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Enfocando el pensamiento dominicano (XIII)

Written by Debate Plural

Introducción al pensamiento político de Adalberto Chapuseaux (Las ideas pre-socialistas en la República Dominicana, 1920-1930)

(I)

Por: Angel Moreta y Alexis Viloria

Hoy más que nunca es necesario rescatar del olvido a los verdaderos precursores de nuestro pensamiento progresista, puesto que el momento impone como necesidad que las nuevas generaciones conozcan las obras de aquellos que todo lo dieron por la defensa de la patria y sobre todo por el imperio de la justicia social ante la injusta desigualdad impuesta por los verdugos del patio y los amos del exterior. Es por ello que nos proponemos hacer un breve análisis del pensamiento político de Adalberto Chapuseaux, quien puede ser calificado como el primer escritor marxista dominicano.

A Adalberto Chapuseaux le corresponde el mérito de ser el primer autor dominicano que escribe dos libros consecutivos y un conjunto de artículos acerca del marxismo y la revolución bolchevique.

Chapuseaux nació en San Carlos a fines del siglo xix; eran sus padres Felipe Chapuseaux, de origen cubano, y Mercedes Álvarez. Chapuseaux, por provenir de una familia de pocos recursos, sólo pudo llegar al primer año de la Escuela Normal. Al morir su padre tuvo que dedicarse a trabajar para mantener a su madre y hermanos. De manera que tiene importancia destacar que A. Chapuseaux fue autodidacto.

Ya en 1895, se había sumado a la lucha partidista y a los jóvenes internacionalistas que se dedican a recaudar fondos en ayuda de los independentistas cubanos.4

Hay noticias de que en el 1900, a raíz de la caída de la dictadura de Heureaux, se suma al horacismo, llegando a pelear en el monte con Lico Castillo y otros generales contra el gobierno de Jimenes.5

Adalberto Chapuseaux fue hombre de personalidad multifacética y profunda sensibilidad, escribió varias obras literarias, y dedicó los mejores años de su vida a luchar por los más sanos intereses del pueblo, distinguiéndose por sus condiciones de moralista, revolucionario, antimperialista e internacionalista.

El propósito de este trabajo es hacer un breve análisis de las características del pensamiento político de A. Chapuseaux, que a nuestro juicio aparecen en dos de sus obras, que tratan de manera específica el tema, es decir, El porqué del bolcheviquismo, publicado en 1925, y Revolución y evolución, del año 1929.

Desde ahora hay que anotar que existen marcadas diferencias entre la primera y la segunda. En El porqué…, el pensamiento político de Chapuseaux no es posible clasificarlo dentro de una determinada corriente de pensamiento, pues en esta etapa encontramos en él una mezcla de las más disímiles ideas políticas. Por ejemplo, en El porqué… encontramos cristianismo primitivo, marxismo, positivismo, nietzscheismo, anarquismo, etc. Además esta primera obra se caracteriza por la falta de coherencia lógica en su discurso expositivo, que lo hacer ser contradictorio. En su segundo libro, Revolución y evolución, si bien persisten algunos elementos esenciales que predominan en el primero, como la moral hostosiana y anarquista, no es menos cierto que otros serán superados. Esto es, Revolución y evolución se caracteriza por tener mayor coherencia lógica, por su alejamiento de las teorías anarquistas, mejor conocimiento de algunos textos marxistas y sobre todo del leninismo.

Hay que destacar que Chapuseaux no llega a tener un amplio dominio de la teoría marxista; el marxismo que llegó a él, casi en su generalidad, provenía de interpretaciones de segundas manos, o sea, es evidente que sólo leyó algunos textos menores de Marx en forma directa. En el caso de Lenin, es notorio en Revolución…, que leyó las obras El renegado Kaustky y la revolución proletaria, El estado y la revolución, entre otras. De manera que en Chapuseaux no encontramos un teórico con dominio de las leyes y categorías de la teoría marxista, que a la vez usara como herramienta teórica para el estudio de la realidad social de su época. Más bien, lo que encontramos en su obra es una mezcla de diferentes concepciones políticas dominadas por el moralismo hostosiano y el anarquismo como bien ha apuntado Diógenes Céspedes.6

No se puede afirmar que en Chapuseaux aparezca una teoría política, puesto que el dominio de una teoría política supone el manejo de un conjunto de conceptos, y categorías que versen sobre la realidad politíco–social y que aparezcan expuestas de manera coherente y entendible; además de que toda teoría política, por tener un marcado carácter de clase, propone cambio o permanencia en el statu quo (debemos decir que esto último si aparece en Chapuseaux, en lo que se refiere al cambio).

