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Enfocando el pensamiento dominicano (XXI)

El Montero: Un Análisis Sociológico (II)

IX

Hace Bonó una descripción romántica de la luna de miel entre los recién casados; destaca como Manuel, llevado por la tradición asume el control de la familia y las propiedades a la falta del criador-jefe de familia Tomás.

Como una evidencia del pensamiento ilustrado francés y su influencia en Bonó vemos como al hablar de la felicidad cita a Rousseau: “Decimos, si es que la hay en este mundo, porque muchos, por ejemplo Rousseau, definen la felicidad como el ser menos infeliz, proposición negativa que tiene una exactitud desesperante, con la cual es preciso convivir.” (Idem, pág. 91)

X

Comprende el viaje de Manuel a Macorís; el recuerdo del homicida Juan por parte de Teresa y María; el regreso de Manuel con mercancías compradas en su visita a la ciudad; la comida de Manuel (del montero) “…en su desinteresada abundancia e íntegra simplicidad.” (Idem, pág. 99)

Destaca Bonó que “Los hábitos se transmiten de generación en generación, y sólo aguardan para ingerirse en la familia, que el hijo ocupe la posición del padre. Manuel heredero de la posición de Tomás, adquirió los mismos hábitos, y cuando concluyó la cena, la vieja hamaca del criador los recibió fumando su pipa.” (Idem, pág. 99)

XI

Narra el regreso de Juan; su intento de violar a María, la búsqueda de Juan por el Capitán, Feliciano y otros monteros. Juan fue sorprendido luchando con María.

XII

Narra el desenlace con la muerte y el entierro de Juan al ser sorprendido por Manuel, quién con un sablazo en la cabeza venga los agravios del villano.

La Sociedad Dominicana de mediados del  Siglo XIX

La estructura socio-económica de la sociedad dominicana de mediados del siglo XIX está determinada por unas relaciones sociales de producción precapitalista; sin embargo,  ya existe en la agricultura y el comercio una economía de pequeños y medianos productores fundamentalmente en la región del Cibao, en la cual el modelo de capitalismo mercantil simple se desarrolla alrededor de una industria tabaquera autóctona, sobre la base de la pequeña y mediana propiedad de la tierra. En ciudades como Santiago de los Caballeros y Puerto Plata se dinamiza el comercio interno y externo (así lo confirman historiadores y estudiosos de la sociedad dominicana como  Juan Bosch, Juan Isidro Jiménez Grullón, Franklin Franco, Jaime de Jesús Domínguez, Roberto Cassá y otros).

Paralelo a la dinámica económica de un capitalismo mercantil, generador de una estructura social y política liberal en el Cibao y de una economía maderera y hatera en el sur (Santo Domingo, el Sur Profundo y el Este del país), se mantuvo una economía y sociedad de subsistencia basada en la montería, que tuvo sus orígenes en la época colonial, de los siglos XVII y XVIII, fundamentalmente a partir de las devastaciones de Osorio de los años 1605-1606.

Personajes y estructura social revelada por la novela El Montero

El espacio social de la montería está estructurado en una relación hombre-naturaleza en su aspecto más simple de unas relaciones de producción precapitalistas, como la base infraestructural sobre la que se conformó una diferenciación social, cimentada en una división social y diferenciación social simples, propias de una economía precapitalista productora de valor de uso, en el sentido que lo expresa Carlos Marx y Federico Engels en su concepción sociológica de la historia.

En este contexto socio-económico la estructura social está conformada por los campesinos criadores dueños de ranchos y jefes de familias, como es el caso de Tomás y su esposa Teresa, en un nivel de subordinación social están los monteros, cazadores de animales salvajes (cerdos, jabalíes y vacas, entre otros), como Juan y Manuel, quienes viven en el Bohío de Tomás, su jefe inmediato;  su modo de vida solo se diferencia del criador por algunos detalles. Además, existen otros estamentos, como el de la autoridad policial, como es el caso del Capitán  y  en el pueblo cercano,  el Cura.

Las mujeres, al igual que los niños son las responsables de las labores domesticas en el bohío.

En esta sociedad predomina una estructura de valores tradicionales heredados de la época colonial, que se expresan en: sus costumbres, tradiciones, usos, hábitos, creencias, arte musical y creencias religiosas y mito-poéticas. Estos elementos de la cultura campesino-montera tienen sus expresiones concretas en la novela El Montero, como un realismo social, en: el fandango o fiesta montera, el bohío y sus ajuares, el baile, la música, la justicia natural, el pavoneo o paseo a caballo por el poblado más cercano, la comida (la carne de cerdo salada, el sancocho y los víveres), el descanso-la hamaca, la pipa y el aguardiente de caña, los amores entre monteros, la boda y las peleas.

Todos estos elementos de la cultura montera campesina se dan en una estructura socio-económica pre-capitalista de subsistencia y marginal ( a mediados del siglo XIX), la cual se desenvuelve en un ambiente de un paisaje natural bellos versus un ambiente socio económica y cultural de pobreza extrema, como espacio del montero dominicano.

De manera que se trata de un doble realismo presentado por Bonó en múltiples pasajes, descripciones y pinturas en su novela El Montero.  Con esta novela estamos frente a un invaluable documento-texto-fuente, que nos permite reconstruir de manera sociológica la forma de vida, el espacio social, con sus estructuras: económica, social y de valores, de la sociedad montera campesina marginal del siglo XIX dominicano. Este es, precisamente, el valor sociológico de la novela El Montero.

 

About the author

Juan Francisco Viloria

Filosofo, sociologo, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Vice Ministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología.

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