El fortalecimiento de la alianza entre Rusia y China representa un desafío para el control que Estados Unidos tiene de los mercados monetarios del mundo. La pérdida de este control daría lugar a un cambio fundamental en la política global, precisó a Sputnik Persian el politólogo iraní Abdoulkarim Firouzkalaei.
«Una de las reacciones más importantes de Rusia, destinadas a reducir los efectos de las sanciones de Occidente y fortalecer la economía del país, ha sido la expansión de la cooperación con China», expresó Firouzkalaei. El experto identificó cuatro áreas distintas de la evolución de las relaciones entre China y Rusia.
«La cooperación entre Moscú y China después de la imposición de las sanciones se desarrolla en cuatro áreas: energía, comercio, operaciones de conversión de divisas y cooperación militar-industrial», aclaró Firouzkalaei.
Rusia es ya uno de los proveedores de energía más grandes de China, y va a aumentar su suministro de gas al ‘gigante asiático’ con el proyecto llamado Poder de Siberia. Asimismo, en octubre de 2014, el Banco Central de Rusia y el Banco Popular de China cerraron un acuerdo para permitir efectuar operaciones bilaterales de intercambio de divisas en rublos y yuanes.
«Moscú y Pekín están llevando a cabo transacciones en sus respectivas monedas nacionales. Al no utilizar el dólar en los negocios con China, Rusia es inmune a EEUU, que amenaza con excluirla del sistema de pagos SWIFT,» prosiguió el analista persa.
Los dos países también han aumentado su cooperación en el área de defensa, dado que comparten preocupaciones conjuntas sobre las actividades de EEUU en el Lejano Oriente y Europa, donde Washington tiene la intención de instalar escudos de defensa antimisiles. El mes pasado, los Ejércitos de Rusia y China llevaron a cabo ejercicios navales conjuntos en el Mar de China Meridional, y Firouzkalaei prevé aún más cooperación bilateral en la esfera militar-industrial.
El analista cree que EEUU ha cometido un gran error sancionando a Rusia, lo que ha hecho a Moscú girar hacia el Este y formar una asociación con Pekín que pone en jaque la hegemonía global estadounidense.
«El fortalecimiento de la cooperación entre Rusia, China y los países socios independientes constituye la base esencial de una nueva alianza en contra de EEUU», Firouzkalaei concluyó.
