Nacionales Politica

¿Por qué el asalto al Palacio….?

Written by Debate Plural

Tony Raful (Listin, 2-6-15) 

 

El 16 de mayo de 1965, los coroneles, Montes Arache y Fernández Domínguez decidieron probar la resistencia de la columna militar del “Clan de San Cristóbal” que ocupaba del Palacio Nacional (militares balagueristas que inicialmente se habían declarado neutrales en la contienda, pero que luego, ante la deportación hacia Puerto Rico, en alta mar de sus principales jefes, de parte de las tropas norteamericanas, en una  emboscada preparada para sostener una supuesta conversación con ellos, entre los cuales estaba el general Salvador Montás Guerrero, se vieron precisados a depender de las tropas interventoras). Montes Arache había hecho un recorrido por los límites de la ciudad constitucionalista, para que Fernández Domínguez, quien había llegado, 48 horas antes, observara los desplazamientos militares.

Montes Arache y Fernández Domínguez estaban acompañados de  alrededor de 20 combatientes fuertemente armados, en su mayoría del cuerpo legendario de “hombres rana” de la Marina de Guerra, quienes se habían destacado por sus proezas militares en la batalla del puente Duarte, en la toma de la Fortaleza Ozama y en sus enfrentamientos con tropas invasoras. Debidamente colocados en posiciones estratégicas, en las bocacalles  aledañas  y sobre la azotea del alto edificio de la calle Moisés García que daba a la calle 30 de Marzo, los combatientes constitucionalistas dirigidos por Montes Arache y Fernández Domínguez, abrieron fuego concentrado contra los soldados que ocupaban trincheras improvisadas, que habían cavado en los jardines del Palacio.

Para sorpresa de Montes Arache y Fernández Domínguez, los soldados abandonaron en huida vergonzosa las trincheras donde se guarecían, algunos heridos, mientras Montes Arache observó que uno de ellos levantaba lo que parecía un paño o bandera blanca de  rendición.

Montes Arache le dijo Fernández Domínguez, que avanzaran sobre el Palacio en ese momento y lo tomaran por asalto, pero luego se percató  de que no disponía de tropas suficientes para emprender la acometida final sobre aquella infeliz guarnición incapaz de presentar resistencia, por lo cual, decidieron  diseñar una estrategia militar que se denominaría “operación lazo” con una fuerza combatiente de alrededor de 125 hombres. Tan entusiasmados estaban Montes Arache y Fernández Domínguez, que  se replegaron de inmediato hacia el malecón, en una segunda planta, de una edificación donde había estado un establecimiento de expendio de helados, para coordinar de inmediato la toma militar del Palacio.

¿Por qué la toma del Palacio Nacional?  El Palacio estaba dentro de la zona constitucionalista, lo cual lo hacía vulnerable a cualquier intento de recapturarlo, los soldados que lo defendían estaban evidentemente desmoralizados, con sus jefes deportados en Puerto Rico y a merced de la voluntad de los invasores para subsistir. El ataque del día 16 de mayo, demostró que no tenían disposición de combate (los soldados que huyen en la guerra están derrotados). Fernández Domínguez sostenía con firmeza el valor simbólico del Palacio como fuente de Poder, entendía que su conquista compensaba la derrota que estaban sufriendo los constitucionalistas de la parte norte de la ciudad en la “Operación Limpieza”, ante la imposibilidad de cruzar el cerco invasor y suministrarles municiones después de más de una semana de feroz resistencia. Defendía el coronel Fernández Domínguez la idea de que tomado el Palacio Nacional, la  “Fórmula Guzmán” que estaba discutiéndose para poner fin a la revolución, tendría mayores posibilidades de ampliar sus conquistas democráticas al anexarse nuevos territorios.

El hecho de que las tropas invasoras destacadas en la calle 30 de Marzo, en lo alto de la “Caribean Motors”, no intervinieran en el asedio de los constitucionalistas el atardecer del 16 de mayo de 1965, implicó la idea, de que tampoco lo harían horas o días después, cuando se produjera el asalto final dirigido por Montes Arache y Fernández Domínguez. Ese era el combate de ellos dos, porque ambos detectaron la fragilidad de la defensa del Palacio, porque ambos aprobaron esa noche del 16 de mayo, la “Operación Lazo”, y porque ambos, no pensaron que los norteamericanos intervendrían en auxilio de los soldados llenos de miedo, que estarían siendo atacados. No era la supuesta desesperación de Fernández Domínguez por combatir, sino la apreciación militar y política de lo que había ocurrido el atardecer del día 16 de mayo, la que condujo al combate del día 19 de mayo. Documentos posteriores han confirmado la información, de que si la compañía militar norteamericana no hubiese intervenido, Montes Arache y Fernández Domínguez, habrían tomado con relativa facilidad el Palacio Nacional. Caamaño no se opuso a la acción militar, que le fue explicada y dibujada en un mapa presentado por Fernández Domínguez. Nadie en el alto mando militar constitucionalista se opuso a la toma del Palacio.

Tres días después, el 19 de mayo,  las tropas acantonadas en Palacio, fueron reforzadas, y la compañía de soldados invasores, fue instruida por el teniente general Bruce Palmer, para que no permitiera que los constitucionalistas tomaran la “casa de gobierno”. El día 19 todo era demasiado tarde. El único tanque de guerra disponible dirigido por  el capitán Marino Almánzar, no tenía el lente de precisión y disparó por encima de la edificación, a ciegas, mientras una barrera de fuego ensordecedor dispersó a los constitucionalistas, quedando aislado Illio Capocci, separado de su columna, presentando pelea,  él sólo, frente a la verja del Palacio Nacional,  mientras mataban por la espalda al coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, a Juan Miguel Román y otros en la calle 30 de Marzo, quienes intentaban penetrar por el garaje de los tanques. Los comentarios a posteriori presentando la acción como “suicida”carecen de fundamento. No fue suicida, fue heroica, digna de la Patria, emboscada por el invasor que obedeciendo a directrices del Pentágono, eliminaba de cuajo la “Fórmula Guzmán” y contrariaba al presidente Johnson y a sus asesores liberales.

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