave
Los postulados básicos de este punto de vista sobre el desarrollo de las relaciones capitalistas de producción parten del hecho de que el aparato exportador más comprometido con la dinámica del capitalismo central fue la industria azucarera, ya que esta estuvo en manos del capital foráneo y fue modernizada e insertada en el mercado mundial, representando el engranaje de unión entre la formación social y el capitalismo central.
Por extensión, se asume y entiende que el aparato exportador es una prolongación objetiva de las economías centrales, así nuestra formación social y económica pasó al estatus de país dependiente y de economía satélite, o sea, a una relación de intercambio desigual o de dependencia.
Un aspecto importante de estos planteamientos radica en que la industria azucarera era el único renglón económico capitalista y, en un sentido, estaba separada del resto de la formación social dominicana.
Los críticos del enfoque de enclave plantean que esta es una posición extremista en tanto que reduce las relaciones de producción capitalista a las islas de los centrales azucareros, sin estos relacionarse de manera importante y directa con el resto de la formación social y económica dominicana.
Nosotros entendemos que el aporte teórico y analítico planteado por los sustentadores de este enfoque (el del enclave) es muy interesante y contribuye a la dilucidación de un problema complejo, como lo es la estructura socioeconómica dominicana. En este sentido, este planteamiento (enclave) dominó el escenario del debate de los años 70 y principios de los 80, por lo que nos vamos a circunscribir a ciertos criterios basados en la revisión de la literatura que se ha elaborado sobre la problemática.
Las relaciones de producción capitalistas en el contexto de la formación social dominicana acusan un atraso importante, por la preeminencia de relaciones mercantiles simples, las cuales fueron dominantes durante las últimas tres cuartas partes del siglo xix. Esta situación tuvo un impacto negativo sobre la estructura social, pues frenó el despegue temprano de una burguesía nacional que pudiera impulsar el desarrollo capitalista y producir una modernización del Estado en términos cuantitativos y cualitativos acorde con la época.
Por el contrario, se había perpetuado una clase dominante instaurada como grupo oligárquico, el cual, junto al liderazgo caudillista regional, dominaba la estructura económica y política que medraba a la sombra del cuasi Estado patriarcal, sin un proyecto de nación creíble o viable según la cosmovisión de estos sectores, expresada a través de su praxis política.
El capital extranjero penetró a través del renglón azucarero, haciéndose fuerte y conectando la formación social dominicana en condiciones de dependencia bajo la forma de capitalismo periférico.
Esto ocurre de manera no desvinculada de los demás factores estructurales, pues la industria azucarera se objetiviza en territorio dominicano utilizando mano de obra mixta, extranjera y nacional; además, aunque este renglón estuviera orientado hacia fuera, parte del excedente influía en el exiguo mercado interno por el consumo de los asalariados del sector.
Conjuntamente con el renglón azucarero, otras inversiones de capital extranjero siguieron insertándose en áreas estratégicas de la formación social dominicana, como la del transporte interno y externo. Ejemplo de esto podemos citar las vías férreas del ferrocarril del Cibao Central, inversiones en electricidad, telégrafo, cigarrillos, alimentos.
Como veremos, la dualidad estructural que se aprecia en el enfoque de enclave es una apreciación un poco subjetiva, pues en una formación social históricamente determinada, las relaciones de producción cohabitan simultáneamente, siendo una de estas la dominante, y la tendencia es a la deformación y sojuzgamiento de las otras por la más desarrollada, hasta asimilarlas como parte del complejo de las relaciones de producción del sistema capitalista de que se trate.
La formación social dominicana presentaba una estructura interesante, pues en el momento en que las relaciones de producción capitalistas se desarrollaban en el renglón azucarero, se invertían sumas importantes en la reestructuración y modernización del sector; también se modernizaban áreas institucionales del Estado para proteger ese renglón y facilitar su hegemonía en sus respectivas áreas, por lo que este no estaba fuera del espectro estatal dominicano y no era un simple enclave sin contacto con el medio en que se reproducía.
Esta realidad apunta a que el capitalismo había hecho gala de presencia en la industria azucarera, y que su orientación hacia fuera no lo excluye de ser parte de la estructura de la formación social dominicana e incidir en la misma de forma importante.
Las características del renglón azucarero, junto al carácter de la economía periférica, por la vinculación del primero al capital extranjero, arrastran al conjunto de la formación social y económica dominicana a la categorización de país dependiente, quedando las demás relaciones de producción subordinadas a las relaciones de producción capitalistas, y va siendo deformadas de manera lenta a su conversión en capitalista.
Impacto de las relaciones de producción capitalistas y mercantiles (precapitalistas) en la estructura clasista
Al enfocar el aspecto de la estructura social, en la formación social y económica dominicana tenemos que precisar algunos puntos de vista que sustentamos en torno a la misma.
La estructura clasista en la formación social y económica dominicana se presenta de forma confusa y poco definida, lo que ha contribuido a negar la existencia de la burguesía y otras facciones de clase por estudiosos de la temática en cuestión.
La no definición en términos cuantitativos de la existencia del proletariado y la burguesía es una expresión del bajo desarrollo de las relaciones de producción capitalistas, pero de ninguna manera de la no existencia de las mismas en la formación social dominicana, como algunos historiadores y sociólogos han planteado.
Establecidas estas consideraciones, el problema de la estructura social dominicana lo analizamos con cierto cuidado, por lo delicado del mismo.
A nivel de los países dependientes, se presenta una especie de constante cuasi histórica en el desarrollo y reproducción de sus modelos socioeconómicos. Generalmente son países de economías de subsistencia, agrarias y con una baja implementación de tecnología, una alta tasa de analfabetos, ausencia de sistemas eficientes de salud y educación, escasa industrialización, etc.
Esta situación es más pronunciada en el periodo objeto de estudio, pues el desarrollo del capitalismo en el contexto dominicano era muy atrasado.
La estructura social era, de una u otra manera, isomórfica al desarrollo económico que tenía la formación social y económica dominicana en esos momentos.
Esto expresa por qué la estructura social dominicana no se presenta con los campos delimitados entre las diversas clases sociales y facciones de clase y, por el contrario, se visualiza como una estructura difusa compleja e indefinida en muchos aspectos. A pesar de esta realidad, existía una estructura social integrada a nuestro entender de la siguiente manera:
- Facción oligárquica.
- Burguesía.
- Pequeña burguesía.
- Obreros.
- Terratenientes.
- Rentistas.