En el contexto del fortalecimiento de las relaciones entre la Liga Norte italiana (Lega Nord) y Rusia, el secretario federal del partido, Matteo Salvini, junto con los diputados Claudio D’Amico y Gianluca Savoini, presidente de la Associazione Culturale Lombardia Russia, han vuelto a visitar Moscú.
Salvini se reunió con altos cargos de instituciones y formaciones políticas de Rusia y dio una rueda de prensa en RIA Nóvosti, donde expuso las razones por las que, según él, hace falta votar en contra en el referéndum constitucional que tendrá lugar el 4 de diciembre en Italia.
La Lega Nord es un partido político transalpino de extrema derecha, cuyo baluarte son las regiones del norte del país. En el referéndum se aprobará o se rechazará la propuesta de reforma de la Constitución impulsada en 2014 por el primer ministro, Matteo Renzi, y el Partido Democrático. Se trata de la transformación del Senado de la República en un ‘Senado de las regiones’ y la disminución del número de senadores.
«Si tuviera que elegir una sola razón [para votar en contra], sería la Unión Europea. Por su culpa fueron impuestas estas sanciones, las listas negras.
Además, la UE tomó muchas decisiones desafortunadas. De palabra, nuestro primer ministro se opone a las decisiones de Bruselas; pero de hecho, quiere confirmar sus decisiones en la Constitución. Esta reforma llevaría a nuestro país a una pérdida inaceptable de soberanía y libertad», considera Salvini.
La posición de la Liga Norte es bastante clara: si la mayoría vota ‘no’ se formará un nuevo Gobierno en Italia.
Salvini y su delegación se reunieron con el vicepresidente del Consejo de Ministros de Crimea, Gueorgui Muradov, el diputado Selezniov, del partido gobernante (Rusia Unida), el diputado Zubarov y varios representantes de la comunidad italiana en Rusia. El líder de la Lega Nord destacó que le gustaría ver el primer encuentro entre Trump y Putin en Italia, con el fin de abrir un nuevo capítulo en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, el país eslavo y la Unión Europea, Rusia e Italia, para levantar las sanciones y reconocer Crimea como parte de Rusia y para volver a considerar al país eslavo como socio político y comercial.
«Espero que sea nuestra última visita a Rusia bajo sanciones», subrayó Salvini.
Matteo Salvini reiteró que se oponía firmemente a las sanciones contra Rusia. «Tendríamos que habernos opuesto desde el principio. No con palabras, sino con hechos. De acuerdo con las estimaciones más conservadoras, las sanciones y contrasanciones le han costado a nuestro país no menos de 6.000 millones de euros y llevaron al colapso de industrias enteras. Es obvio que fue un suicidio para Europa imponer las sanciones, especialmente para Italia», afirmó Salvini.
Tampoco expresó ningún apoyo a la OTAN. Según él, no son nada más que esclavos para la Alianza, porque una cosa es formar parte de una unión de iguales, pero es otra muy distinta ser peones. Salvini cree que la OTAN tendría sentido si se dedicara a la protección de las fronteras de la región Mediterránea y la lucha contra Daesh —grupo terrorista prohibido en Rusia y otros países- en lugar de desplegar tropas, misiles y aviones en la frontera rusa.
Salvini concluyó explicando su visión totalmente negativa de la posible creación del Ejército europeo y expresando el apoyo a las acciones de Rusia en Siria contra el yihadismo: «Hace falta erradicar el terrorismo actuando como Putin. Enviar soldados a Siria asumiendo todos los riesgos y la responsabilidad de sus acciones, sin limitarse a las palabras, los recursos y las discusiones. Cualquier tipo de diálogo es inútil e imposible, es necesario el uso de la fuerza».
