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Las divisiones que han caracterizado al PRD

Written by Debate Plural

Felipe Mora (Diarioadiario, 7-6-12)

 

Los últimos cuatro años de la vida política interna del opositor Partido Revolucionario Dominicano han ido dilatando una crisis que finalmente, después del resultado de las votaciones del 20 de mayo, estalló con todas sus fuerzas.

Todo apunta a una nueva división, de las muchas que ha sufrido el PRD en sus más de 70 años desde que fuera fundado, en 1939 en Cuba, que apunta a fraccionar la organización en dos partes: una dirigida por Miguel Vargas Maldonado, presidente del partido, y otra encabezada por Hipólito Mejía, candidato presidencial en las elecciones recién concluidas.

Las divisiones no son nada nuevo en el PRD, que ha saboreado el trago amargo que dejan las pugnas intestinas, y cuya historia consigna cuatro grandes crisis que han resquebrajado el partido, siendo la primera de ellas la de 1973, cuando uno de sus principales fundadores y líderes, Juan Bosch, se separó de la organización y fundó el Partido de la Liberación Dominicana, estructura política que ha vencido cuatro veces en las urnas a los perredeistas.

En el discurso que pronunciara el pasado domingo 3 de junio en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional que convocara el grupo que dirige a lo interno del PRD, Vargas Maldonado desmenuzó lo que han sido las malquerencias habidas en el perredeísmo, incluso desde el período de gobierno que encabezó Hipólito Mejía (2000- 2004), y quien fuera candidato, por tercera vez, de ese partido en el pasado proceso comicial.

Los dardos lanzados por Vargas Maldonado contra el grupo de Hipólito, y que afirma son parte de la culpa de lo que hoy está pasando en el PRD, tienen que ver con la reforma a la Constitución en el 2003, empujada por el entonces Presidente Mejía para eliminar la prohibición de la reelección. También, que para las elecciones de 2008, siendo Vargas el candidato, se abortó un acuerdo electoral en primera vuelta con los reformistas y se propiciaron innecesarios enfrentamientos con la Iglesia Católica y otros sectores de la sociedad.

También pasó factura a lo que definió como conspiraciones internas y constantes incidentes para impedir que él ganara la presidencia del partido, así como para impedir que se ganaran puestos legislativos en los comicios de medio término de 2010. Pero asimismo se refirió a su parecer de que se contaminó el proceso eleccionario de la convención de marzo de 2011 al permitir la injerencia de votantes peledeístas y reformistas “todo esto con la complicidad de la Comisión Organizadora”.

Al paso de la situación que acontece a lo interno del partido, no parece haber dudas de que el PRD está a las puertas de su cuarta gran división interna.

Cuatro han sido las grandes fragmentaciones sufridas por el partido que fuera fundado en el exilio, en 1939, en plena tiranía trujillista. Aunque no se considera una división en sí, se resalta que en 1962 Nicolás Silfa, uno de los tres –los otros dos fueron Angel Miolán y Ramón A. Castillo- que llegaron al país tras la caída de la dictadura de Trujillo, se peleó con la dirigencia y fundó el Partido Revolucionario Dominicano Auténtico, luego de ser expulsado del PRD por “haberle aceptado a Joaquín Balaguer un nombramiento en la administración pública”, como secretario de Trabajo.

Ya se había registrado una gran disputa, que dividió al grupo de oposición en su conformación en el país a principios de los ’60 cuando Bosch y Juan Isidro Jiménes Grullón desarrollaron una dura guerra, mediante cartas publicadas en la exclusiva prensa escrita de la época, de diferencias que entre ambos se habían generado aún estando en el exilio, y aunque la razón de la ácida, intelectual e ideológica polémica no obedecía a problemas puramente políticos, hizo mella en la unidad de los perredeístas exiliados.

La 1ra gran división

En 1973, Peña Gómez queda bajo el control del PRD luego de la renuncia de Bosch, quien dijo para la ocasión que al partido “del buey que más jala” había que “desgarrapatizarlo”, es decir, erradicar del partido a todos aquellos dirigentes que habían incurrido en prácticas desleales a los principios que le dieron origen.

