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Juan Pablo Duarte: El rostro de la patria

Written by Debate Plural

Arismendy Calderón (Hoy, 2-2-13)

 

La idea original de retratar al padre fundador de la República Dominicana surgió del extinto profesor Juan Bosch, una cálida tarde, cuando  en medio de  una amena conversación el veterano educador y político le comentó a Miguel Núñez: ¿Por qué no pintas a Juan Pablo Duarte?

Núñez, un poco sorprendido, meditó varios segundos antes de contestar:  “Profesor, no tengo las bases  para pintar a Duarte, porque las imágenes que observo del  patricio en lugares oficiales, en escuelas,  son de un Duarte muy diferente y hay una gran dicotomía entre las imágenes que, hasta ese momento, conozco del fundador de La Trinitaria”.

Se produjo un brevísimo silencio.  Miguel Núñez, amigo personal de Bosch, estaba inmerso en la tarea de una serie de retratos al líder político que culminó posteriormente con la colección iconográfica “Juan Bosch”. Su interlocutor  comentó:  “Existe una foto original de Duarte, la única, que la tomó el fotógrafo español  Próspero Rey, quien vivió  muchos años en Caracas, en la época en que Duarte vivió en Venezuela”.

Así nació la idea, en los umbrales de los años 90. Pasó el tiempo y la idea de retratar a Duarte cobraba fuerzas. A partir de entonces comenzaron los contactos  para  localizar la fotografía histórica que le tomó  Próspero Rey a  Duarte  en 1873. Tres años después, el 15 de julio de 1876, falleció.

La foto de Duarte es la única verdad documentada que existe. Fue trasladada a la República Dominicana por Prudencio Díez, tío de Duarte. El historiador José Gabriel  García la conservó durante un tiempo. De allí pasó al Archivo General de la  Nación, institución que facilitó la fotografía a  Miguel Núñez.  De esa forma, el proyecto tomó forma y el retratista se embarcó en la entusiasta tarea que dio como resultado la colección patriótica. Parte de su trabajo se exhibirá  en el Congreso Nacional hasta el 28 de febrero próximo, con motivo del bicentenario del nacimiento del patricio.

“Entendí  desde un principio que debía hacer un retrato de Duarte. No quería hacer una figura aérea,  de mirada perdida, ni menos una figura celestial, parecida a un santo.  Hacer un retrato con esas características desvinculaba al fundador de la República Dominicana del ser humano”.

Núñez afiló su talento de retratista,  agudizó sus sentidos y  puso mano a la obra para lograr lo que se propuso: pintar a un Juan Pablo Duarte “de carne y hueso”,  del siglo XXI, un patricio vinculado a los estudios, a los libros, vinculado a la ciudad, a las ventanas, con cielos abiertos, un Duarte sentado, de pie,  reflexionando,  recibiendo los rayos solares y de cara a la ciudad intramuros, “la Ciudad del Ozama”, donde vivió y la que adoró.

“Comencé a trabajar lo que mucha gente ha llamado un banco de imagen de Duarte, una ilusión para un artista, porque todos los artistas tenemos una ilusión. Confieso que la figura de Duarte me produjo, por primera vez, sentí un sentimiento profundo, sentí que mis pinturas, además de deleitar  con el color, los paisajes, las montañas, las palmeras, las bailarinas, la Ciudad Colonial, los parques, las iglesias, las procesiones, tenían trascendencia, es decir, de alguna manera los retratos de Duarte son, al menos visualmente, educativos y despertarían la conciencia entre los dominicanos”.

De modo que  Miguel Núñez,  lleno de entusiasmo, sintió que trabajaba en un proyecto profundo, serio, histórico, patriótico y  educativo. La labor  de retratista del patricio tiene consecuencias para el pintor de 54 años, quien ha presentado 15 exposiciones individuales elogiadas y valoradas por la crítica.

“Esto me ha costado mucho sacrificio porque he tenido que colocar a un lado las pinturas comerciales que hago para concentrarme, de forma permanente, a este trabajo. Esto conlleva un proceso de investigación de Duarte, de su obra, su personalidad, los aspectos familiares y sobre todo la parte humana”.

Originalidad del trabajo

Núñez muestra orgullo cuando habla de la colección de retratos de Duarte, o “banco de imagen”, formada por una exquisita colección de obras de distintos formatos, realizadas expresamente con materiales de alta calidad, desde los óleos, lienzos y los marcos de las piezas, elaborados en un 80 por ciento de caoba centenaria.

“Procuré que el enmarcado tuviera dignidad y que las obras sobrevivan a los siglos. Esa fue una de mis principales preocupaciones, independientemente de toda la capacidad, el empeño, los recursos técnico-pictóricos empleados, la retratística y  los materiales empleados.

¿Qué imagen del patricio tenías en mente cuando observaste la fotografía original por primera vez?  Núñez recuerda que le impactó la foto, porque ya eran visibles en Duarte los síntomas de la edad, de la tuberculosis y de otros quebrantos de salud.

“Era la figura de un hombre que estaba a pocos pasos de la tumba. Estaba muy delgado, disminuido, con el cuello tan delgado que el corbatín estaba a un lado y no ajustaba. Me impresionó bastante y decidí trabajar con el Duarte de La Trinitaria, con el Duarte de la Filantrópica”.

El retratista confiesa que siente un profundo respeto por la iconografía duartiana de otros  artistas, elaboradas a través de los años y, algunas de ellas, basadas sólo en recuerdos.

Ajustes necesarios

“Debo aclarar, como retratista, que fue necesario hacer ajustes  para pintar a un Duarte más joven. Yo quise retratar a un Duarte de 50 a 55 años, es decir, una edad promedio, quitándole un poco los síntomas de las enfermedades que padecía.

Me he sentido muy complacido en este Bicentenario de Juan Pablo Duarte, por todo el entusiasmo que ha mostrado la población dominicana y por todo el espacio que se abre para la reflexión  con relación a nuestra identidad.

El Duarte que hemos querido hacer, de carne y hueso, optimista, vinculado al conocimiento, a los libros, es para que quede en la conciencia del dominicano y de una manera visual aprendamos a conocer el verdadero rostro de la patria.

Yo, a través de las imágenes y de manera verbal, exhorto a los jóvenes a ir al encuentro de Duarte, que comencemos a investigar a Duarte para que muchos que aún no lo aman, empiecen a  admirarlo y respetarlo como el fundador de la República, como padre de nuestra nacionalidad”.

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