La OTAN no observa ninguna amenaza directa para la seguridad de sus aliados, a pesar de la situación crítica en países como Siria, Ucrania o Irak, declaró el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg.
«Observamos la violencia y conflictos en muchos lugares, en Ucrania, en Siria, y en Irak, pero no vemos ninguna amenaza directa para cualquier aliado de la OTAN», dijo.
Stoltenberg reiteró que la OTAN sigue «garantizando la estabilidad y la defensa colectiva» de sus miembros.
Ucrania, Siria e Irak viven conflictos armados que desataron graves crisis humanitarias en estos países.
Las hostilidades entre los militares de Kiev y las milicias de las repúblicas autoproclamadas en el este de Ucrania provocaron ya más de 9.600 muertos y casi 22.500 heridos desde 2014, según datos de la ONU.
La guerra en Siria, en la que el Ejército gubernamental se enfrenta a grupos armados de la oposición y organizaciones terroristas, provocó entre 300.000 y 400.000 muertos, según altos cargos de la ONU.
A partir del 17 de octubre continúa la operación de liberación de la ciudad de Mosul (norte de Irak), tomada en 2014 por Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y varios países), y según un informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados publicado el 5 de diciembre, desde el inicio de la operación más de 81.000 personas resultaron desplazadas, además hay entre 1,2 y 1,5 millones de damnificados y unas 700.000 personas necesitan ayuda.
