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Epistolario íntimo…El camino hacia otro mundo (36)

“Parece que Minneapolis es el límite del mundo; las mil cosas que espero de Europa, de México, de todas partes, nunca llegan: o se pierden en el camino, o las dirigen mal (como uno de mis cuadros de Italia -¿llegaste a recibir Melozzo?-, o no se ocupan en enviármelas, o el mundo está desorganizado y nada funciona bien.  Claro que yo no puedo seguir aquí.  No es posible residir lejos de todo el mundo y pretender vivir por correspondencia. Me voy a Nueva York o a México.” (Carta del 28 de abril 1921)

Ciertamente, lo que revela toda la carta de fecha citada es la soledad del intelectual, pero además la distancia alienadora, dolorosa que aleja, ensombrece y determina una existencia separada del mundo perdido o deseado.  El país, la familia, la falta de un Estado protector, la amistad, el mismo ser de la cultura es lo que propicia la salida, el abandono de la soledad misma.

La errancia de Pedro Henríquez Ureña fue su propio horizonte, su rutario de vida y trabajo. Todo esto ha sido estudiado, pero no de manera suficiente.

Su amigo Reyes lleva cuatro meses que no le responde cartas (“tal vez porque está Overwhelmed) con mis encargos”).  El mismo PHU se responde ante el mutismo de su amigo, algo que aprovecha para tratarle el tema de la carta del 12 de abril de 1921: el de las Poesías de su madre.

“Olvídalo todos menos dos: salvar la edición de Poesías de mi madre, obligarla a aparecer y llegar a su destino; y urgir a Enrique a que gaste de una vez todo el dinero que queda de los libros.  Que compre una colección de todas las publicaciones de La lectura; y que repita algunas de las órdenes anteriores, -la Biblioteca verde de Calpe, la Residencia de Estudiantes, los libros importantes del Centro de Estudios Históricos, otra Rivadeneyra y otra Biblioteca Clásica, etc.” (Ibídem.)

Después de detalles menudos de dinero y encargos, PHU pasa a informarle a su amigo detalles de publicaciones que sabe son de su interés literario:

“Santayana ha escrito un libro muy notable, Character and Opinion in the United State. Edith Wharton ha publicado una nueva novela, The age of innocence: tal vez la mejor de las suyas, muy compacta y precisa. Regino Boti  ha publicado versos raros de Rubén Darío. Creo que te los enviará.  Allí verás la solución de La Negra Dominga. No de Casal, sino de Darío. Pero yo mantengo que algo tendrá que ver Casal en el asunto: quizás sugirió el tema, quizás escribió uno o dos versos.” (Ibídem. pp. 194-195)

La narrativa de la errancia se deja leer en esta carta que le dirige Pedro a Alfonso el 19 de junio de 1921, luego de abandonar Minneapolis:

“Otra vez, incansable peregrino”… (cita que tú me recordarás porque –si bien la diferencia entre nuestras edades no es tan grande como parecía hace quince años- tu educación y la mía están separadas por el espacio de una generación: la tuya 1900, la mía 1880). Aquí voy ahora atravesando los campos de Texas llenos de sol y de calor.  Anteayer salí de Minnesota, con mi tía, cuatro baúles, cuatro maletas y una cesta llena de armadillo, que vuelve a su tierra nativa.” (Ibídem.)

Recordemos que en cartas anteriores, PHU le comunicaba a AR que quería salir de Minnesota y que estaba buscando mejores lugares para vivir y con mejores condiciones:

