Debateplural.com, comparte con sus lectores el artículo de Luis Pino, titulado “Diálogos inciertos desde la OEA y otros frentes”, publicado en el portal teleSurtv.net, en fecha 23 del mes de junio de 2016.
Cualquier desprevenido pudiera interpretar que el punto de orden solicitado por el Embajador de la Republica Bolivariana de Venezuela, Bernardo Álvarez, del pasado martes veintiuno de junio del dos mil dieciséis (21/06/2016), estuvo fuera de lugar, al final de la sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA). Nada más acertado que dicho llamado de atención, que obligó al presidente del Consejo Permanente a recoger cabuya y ceñirse a la agenda pautada, porque esa sesión fue solicitada por el gobierno venezolano, para presentar la exposición de José Luis Rodríguez Zapatero respecto del inicio de encuentros de diálogo entre gobierno y oposición, que intentan mediar tres expresidentes y la Unión de Naciones del Sur (UNASUR), iniciativa que ahora boicotea la oposición, porque están comprometidos, junto con Luis Almagro, en intervenir contra el gobierno que preside Nicolás Maduro, desde hace tiempo, amén de las dos últimas arremetidas, la de la Asamblea General, la sesión del Consejo Permanente y la tercera que ilegalmente solicitó el Secretario General, para ayudar a intervenir y derrocar al gobierno revolucionario.
Pero, en el mercado paralelo ilegal, existen alimentos y productos que revenden a precios exorbitantes y; los ricos, empresarios y comerciantes venezolanos, son ahora, más ricos, muchos de ellos, están entre los comprometidos en la conspiración para derrocar a Nicolás Maduro y también están quienes simplemente son corruptos ladrones y especuladores que han amasado fortuna con esta situación provocada y bien calculada.
Así como Luis Almagro ha forzado toda legalidad y estado de derecho para solicitar la aplicación de la Carta Democrática contra Venezuela, así también, guardando las formas, relajando las situaciones y con la pose diplomática tradicional, el señor embajador de la Argentina, pretendía abrir un boquete, con la excusa del diálogo, para que se permitiera montar un supuesto “Club de Amigos”, que en definitiva, empastele el trabajo que apenas empiezan a hacer los tres expresidentes y la UNASUR, además de servirles de trotaconventos a las acciones fascistas y criminales de la oposición venezolana, la que sigue jugando a los caminos verdes y apuesta por arrebatarse para sí, el poder.
Por otra parte, el gobierno estadounidense, toda vez que ha evaluado los efectos y consecuencias devastadoras causadas por la guerra económica, en favor de la oposición y percatándose de la poca capacidad de respuesta efectiva del gobierno, más las erráticas medidas puntuales para enfrentar la guerra económica y el bloqueo internacional de hecho, ha dado un giro en la táctica contra el gobierno que preside Nicolás Maduro, aunque agudizando su objetivo y estrategia, con pasmosa y criminal tranquilidad en su jugada sucia.
El gobierno estadounidense mientras mantiene la presión diplomática contra el gobierno venezolano y mientras financia a la oposición venezolana y ayuda a agudizar la guerra económica, al mismo tiempo, pone al Secretario de Estado, John Kerry, a mostrarse ante las cámaras como si tuvieran la intención de restablecer relaciones diplomáticas con Venezuela, incluso, comprometiéndose con acciones que no cumplirían nunca jamás y, días siguientes, manda a Thomas Shannon a ablandar y distraer en Miraflores, amén de que se comprometerá también con lo que de suyo viene, a menos que el gobierno del Presidente Nicolás Maduro se decida a enfrentar radicalmente junto con el Pueblo, la guerra económica y revierta esta situación de largas colas y desabastecimiento programado en menos de tres meses, porque lo que el gobierno estadounidense prepara y ha orientado en este sentido a sus servidores lacayos, como Henry Ramos Allup, es: marear al gobierno con una tensa calma y dejar que la guerra económica sea la única arma letal que liquide la revolución bolivariana, socialista y chavista, primero, desalojando en las próximas elecciones de diciembre, a la mayoría de los gobernadores en veinte estados del país de los veintitrés que lo conforman; luego, revocando al Presidente Nicolás Maduro, aunque el Vicepresidente Aristóbulo Istúriz asumiera constitucionalmente la culminación del mandato, que sólo representaría un corto período de transición, para entregarle el gobierno a la derecha, la que solo habría de limitarse a llegar a las elecciones presidenciales, por cuanto cualquier candidato que el imperio decida colocar, así sea el más estúpido de sus lacayos, ganaría ampliamente, como expresión concreta de la retaliación del Pueblo contra el desabastecimiento programado, las humillantes colas diarias para comprar un solo producto y la hiperinflación que ha arruinado a la familia venezolana, al obrero trabajador y a esa clase media que fuerza por la restauración al poder de sus verdugos.
Ése es el diálogo que un sector de entre los miembros de la OEA, la derecha golpista criolla y los mandaderos de Barack Husseín Obama, John Kerry y Thomas Shannon, pretenden imponer al gobierno venezolano y a los chavistas que estamos forjando el proceso de cambio revolucionario: el diálogo con las reglas imperiales y con una daga en el cuello de Nicolás Maduro.
Al Presidente Nicolás Maduro no le queda otro camino que radicalizar la revolución, enfrentando abiertamente la guerra económica y a sus artífices, liquidando las largas colas y abasteciendo al Pueblo de alimentos de primera necesidad y productos de higiene y limpieza, a precio justo y asequible, en un lapso perentorio de tres meses. Con OEA y sin OEA, sobre todo, sin caer en ese diálogo incierto, Venezuela debe radicalizar su revolución, no sólo desenmascarando la mentira, sino también, preservando el favor y fervor chavista y revolucionario en el Pueblo.