En la década de los veinte, en que Chapuseaux escribió, existía el predominio de las ideas nacionalistas reformistas, es decir, del nacionalismo burgués y pequeño–burgués; el sindicalismo incipiente estaba dominado por dicha corriente de pensamiento; el campesinado era considerado incapaz, no podía participar en política, puesto que «el campesino dominicano es bruto, no piensa», según la teoría conservadora de los sectores dominantes expuesta por uno de nuestros pensadores más brillantes de finales del siglo pasado y primera parte de éste, nada más y nada menos que el periodista y sociólogo José Ramón López en su obra La alimentación y la raza. 7

Es en ese ambiente que Chapuseaux plantea que los obreros y los campesinos tienen que organizarse y luchar unidos contra los culpables de su miseria: «la iglesia, el capital y el estado». No se puede exigir una posición más brillante, que aún conserva su validez. Es, pues, a Chapuseaux a quien le cabe el honor de ser el primero en levantar esta consigna leninista en la República Dominicana.

En esta primera parte tenemos que destacar que las características del pensamiento dominicano a partir de mediados del siglo xix, son la lucha entre el positivismo y la escolástica, es decir, por un lado tenemos el positivismo como forma de pensamiento burgués que corresponde a las nacientes relaciones sociales de producción capitalista y por el otro tenemos la escolástica como expresión ideológica de las viejas relaciones de producción precapitalistas. De manera, pues, que a partir de la década de los años setenta del siglo xix, con la sustitución del trapiche por el ingenio, con el paso de la economía del hato y las relaciones de producción mercantil simple a las relaciones de producción capitalistas, expresadas en el ingenio moderno, surge un incipiente proletariado, pero lo más importante en este caso, es la aparición de la concepción filosófica que corresponde a la instauración de la sociedad burguesa: el positivismo, teniendo como máximas figuras al maestro Hostos (su principal exponente), Pedro Francisco Bonó, Ulises Francisco Espaillat, Gregorio Luperón, los hermanos Francisco y Federico Henríquez y Carvajal, Emiliano Tejera y otros.

Por otro lado, en este mismo período, como consecuencia lógica del proceso de dinamización económica y social, surgieron brotes de idea anarquistas y en el seno de la pequeña burguesía intelectual urbana se engendra el primer brote de ideas presocialistas o socialismo utópico. El ejemplo más ilustrativo es el de la hoja suelta que circuló por la ciudad de Santo Domingo llamando a formar la «Liga de Obreros y Artesanos». Esto ocurrió en el 1900.8 En este contexto aparecen Vicente Sánchez Lustrino, Adalberto Chapuseaux y otros.

Estas incipientes ideas presocialistas fueron arropadas por el positivismo debido, entre otras razones, a la falta de un movimiento obrero sólido, con arraigo nacional; pues en la República Dominicana predominó la modalidad de explotación económica denominada enclave agrícola, en nuestro caso enclave azucarero, que opera con capitales, tecnología y mano de obra importadas, es decir, fuerza de trabajo extranjera. De modo que existía poca relación entre los trabajadores agrícolas cañeros y las organizaciones de artesanos y trabajadores urbanos independientes.

La sociedad dominicana siguió siendo una sociedad agraria, hasta la década del cuarenta. El principal sector capitalista que operaba en el país era el azucarero. En torno a esto dicen Roberto Cassá y Ciprián Soler:

(…)hasta avanzados los años 40, el único sector económico en que operaban las relaciones capitalistas era el azucarero. La economía dominicana tenía una base agraria que a lo sumo permitía un débil peso a los sectores urbanos.9

Pues bien, en este contexto predominan las ideas positivistas caracterizándose por la idea de progreso (civilización o muerte, proclamó el maestro Hostos); en lo político por el antimperialismo reformista, además de otras características como fatalismo, moralismo y sobre todo, se origina el pesimismo de la clase dominante dominicana, que tuvo su máximo exponente en José R. López.

En Chapusseaux confluyen, por tanto, todas las corrientes del pensamiento dominante y no dominante que predominaron en el país a finales del siglo xix y a principios del presente, con la diferencia de que Chapuseaux por su adhesión al marxismo superó en gran medida muchas de las características del pensamiento dominante. Es por ello que en él se aprecia una postura optimista, un antimperialismo radical, en espíritu de internacionalismo proletario. Pero sobre todo Chapuseaux cree en la importancia de la alianza entre campesinos y obreros y el pueblo en sentido general, como forma única de hacer frente al enemigo común, el imperialismo, los capitalistas y el Estado. En fin, Chapuseaux es nuestro gran presocialista, como se demuestra en el análisis que a continuación presentamos de sus dos obras políticas.

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