Esta división fue el resultado de las serias diferencias que fueron ahondándose entre Bosch y José Francisco Peña Gómez desde que en 1970 el ex presidente de la República provocara la abstención del PRD a las elecciones generales, alegando que era asistir a ‘un matadero electoral’ porque Balaguer, en busca de la reelección, tenía montado ‘un fraude electoral’.

Un grupo del PRD insistía en acudir a las elecciones sobre la base de que la fuerza electoral de Balaguer estaría disminuida por la división que en el Partido Reformista provocó Francisco Augusto Lora al acudir como candidato presidencial por el Movimiento de Integración Democrática Antirreleccionista (MIDA).

El PRD se dividió y Bosch se llevó a un importante grupo de intelectuales, con los que PLD se fundó el 15 de diciembre de 1973. Su primera participación electoral fue en los comicios de mayo de 1978.

En 1974, Antonio Guzmán se impuso en la convención interna y fue como candidato a unos comicios a los que finalmente, 48 horas antes de las votaciones, se abstuvo alegando temor por las presiones que decían ejercía Balaguer, que buscaba la reelección, bajo la amenaza de que si ganaba la oposición, no entregaría el poder, lo que se correspondía con la abierta participación de militares en la campaña a favor del gobernante. Un grupo de la dirigencia del PRD abogaba para ir a las elecciones, en el entendido de que la coalición lograda, conocida como ‘Acuerdo de Santiago’ en que participaban grupos de todas las tendencias –el MPD de la extrema izquierda hasta el PQD de la extrema derecha-, constituía una carta de triunfo. Guzmán llevaba como candidato a la Vicepresidencia al ex general Elías Wessin y Wessin, quien estaba en el exilio desde 1971, cuando fuera acusado por Balaguer de conspirar contra su gobierno.

Para los comicios de 1978, si bien no hubo una división marcada en el PRD, se abrieron serias heridas entre tres facciones que en ese momento dominaban la familia perredeísta, y que sentó las bases, al fi nal, para la segunda gran división, entre 1986 y 1990.

La 2da gran división

La segunda gran división del PRD se produjo tras las elecciones de 1986, luego de concluir el gobierno de Jorge Blanco, quien accionó abiertamente contra la candidatura de Majluta, en las elecciones que dio paso a la vuelta de Balaguer al poder, quien tenía ocho años en la oposición.

Jorge Blanco, con el temor de que Majluta actuara en su contra –por las diferencias que los habían alejado desde los comicios de 1978 y las agravadas relaciones tras el suicidio de Guzmán-, no ayudó a la candidatura perredeísta, accionó en su contra y el ‘tiro de gracia’, comparten los analistas, se lo dio al nominar a su esposa, Asela Mera de Jorge, como candidata a la senaduría por la Capital, a sabiendas de que eso provocaría una división de los votos perredeístas.

Majluta perdió por unos 49,000 votos cuando, para colmo, Jorge Blanco no ‘peleó’ la demanda del PRD de que los votos del movimiento La Estructura, que obtuvo cerca de 90,000 votos, se le sumaran a la candidatura de Majluta como se había decidido en un pacto entre partidos y que Balaguer objetó ante la Junta Central Electoral tras los comicios.

Esta división vino precedida, sin embargo, por las serias divergencias que estremecieron la cúpula del PRD en la convención de 1977, cuando se enfrentaron Antonio Guzmán, Jacobo Majluta y Salvador Jorge Blanco por la candidatura presidencial para las elecciones de 1978. Jorge Blanco y Guzmán tenían la mayor fuerza en la disputa.

Luego de negociar cara a cara Jorge Blanco no logró concertar un acuerdo con Majluta para conformar un binomio electoral, ya que el primero se negó a cederle la candidatura vicepresidencial al segundo, lo que sí hizo Guzmán. Ganaron la convención, conformaron la fórmula electoral y se alzaron con la victoria, en 1978.

Estas tensiones entre Guzmán y Jorge Blanco se mantuvieron a lo largo del régimen 1982-86, desembocando en el suicidio de Don Antonio, en julio de 1982, lo que fue atribuido a las amenazas veladas que hacían los jorgeblanquistas, de que llevarían a la justicia a familiares y allegados de Guzmán por alegados actos de corrupción. Jorge Blanco era, al momento del suicidio de Guzmán, el Presidente electo. Majluta asumió el poder, por los 43 días que faltaban para concluir el mandato 1978-82, agudizándose las diferencias entre las dos facciones de la cúpula perredeísta.

