Raul H. Izaguirre (Hoy, 13-8-11)
urante el lanzamiento del Foro de la Diáspora Global, en mayo de 2011, la Secretaria de Estado Hillary Clinton describió a los más de 60 millones de estadounidenses de primera y segunda generaciones como el “bien humano más poderoso que nosotros podemos aportar al escenario mundial”. Según las últimas cifras presentadas por el último, censo alrededor de 1.4 millones de personas de origen dominicano residen en la actualidad en el país. La comunidad domínico-americana en los Estados Unidos es impresionante, destacándose en áreas tan importantes como la ingeniería, las fuerzas armadas, la moda, literatura, los deportes, el periodismo, la medicina, las finanzas, así como en los sectores judicial, cinematográfico, musical y empresarial. Algo que resalta la experiencia de la diáspora – o sea, el movimiento de personas de una nacionalidad hacia otro país – es el proceso de aculturación que permite que las generaciones recién llegadas y las subsecuentes puedan fusionar los valores de su patria con los valores de la nueva nación que han abrazado. Estos valores continúan atrayendo a los inmigrantes hacia nuestras playas.
Los dominicanos más famosos en los Estados Unidos se han destacado en las Grandes Ligas. Albert Pujols, Robinson Canó, Juan Marichal, Sammy Sosa y Pedro Martínez son sólo algunos de los jugadores cuyos nombres se han convertido en figuras populares, así como en fuente de inspiración para los jóvenes por los estándares de excelencia que simbolizan. Conscientes de su capacidad de recaudar fondos y crear consciencia, muchos dentro de este privilegiado segmento de la diáspora dominicana se han asociado a la Alianza para el Desarrollo Dominicano de “Major League Baseball”, con el objetivo de ayudar a comunidades dominicanas en desventaja. Los esfuerzos realizados por ellos para nivelar – por así decir – el campo de juego, es una extensión del principio de trabajar juntos por el bien común.
En los Estados Unidos los dominicanos también están presentes en áreas que nada tienen que ver con el campo de juego. Los abuelos de Thomas Pérez llegaron a los Estados Unidos durante el régimen totalitario de Trujillo. Es hoy un Procurador General Adjunto para la División de los Derechos Civiles del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. El ha dicho que los derechos civiles es el “tema inconcluso” de los Estados Unidos. El Juez Rolando T. Acosta, por otro lado, es oriundo de Santiago de los Caballeros y llegó a los Estados Unidos a los 14 años de edad. Se convirtió en el primer inmigrante dominicano elegido a la Suprema Corte del Condado de New York. En New Jersey, Camelia M. Valdés – una domínico-americana de primera generación – es la primera fiscal de origen dominicano en el Condado de Passaic. Su experiencia al ver de primera mano el devastador impacto del crimen en las calles de Newark, New Jersey, ciudad donde creció, fue fuente de inspiración para que ella decidiera estudiar derecho criminal.
En el 2003, en el estado de Rhode Island, el Senador Juan M. Pichardo fue juramentado como senador estatal, convirtiéndose en el primer domínico-americano en ser elegido a tan importante cargo. El senador Pichardo ha sido reconocido por su liderazgo en la aprobación de un proyecto de ley que requiere que los inmigrantes sean informados de sus derechos, según lo establece la ley. Hoy, más de dos docenas de alcaldes, funcionarios locales y legisladores estatales de descendencia dominicana trabajan en los estados de New York, New Jersey, Rhode Island, Maryland, Massachusetts y Pennsylvania. Sus prioridades profesionales, en parte, son los resultados directos de la experiencia de la diáspora.
En Wall Street un grupo de especialistas en la materia se han conformado en una organización sin fines de lucro conocida como “Dominicans on Wall Street” (DOWS). El grupo facilita el trabajo en equipo y celebra foros de discusión sobre temas vinculados al mercado financiero entre la República Dominicana y los domínico-americanos.
La misión del grupo establece “adelantar las iniciativas educativas para inspirar a estudiantes de comunidades tradicionalmente poco representadas [en el sector] de desarrollar carreras en los mercados financieros”. Su presidente, Emmanuel Martínez, y vicepresidente, Robert Abreu, son miembros influyentes de los círculos bancarios, de inversión y del mercado de bonos.
Desde Piantini a Washington Heights, los propietarios del popular restaurant “Mama – juana Café – Carlos Saint-Hilaire y Víctor Osorio – incorporan la realidad latina en los Estados Unidos en su innovador establecimiento. Al emplear un pionero en lo que hoy se conoce como la “Cocina Nueva Latina”, los propietarios han capturado el ambiente, menú y los puntos culturales unificadores que representan la experiencia migratoria en los Estados Unidos.
En la literatura de la diáspora dominicana surgen temas recurrentes como son la convergencia cultural y la identidad. Junot Diaz, ganador del Premio Pulitzer de Ficción en 2008 por su libro “La breve y maravillosa vida de Oscar Wao”, explica que él conoce los Estados Unidos “desde abajo hacia arriba”. Julia Alvarez, autora de “En el tiempo de las mar iposas” y “Cómo las chicas García perdieron su acento”, rememora las provocaciones racistas – utilizando el término “Sp i c”! – y que tenía que soportar en los parques neoyorquinos cuando tenía 10 años de edad: “Mami insistió en que la pulla despectiva de los chicos hacia los hispanos ¡Spic! era más bien un aliento de mis colegas para que yo hablara, como si fuera “Sp e a k ! ” p ro n u n c i a d a a la dominicana. Y entonces se pregunta de dónde vienen mis genes de escritora”. Ambos escritores tomaron de sus luchas para asumir su legítimo lugar dentro de la sociedad estadounidense. A través de ellos la identidad de la literatura estadounidense se ha ampliado. Nelly Rosario, Norberto James Rawlings y Angie Cruz son otros que han contribuido al canon de la literatura domí- nico-americana y, como profesores, han iluminado a los estudiantes de literatura a lo largo y ancho del país.
Otro tipo de proceso creativo esta vinculado con Oscar de la Renta, diseñador de clase mundial, quien se nacionalizó como ciudadano estadounidense luego de pasar por España y Francia. A través de mecanismos de caridad, de la Renta ha sabido reciprocar hacia la República Dominicana y los Estados Unidos. Las creaciones de Oscar de la Renta han adornado los armarios de la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, así como de las ex Primeras Damas Nancy Reagan y Laura Bush.
Dada la fortaleza de la diáspora dominicana en los Estados Unidos, era sólo cuestión de tiempo antes de que el alma empresarial percibiera la necesidad de tener una conexión actualizada, en línea, entre los Estados Unidos y la República Dominicana. Angel “Re m o”del Orbe, consultor de medios y director de remolacha.net, ha contribuido a cerrar este vacío con su increíblemente popular y muy aplatanado ‘b l o g’ sobre noticias de aquí y de allá, así como temas del mundo del espectáculo, en un “criollo auténtico”.
Finalmente, el nombramiento de mi colega, Julissa Reynoso, como Subsecretaria Adjunta para Centroamérica y el Caribe del Departamento de Estado es un ejemplo concreto de lo que la Secretaria Clinton ha definido como, no sólo la celebración de la diáspora, sino de poner la diáspora a trabajar. Proveniente de Salcedo, y descrita por ella misma de tener raíces “Domini – c a n – Bro n x”, la Subsecretaria Adjunta Reynoso trabaja para promover los intereses de los Estados Unidos en la región apoyando la democracia y el desarrollo económico sostenible, y fomentando la cooperación sobre temas como la seguridad ciudadana y el Estado de Derecho.