Domingo Batista (El Universitario, febrero 2017)
Tradicionalmente, la mujer ha jugado un papel protagónico en muchos de los grandes acontecimientos del mundo. Sea en el ámbito político, económico, social o cultural, el sexo femenino siempre hace valiosos aportes para la consecución de un determinado objetivo.
En la República Dominicana, la lucha por conquistar nuestra Independencia Nacional el 27 de febrero de 1844 no estuvo al margen de ese importante hecho. Ese fue el caso de la a veces ignorada Rosa, una de las hermanas que más incidió en el quehacer independentista de Juan Pablo Duarte Diez, a n de orquestar las estrategias de concientización a la población.
De acuerdo a la veterana maestra de Historia Nelia Ramírez Sánchez, Rosa Duarte fue un eslabón de suma importancia para que su hermano Juan Pablo pudiera hacer sus aportes materiales y provocar la salida de las tropas haitianas que nos invadieron desde el 1822 hasta el 1844.
La catedrática observó que Rosa fue la bujía que movía el motor independentista idealizado por Duarte.
La maestra Ramírez señaló que, en primer lugar, el patricio concibió que su familia entregara los recursos económicos que poseía para ponerlos al servicio de la Patria. Dijo que Rosa dio todo su apoyo para implementar esa ayuda familiar, convenciendo –principalmente- a su hermana menor, Francisca, para que no se opusiera a esa decisión.
Con el aporte del patrimonio familiar de los Duarte Diez, los aspectos organizativos, propagandísticos y militares tuvieron un repunte en el movimiento independentista.
Al conversar sobre lo que representaba Rosa Duarte para Juan Pablo y la liberación, sostuvo que esta tuvo una indeclinable identificación con los aires libertarios, siendo parte destacada en el denominado Movimiento de Mujeres “Las Comunicadas”.
La agrupación fue formada después de la Sociedad Secreta La Trinitaria y sus componentes eran damas que estaban informadas de las acciones que se llevaban a cabo para alcanzar la independencia.
Asimismo, desarrollaron labores artísticas y culturales con miras a impregnar en la población la necesidad de echar del suelo patrio a los invasores haitianos.
Su funcionamiento era también clandestino y en ella militaron –además de Rosa sus hermanas menores, Francisca, Sandalia y Filomena, además de María Trinidad Sánchez, Baltazara de los Reyes, Concepción Bona y Francisca Bobadilla.
La maestra uasdiana resaltó que Rosa se constituyó en una especie de motor de las recaudaciones para la Independencia Nacional.
Significó que la hermana mayor del Padre de la Patria se distinguía por ser una mujer de gran inteligencia y talento, cosas que se expresan en la redacción de sus apuntes históricos.
Los aportes documentales de Rosa Duarte
Respondiendo a preguntas de EL UNIVERSITARIO, la maestra Ramírez Sánchez sostuvo que algunos historiadores estiman que las anotaciones de Rosa son una especie de “Nuevo Testamento de la Historia Dominicana”.
Alegó que los apuntes son el testimonio de entero crédito para los expertos historiadores nacionales, debido a que están basados en documentos originales y creíbles, redactados por ella y su hermano Juan Pablo Duarte.
Doña Nelia resaltó que Rosa se desenvolvió entre las labores domésticas en las que eran entrenadas las jóvenes de su generación y el espíritu revolucionario y culto de su hermano Juan Pablo.
Anota que Rosa fue la hermana preferida del patricio, situación que la colocaba en una posición privilegiada en torno a todos los pasos dados por él.
Con gran empeño y talento –asegura la catedrática uasdiana- Rosa Duarte tuvo una participación de suma importancia dentro del movimiento liberador, utilizando el teatro con escenas que ilustraban al pueblo sobre sus deberes con la Patria.
Al respecto, Ramírez Sánchez estimó que esas obras montadas fueron una clara evidencia de su participación en el proceso de concientización al pueblo por parte de los trinitarios.
En su conversación con los periodistas, la maestra precisó que Rosa, en sus apuntes, registra su responsabilidad en la fabricación de balas hechas con planchas de plomo que tomaban ella, sus hermanas y otros familiares del almacén de su padre para apoyar la insurrección independentista.
La profesional, perteneciente a la Escuela de Historia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, re rió que la hermana del fundador de la nacionalidad dominicana escribió textualmente en sus apuntes
“…nosotros con el plomo que para forro de los buques había en nuestro almacén fabricamos y convertimos en balas. Tomás de la Concha nos enseñó a fabricarlas”.
Hizo énfasis en que Rosa, al igual que los demás hermanos y la madre de Juan Pablo Duarte, doña Manuela Diez, renunció a su herencia para que los recursos dejados por su padre al morir fuesen utilizados en el proyecto de independencia ideado por el Patricio.
Ella participó en gran parte del proceso de las luchas por la Independencia y sufrió la tristeza de ser enviada al exilio junto a todos sus familiares por el representante del núcleo conservador que formó el gobierno del dictador Pedro Santana.
Su salida del país se produjo el 19 de marzo de 1845 y fue acogida junto a su madre y otros tres hermanos en Venezuela, encontrándose con Juan Pablo y Vicente Celestino, quienes habían sido expulsados de la patria a pocos meses de la concretización de la Independencia.
Precisamente, en la tierra del libertador Simón Bolívar Rosa debió asumir el compromiso de ocuparse de su madre y hermanos, por ser ella la de mayor carácter y fortaleza.
Más todavía, la historiadora de la UASD tiene la convicción de que Rosa respaldó totalmente las labores de su hermano y que esa decisión se evidencia en sus escritos.
La maestra entiende que “solo quien apoya a alguien en forma cercana, puede redactar con claridad todas sus actividades del modo en que ella (Rosa Duarte) lo describe en su diario”. Para la académica, Rosa fue un importante sostén para la causa patriótica que logró la emancipación del pueblo dominicano.