“Durante el invierno pasado decidí salir de Minneapolis;  el invierno no me conviene.  Me habría ido a climas más benignos e hice averiguaciones sobre puestos en Philadelphia, New Haven y Baltimore; pero nada encontré. No quise hacer gestiones sobre Chicago –aunque parece que allí me deseaban-, porque la diferencia de clima no lo justifica.  Al fin (yo me hubiera ido a cualquier parte lejos del Polo Norte) tuve que escoger entre la revista de Salomón de la Selva en Nueva York y la oferta inesperada de Pepe Vasconcelos en México. Cancelé la primera en vista de la segunda… cada día que pasa veo que hice bien, pues la revista de Sal no acaba de cuajar –por lo menos nada me dio de ella-. Pero no por eso creas que sé lo que voy a hacer en México: Pepe me propuso primero una cosa –dirigir publicaciones de clásicos; luego otra- Jefatura de Intercambios Universitarios… (Vid. pp. 195-196)

Así pues, la salida de Minnesota con miras hacia México iba a tener repercusiones que ya hemos analizado a lo largo de nuestra lectura de este Epistolario… Sin embargo, PHU está entusiasmado con su segunda vuelta a México y con lo que se podría abrir como horizonte en un país que él entiende lleno de problemas y conflictos. Pero su amigo (¿?) Pepe Vasconcelos le ha vendido puestos, empresas que cree necesario ensayar y probar.

“Dos cosas igualmente fantásticas. Al llegar lo convenceré de que lo segundo (“Jefatura de Intercambios Universitarios”) no merece el sueldo que se me asigna y de que a cambio de él debo dar, además, una clase para profesores y alumnos que quieran viajar, en inglés, y tal vez otra, que deseo dar, de investigación en lengua y literatura castellana.” (cfr. loc. cit.)

La explicación de esta rápida decisión la encontramos en los cambios de estados psicológicos y climáticos, pero además del largo descanso que tenía de México y los mexicanos:

“¿Que cómo me convencí de que debía ir a México? Es extraño: no me costó ningún trabajo.  Hace un año no lo habría podido aceptar.  Pero un año de paz, y la impresión de que todo irá bien en el futuro, y la creencia de que no sufriré molestias porque voy cambiado y sabré tratar a los mexicanos sin molestarlos y al mismo tiempo, como dirían los viejos, “darme mi lugar”, todo contribuyó a que la decisión fuera instantánea cuando recibí la tentadora oferta primera de Pepe. Ya imaginarás, también, a qué paroxismo había llegado mi deseo de no vivir en los Estados Unidos.”(Ibídem.)

El clima y la gente afectaron a PHU en el Oeste, incluso en Chicago:

“Creo que toleraría Nueva York, y, por extensión, ciudades cercanas como Filadelfia, Boston, New Haven, Baltimore. Pero el Oeste, aún Chicago, es demasiado para mí, por el clima y por la gente.  Como sabes, no pasa día que yo no piense en el problema de por qué los pueblos son como son.” (Ibídem.)

El Epistolario íntimo es lo que como trazado explica mejor la relación vida y obra en PHU y en AR.  Muchos de los logros o fracasos de vida de nuestro autor, encuentran sus respuestas en algunas cartas del Epistolario y las reflexiones que lo conforman.  El camino hacia México está, sin embargo lleno de sorpresas.

Pues desde México no volvería más a los Estados Unidos como residente, sino más tarde, a Harvard en 1944 a dictar las ya conocidas conferencias en la Cátedra Charles Eliot Norton de dicha Universidad que publicará en 1945 como Literay Currents in Hispanic America.”

Es en esta segunda estada en México, asumiendo cargos y estrechando lazos de amistad, cuando se acerca a la familia de Vicente Lombardo Toledano y casará con la hermana de este último para luego, después de desengaños, conflictos y contradicciones con Vasconcelos salir de México hacia la Argentina en 1924. Se marcha de México debido a las hostilidades en contra suya orquestadas por seguidores racistas e intrigantes del Ministro de Educación José Vasconcelos.  Otros horizontes, otras fuerzas, otras desilusiones. Se marcha de México para nunca más volver. Caminos y tiempos; visiones y mundos ideológicos encontrados; trayectorias y combates morales conforman otros espacios y otras ilusiones académicas, docentes, editoriales y metas que concluirían en 1946 con su  cierre vital definitivo.

About the author

Odalís G. Pérez

Profesor Investigador de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

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