Peña Gómez, quien en la crisis del 1977 se mantuvo más bien como ‘árbitro’, se abanderó en la causa de Guzmán y luego lo hizo al lado de Jorge Blanco, con quien terminó peleado al final del Gobierno.

Para 1986, Peña Gómez entró en la arena con aspiraciones electivas, pero Jacobo ganó las primarias. Las bases de la división para una batalla más dura, con miras a las elecciones de 1990, quedaron sentadas.

En ese contexto, entonces, las pugnas por la candidatura presidencial, que se disputaban Majluta y Peña Gómez en 1986, dio lugar a que el primero fundara el Partido Revolucionario Independiente (PRI), y el segundo el Bloque Institucional Social Demócrata (BIS).

Fueron esas últimas divisiones -cuando hasta las armas salieron a relucir- en lo que se denominó como “el Concordazo”, alusivo al hotel Dominican Concord, donde se celebraba la convención que debía renovar los cuadros directivos del PRD- sellando la división.

A consecuencia de esta división, la cúpula del PRD pactó ‘congelar’ la franquicia del partido para las elecciones de 1990 y que Peña Gómez acudiera con su BIS, y Majluta con su PRI. Sin embargo, poco antes de los comicios Peña Gómez ‘descongeló’ el PRD y fue a los comicios como candidato. Pero ya Bosch, con un PLD fortalecido por los disidentes del PRD, se había convertido en el contendor de Balaguer, quien buscaba la reelección. Bosch perdió las elecciones por estrecho margen y declaró un ‘fraude’. El PRD llegó en tercer lugar, con un 14% de los votos.

La 3ra gran división

En 1994 Peña Gómez ganó el pase para ir como candidato a las elecciones por el PRD, ya unificado, pero perdió los comicios por un estrecho margen y declaró un fraude en su contra, provocando una crisis electoral que desembocó en una reforma constitucional que recortó dos años al período de cuatro años de Balaguer. El PLD, con Bosch como candidato presidencial y Leonel Fernández a la Vice, quedó en tercer lugar.

Esta modificación constitucional, que convocó a elecciones presidenciales para el 1996, estableció la no reelección y el sistema de doble vuelta y provocó la separación de las elecciones congresuales y municipales de las presidenciales, toda vez que la elección de los senadores y diputados, síndicos y regidores no fueron afectadas.

En 1996, Peña Gómez perdió de nuevo, en unas elecciones que se fue a dos vueltas y en que Balaguer dio su apoyo en la segunda ronda al candidato del PLD, Leonel Fernández, quien entró a escena como candidato presidencial y ganador.

En el 2000 el PRD construyó una candidatura presidencial en torno a Hipólito Mejía, quien ganó con un 49,89% de los votos, pero el PLD, con Danilo Medina como candidato, y Balaguer como candidato del PRSC, quedaron en segundo y tercer lugar, con votaciones casi iguales rondando el 25%, desistieron de la segunda vuelta y entregaron la victoria a Mejía y, por tanto, la vuelta de los perredeístas al poder. La última escisión que tuvo lugar en el seno del PRD fue en 2004, cuando Hatuey Decamp entonces presidente del partido se opuso tajantemente a los intentos de reelección de Hipólito Mejía –luego de propiciar una reforma constitucional que eliminó la prohibición de la repostulación presidencial, apoyado en la compra de senadores y diputados para lograr una mayoría de dos terceras partes en el Congreso Nacional, la cual no tenía el partido- y decide formar tienda aparte fundando el Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), con un grupo de dirigentes y miembros del PRD que le siguieron.

Decamps, quien había logrado un gran apoyo de dirigentes de la vieja data del partido, como Milagros Ortiz Bosch, Hugo Tolentino, Enmanuel Esquea y Fello Suberví, vio sucumbir sus esfuerzos cuando estos volvieron al lado de Hipólito cuando este ofertó posiciones y garantías de que seguiría en el poder. Fello fue nominado como candidato a la Vicepresidencia.

Decamps, en su esfuerzo desesperado por ganar adeptos a su causa, llamó a los perredeístas y a la población en general a que era preferible ‘votar por el diablo’, y no por la reelección de Hipólito, quien finalmente cayó derrotado frente a Leonel Fernández, candidato del PLD, en una votación de 57% contra 32%.

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