Debateplural.com, comparte con los lectores el interesante artículo de Francisco Herranz, titulado «La crisis de los refugiados, camino del desastre», publicado en el portal Sputniknews.com, en fecha 4 de marzo de 2016.
La Comisión Europea y la Presidencia holandesa de la Unión Europea ya han advertido que la situación es alarmante en los Balcanes y “especialmente en Grecia”, y que están preparando “planes de contingencia”.
Geográficamente hablando, Grecia es una isla en el espacio Schengen, pues limita o bien con países no miembros de la Unión como son Turquía, Albania o Macedonia o bien con naciones comunitarias que no forman parte de esa alianza sin fronteras internas. Ése es el caso de Bulgaria. Las rutas de acceso siguen siendo más o menos las mismas ahora que a finales del año pasado. Cerrada la frontera de Hungría con Serbia con una valla de alambre, el acceso desde Grecia a Alemania exige cruzar Macedonia, Serbia, Croacia y Eslovenia. Los refugiados manejan entre sí información esencial. Por ejemplo, se aconsejan tener cuidado al pasar por Croacia pues todavía quedan minas de la época de la guerra civil. Tampoco es descartable la posibilidad de que el flujo cambie de ruta y entre por Bulgaria si se tapona el punto fronterizo griego-macedonio.A la corriente incesante de sirios e iraquíes se han sumado los afganos. Sin embargo, a estos últimos no se les considera migrantes políticos sino económicos, por lo que se les está impidiendo el paso, a pesar de que la mayor parte de ellos son hazaras, es decir, una minoría étnica perseguida por los talibanes.
Existe incluso un escenario peor a la salida de Grecia de Schengen. Esa opción la verbalizó el ministro macedonio de Asuntos Exteriores, Nikola Popolski. “La peor opción es no hacer nada y entonces cada Estado miembro sellaría sus fronteras”, dijo.
Todo esto forma parte de la agenda de la reunión informal de líderes de la UE, prevista para el 7 de marzo en Bruselas. Las autoridades comunitarias deben centrarse en las fórmulas para evitar que sigan llegando expatriados desde Turquía. Concretamente se abordará la aplicación del plan de acción acordado con Ankara en octubre, un plan que ofrece a los turcos una ayuda de 3.000 millones de euros para que atiendan a los más de dos millones de refugiados que albergan en su territorio, a cambio de que el número de llegadas irregulares a la UE caiga de forma significativa. Por el momento ninguno de los dos hechos se ha materializado.
Las actuales posiciones de los países del área –desde Croacia a Austria- indican que Grecia corre el riesgo de convertirse en el destino final de muchos desplazados sirios, ya que no podrán continuar su periplo hacia el norte. El objetivo declarado es desanimar a quienes vienen detrás. Atenas, entretanto, acusa a algunos socios –Eslovenia y Hungría-, muy críticos con su gestión del registro de inmigrantes, de no querer ayudarles. “¿Es Grecia el enemigo de Europa? ¿Son los refugiados el enemigo?”, proclama el ministro griego de Inmigración, Yiannis Mouzalas.
Con la mente puesta precisamente en Grecia, la Comisión Europa sabe que la catástrofe acecha a la vuelta de la esquina. De ahí que haya anunciado el 2 de marzo un plan sin precedentes destinado a que los Estados miembros puedan gestionar el aluvión de personas procedentes de terceros países. Se trata de 300 millones de euros para 2016 y otros 400 millones para 2017 y 2018. No es dinero nuevo, o sea, que habrá que sacarlo de otras partidas presupuestarias.
Además, la crisis ha puesto muy nerviosa a la OTAN. Así, el jefe militar de la Alianza Atlántica considera que los rusos están “militarizando” la crisis de refugiados como parte de una campaña más amplia para ampliar su influencia en Europa.
“Juntos, Rusia y el régimen del presidente sirio Bashar al Asad están militarizando deliberadamente la migración en un intento de aplastar las estructuras europeas y romper la determinación europea”. Así se manifestó el 1 de marzo Philip Breedlove, el general estadounidense que dirige las fuerzas de la OTAN en Europa en una audiencia celebrada ante el Comité de Servicios Armados del Senado de EEUU. La razón que él encuentra consiste en “provocar que los refugiados se muevan y sean así el problema de otro”. En otras palabras, la crisis migratoria se ha convertido en un nuevo argumento atlántico para atacar la actitud de Moscú.
Según el general de cuatro estrellas, la situación va a empeorar y el número de refugiados va a seguir aumentando en 2016. “Existe la preocupación de que criminales, terroristas, combatientes extranjeros y otras organizaciones extremistas recluten a personas principalmente musulmanas que llegan a Europa, aumentando potencialmente la amenaza de ataques terroristas”, dijo. “El crecimiento económico débil continuado [en Europa]… mantiene altos los niveles de desempleo, especialmente entre los jóvenes inmigrantes susceptibles de radicalización. Los nacionalistas locales contrarios a una afluencia masiva de extranjeros [también] podrían volverse cada vez más violentos”, declaró el militar estadounidense.