Cultura Nacionales

Ministro de Educación retrocede al Concordato 1954

Written by Angel Moreta

Por: Angel Moreta (Autor-Editor)

 

Recientemente el Ministerio de Educación de República Dominicana y el presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, que también es Obispo de la Diócesis de La Altagracia, Nicanor Peña Rodríguez, firmaron 35 convenios de “cooperación” en la modalidad de “cogestión”, que permitirán que 127 centros educativos de distintas congregaciones y obispados de la iglesia católica, sean transferidos al sector público.

De acuerdo con el comunicado de prensa, se trata de una “alianza estratégica” que persigue el mejoramiento de la calidad educativa fundada en el conocimiento y también en la ética, hoy día enunciada como “formación de valores”, como si fuera un descubrimiento de última hora.

Los 35 acuerdos harán posible que los cargos de director y de coordinador docente sean desempeñados por un sacerdote o un diácono o algún otro miembro de la institución confesional mediante nombramiento directo del Ministerio de Educación en calidad de personal administrativo, con los mismos beneficios económicos y laborales de los maestros dominicanos.

El Ministerio de Educación no se queda corto en mencionar el concordato, que fue el documento de 1954 mediante el cual el Papa Pio XII y la dictadura (1930-1961), pactaron sobre la educación dominicana y los beneficios que recibiría la iglesia católica con ese acuerdo.

El artículo 21 del concordato fue usado en los acuerdos del Ministerio de Educación y la iglesia católica; y mediante dicho convenio el Estado dominicano garantiza a la iglesia católica la plena libertad de establecer y mantener, bajo la dependencia de la autoridad eclesiástica, escuelas de cualquier orden y grado; y el Estado las amparará y ayudará  mediante “subvenciones”. Y la enseñanza religiosa será organizada e impartida libremente por la autoridad eclesiástica sin ninguna intervención por parte del Estado.

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Según el concordato, la enseñanza religiosa, la filosofía medieval, la religión y la moral católicas, se impartirán en todas las escuelas públicas primarias y secundarias; y solamente se usarán los textos aprobados previamente por la autoridad eclesiástica; el Estado únicamente se limitará al nombramiento y financiamiento de maestros y profesores.

Causa sorpresa observar que en la época del llamado Estado neoliberal el Ministro de Educación se esfuerce en establecer y firmar 35 contratos con la iglesia católica, invocando y fundamentándose en un texto anacrónico y medieval como lo es el susodicho concordato, vigente desde 1954, que ya debió haber sido derogado y metamorfoseado desde hace décadas.

El concordato es aquel convenio que firmó el dictador con su Santidad el Sumo Pontífice  Pio XII, colaborador de la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial; quien a su vez nombró como plenipotenciario a  su Excelencia Reverendísima Monseñor Domenico Tardini, Secretario de Estado para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios de la Iglesia Católica y Nuncio Apostólico de su Santidad en República Dominicana.

El concordato permitió a partir de 1954, y permite hasta la actualidad, que el Estado dominicano transfiera enormes riquezas materiales, poder político, influencia sobre la educación, las fuerzas armadas y la policía nacional; enormes beneficios, prebendas y privilegios; edificaciones, tierras, solares, todo tipo de inmuebles y canonjías, que hicieron de esa institución la más poderosa de la historia dominicana desde el siglo XIX, sin contar con todas las riquezas recibidas de más de 300 años de vida colonial.

En este sentido, el concordato constituye una herramienta antidemocrática que permite hasta el día de hoy y posibilita transferencias patrimoniales extraordinarias a la iglesia católica. Creo que no hay manera posible de contabilizar y auditar tanta riqueza, la cual da lugar a la vida muelle privilegiada y particularmente selecta y exclusivista de las élites eclesiásticas favorecidas con tantas oportunidades que les ha brindado y le brinda el Estado dominicano.

El dicho instrumento posibilitó a la iglesia católica, no solamente la adquisición de grandes patrimonios y cuotas importantes del poder político, sino que también colaboró con el “engrandecimiento” de la dictadura, y esta en agradecimiento a los títulos que le fueran otorgados a Trujillo, con el silencio de dicha institución religiosa, títulos de Padre de la Educación y Benefactor de la Patria, ayudó a los movimientos de inmigración desde España, de gran cantidad de personal falangista y franquista que vino al país a ocupar posiciones importantes en el sistema educativo, recibiendo también todos los beneficios materiales posibles.

Es bien conocido que la dictadura forjó una estrecha alianza con el régimen falangista de Francisco Franco, en virtud de la cual contingentes significativos de inmigrantes, (trabajadores, profesionales, intelectuales, profesores, etc.), vinieron a incorporarse como residentes a la vida de la República Dominicana; pero la mayoría de los eclesiásticos y religiosos tenían ideología falangista y compartían el sistema de ideas de la dictadura de Francisco Franco.

La mayoría de los intelectuales dominicanos compartieron el sistema de ideas que había forjado el falangismo contra la República Española.

¿Qué objetivos tiene el Ministro de Educación con su iniciativa de revivir el concordato y favorecer a más de 120 colegios privados mediante convenios discriminatorios, financiamientos y nombramientos, que permiten a la iglesia católica una inmensidad de privilegios, además de los que ya tiene holgadamente?

Al parecer, el señor Ministro posiblemente estará buscando apoyo para futuras y posibles candidaturas en las próximas elecciones nacionales; o pretenderá caer en gracia a las jerarquías eclesiásticas de la iglesia católica en República Dominicana, para forjar apoyo a una candidatura contingente.

No solamente se trata de una actitud de contenido filosófico regresivo y obsoleto, producto del favoritismo, de los privilegios y de los monopolios de que participa y disfruta la iglesia católica en Santo Domingo; sino que lo cierto es que al margen de otras hipótesis, los dichos 35 convenios vienen a traducirse en una adhesión incondicional al proceso de privatización de la educación que se vive desde 1996 hasta hoy en República Dominicana.

No hay dudas de que el señor Ministro pretende promoverse políticamente en República Dominicana, sino que además procura ampliar el proceso de privatización que se generaliza cada día más en las esferas de la educación, la salud y demás niveles en la sociedad dominicana. Se trata de una actitud anacrónica, antidemocrática, perversa, que conlleva la obsequiosidad que el Ministro de Educación practica actualmente con la iglesia católica; y lo mismo hace el Ministerio de Educación Superior al favorecer a las universidades de la iglesia católica con respecto a las demás universidades.

Creo que un objetivo fundamental del señor Ministro y sus aliados es la balcanización y el descuartizamiento de la Universidad Autónoma de Santo Domingo en sentido general, y de la educación laica en sentido particular, lo cual constituye una vindicta contra la auténtica educación nacional y un intento de desnaturalización de la educación científica, arrastrándola a un plano filosófico errado y obsoleto.                    

la condescendencia del señor Ministro de Educación para fortalecer una nueva oleada de enriquecimiento de la iglesia católica a costa del Estado dominicano, de manera graciosa, representa un retorno a los principios conservadores y al proyecto de unificación de los intereses materiales y políticos de la iglesia con los beneficios que siempre ha brindado el Estado a las jerarquías eclesiásticas.

About the author

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

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