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Lo social en El Cantor del Yaque

Written by Debate Plural
Carmen Guzmán (Listin, 5-3-17)

Quizás su interés no fue estar dentro de los mejores poetas que tuvo el país para su época, o bien que sus decimas llegaran en pleno siglo XXI, a identificar las costumbres propias de la nación. Lo cierto es que Juan Antonio Alix, merece y sin miedo a fallar, el honor de estar dentro de la lista de los grandes poetas dominicanos.

Aunque mocano de nacimiento, fue en la Ciudad Corazón donde alcanzó su magnitud como poeta. Y no trascendió por poseer las mejores técnicas al momento de combinar los versos, ni por relatar hermosos y pintorescos paisajes en sus rimas, o el romanticismo propio de la época. Sin embargo, lo hizo otorgándole categoría literaria al lenguaje rural del campesino cibaeño y al discurso de los estratos más populares de las ciudades.

Sobre esto, el escritor dominicano, José Ramón López, expresó: “El asunto de sus décimas siempre fue un aspecto de la vida dominicana, alegrado al pasar a través de su temperamento picaresco”.

Y así era Alix, ya que quien lee sus décimas, dice que recién fueron publicadas, cuando la realidad es que llevan casi un siglo de escritas; bien dijo López en 1918, que la obra de este poeta sería más apreciada en este tiempo, que en el suyo.

Un lenguaje distintivo
Su vocabulario era llano, demasiado en cierto sentido. Pero como no serlo, si estaba dirigido por igual, al campesino, al ciudadano común y corriente, al estudiado, al funcionario y aun hasta al mismo Gobierno. Encontrar palabras como  ‘caco’, ‘abur’, ‘allé, allé’, ‘compae’, ‘peo’, ‘fo’, y eso sin mencionar el amplio uso del léxico propio del Cibao que aparece plasmado en su décima ‘Eso e paja pa la gaisa’, estrofa escrita completamente en lenguaje cibaeño profundo.

“En lo campo é jei Ingai/ que producen ma rifrane/ y en donde ma chailatane/ se juntan pa jaraniai./ Agora pa deplicai/ que una cosa no reaisa,/ y que la tienen poi faisa/ poique en nada se ebalora/ así é que dicen agora:/ “Eso é paja pa la gaisa./ Dicen que mucho mosito/ farolerio y pisaflore,/ tienen su jangá de amore/ sin tenei un mediesito./ Lo que cuentan de bonito/ tienen la jenbra poi baisa,/ y que toa esa compaisa/ manque se quieran casai/ como no tienen un rial/ “Eso é paja pa la gaisa.”

La política
Su décima ‘Corroboro, corroboro’, fue dedicada a los miembros del Congreso de su época. De forma particular, aquí se reproducen para que mediante una lectura analítica deduzca usted, buen lector, si estas estrofas se adaptan a nuestros tiempos o se quedan en los anales de la historia.

“En los gobiernos pasados/ los jefes que gobernaban/ ellos mismos arreglaban/ moldes para diputados./ Y algunos salían dañados/ pues no servían para coro,/ pero otros, créalo Teodoro,/ que antes de al congreso ir/ los enseñaba a decir: Corroboro, corroboro./ -Pues hoy no fumamos eso,/ porque en sacudiendo el saco/ que tenemos en el caco, /abur amable Congreso./ Cuándo comerás más queso!/ y jamón en plata de oro!/ cuándo causaras mas lloro/ al país en general!/ No es así amigo Vidal?/ Corroboro, corroboro.”

Leer a Juan Antonio Alix le permitirá reír a carcajadas, pero le pondrá también a analizar su papel como ciudadano.

¿Qué dominicano nunca ha escuchado que a don Martín Garata le gusta coger los mangos bajitos?  A la verdad no solo a él, sino a muchos que al parecer, han querido hacerse a lo fácil, a lo que ha costado a otros padecer sacrificios y hasta sangrar.

Haciendo un paralelismo con el oportuno buen gusto de don Martín Garata, Alix reflexiona cómo a otros les gusta comer ‘los mangos bajitos’, aunque, entre líneas, quedan envueltas otras cuestiones.

“Y que vean lo que ha costado/ la tumba de dos poderes,/ que han muerto miles de seres/ que la tierra se ha tragado./ ¡Cuántas viudas no han quedado,/ y huérfanos infinitos!/ ¡Cuántas miserias y gritos!/ ¡Y cuánta sangre correr!…/ por unos cuantos querer/ coger los mangos bajitos.”

No se sabe a cuáles males específicamente se refiere el poeta, ni a cuáles personas, pero lo cierto es que cualquier dominicano, sin importar la edad que tenga, puede identificar a muchos de los aludidos por el gran poeta popular mocano en esta estrofa.

Dedicatoria especial al decano de la prensa ‘Listín Diario’
La popular décima de “Los mangos bajitos”, fue dedicada por Juan Antonio Alix, a este medio, al cual llamó “El simpático”, también “…el interesante periódico de la época y con más circulación que ha tenido el país”.

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VAMOS A VER LO QUE DICE DON MARTIN GARATA

Dice don Martín Garata, personaje de alto rango, que le gusta mucho el mango porque es una fruta grata. Pero treparse en la mata y verse en los cogollitos, y en aprietos infinitos… como eso es tan peligroso, él encuentra más sabroso coger los mangos bajitos.

Don Martín dice también que le gusta la castaña pero cuando mano extraña la saca de la sartén, y que se la pelen bien con todos los requisitos; pero arderse los deditos metiéndolos en la flama, eso sí que no se llama coger los mangos bajitos.

Por eso la suerte ingrata de la Patria no mejora porque muchos son ahora como don Martín Garata. Que quieren meterse en plata ganando cuartos mansitos con monopolios bonitos, con chivos o contrabando, o así, de cuenta de mando, coger los mangos bajitos.

Cuando hay revolución maña es la más antigua, despachar a la manigua, de brutos a una porción. Que al mandarlos algún don, ya se marchan derechitos, y los dones quietecitos cada cual queda en su casa, para cuando todo pasa, coger los mangos bajitos.

Cuando el toro está plantado se verán miles toreros, allí en los burladeros con el pitirrio apretado. Cuando el toro otro ha matado al punto salen toditos, echando vivas a gritos y a empuñar buenos empleos, que son todos sus deseos coger los mangos bajitos.

Dejen ya la maña vieja de mandar al monte gente, para tumbar presidente sin dar motivos de queja; que la prudencia aconseja, que vivamos tranquilitos, como buenos hermanitos que mucha sangre ha costado y la ruina del Estado coger los mangos bajitos.

Ahora lo que han de hacer echarlo todo al olvido, y al Presidente elegido ayudarlo a sostener. Y evitar que vuelva a haber más viudas y huerfanitos, más crímenes y delitos Y lárguense a trabajar, los que quieren, SIN SUDAR, coger los mangos bajitos.

¡Viva la paz! ¡Viva la unión! ¡Y abajo los cogedores de mangos bajitos!
Allé, allé, a buscar qué hacer, y dejen al país tranquilo.

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