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La paz de Israel con Irak: Un show o una broma política

Written by Debate Plural

Mohsen Khalif Zade (CTXT, 20-10-20)

 

El mayor trofeo de normalización de lazos para Israel sería hacer las paces con Arabia Saudí, pero el mayor premio geopolítico sería establecer nexos con Irak.

Los últimos comentarios del ex vice primer ministro de Irak sobre la normalización de nexos con Israel han generado polémica y provocado una controversia generalizada entre los civiles y políticos iraquíes. “Irak está más preparado que nunca para normalizar sus relaciones con Israel, y las decisiones se toman desde Nayaf, no desde Bagdad”, afirmó Baha al-Arayi, ex vice premier iraquí en declaraciones a la televisión local.

Con estas afirmaciones Al-Arayi se ha referido a la ciudad de Nayaf, el centro del poder político chií en Irak, que desempeña un papel importante en la política del país mesopotámico.

A pesar de que las autoridades chiíes de Nayaf no respondieron a las declaraciones de Al-Arayi, el portavoz del movimiento Sadr, Saleh Muhamad al-Iraqi, utilizó su página de Facebook para responder a dichos comentarios. “El enemigo de Nayaf, si repites estas declaraciones, te vamos a castigar”, alertó Al-Iraqi.

La normalización de lazos con Israel ha dividido, durante mucho tiempo, a los iraquíes en tres grupos principales: partidarios, opositores y aquellos que no consideran el asunto una cuestión urgente debido a la distancia geográfica entre Bagdad y Tel Aviv.

El Gobierno del premier iraquí, Mustafa al-Kazemi, ha criticado la postura de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Baréin cuando estos dos pequeños países normalizaron sus relaciones con Israel.

Cuando se le preguntó sobre la normalización de lazos entre los EAU e Israel, Al-Kazemi dijo al Washington Post que era una decisión de dicha nación y que, por lo tanto, Irak no debería interferir.

Sin embargo, los comentarios de Al-Arayi sobre la paz con Israel parecen haber enfurecido a todos los iraquíes.

Algunos expertos en Irak han descrito las afirmaciones de Al-Arayi como un espectáculo para desviar la atención de la opinión pública de algunas personas, así como de los acontecimientos en Irak, a fin de reducir la presión sobre quienes buscan normalizar los nexos con Israel.

También señalaron que estas afirmaciones pretenden influir en la situación de seguridad en Irak antes de las elecciones, y no descartan que escuchemos comentarios similares sobre la normalización o acusaciones contra las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) en estos días.

Al respecto, algunos expertos advierten sobre el plan de EE.UU. y el régimen israelí y sus lacayos regionales de imponer la normalización a los países de Asia Occidental, y en ese sentido, ponen como ejemplo a Sudán, que se vio obligado a elegir entre la paz con Israel y el hambre.

Uno de los embajadores de los Estados miembros de la Unión Europea (UE), bajo condición de anonimato, afirmó a los medios iraquíes que el problema de Irak y la crisis actual no tienen nada que ver con el proceso político en este país, pero indicó que la actual crisis que sufre Bagdad es un plan internacional que busca allanar el terreno para la implementación del llamado ‘acuerdo del siglo’ que pretendía imponer el presidente estadounidense, Donald Trump, para resolver el conflicto palestino-israelí.

El embajador también habló del rol de Arabia Saudí, que hizo un llamado a EE.UU. e Israel para aumentar la presión sobre los chiíes iraquíes y mantener al pueblo iraquí hambriento hasta que se rinda a la normalización de relaciones con el régimen de Tel Aviv. Según la fuente, las declaraciones de Al-Arayi forman parte de uno de los pilares del plan estadounidense-israelí contra Irak.

Los comentarios de Al-Arayi también ponen de relieve que las presiones económicas y de seguridad contra los iraquíes están impulsadas por miles de millones de dólares en dinero saudí, emiratí, israelí y estadounidense.

La fuente agregó que, si un primer avión israelí aterriza en el Aeropuerto Internacional de Bagdad, inmediatamente después atestiguaremos la normalización completa y oficial de Arabia Saudí con el régimen sionista.

Los partidarios de la normalización de nexos con Israel son bien conocidos en Irak. Nayaf ama a Irak y al pueblo iraquí, y no permite que se hagan semejantes afirmaciones. La postura de las autoridades religiosas y los combatientes de las Al-Hashad Al-Shabi es bastante clara y transparente, y está en contra de hacer las paces con Israel.

Si el régimen sionista pensó algún día que el pueblo iraquí apoyaría la normalización con los brazos abiertos, deberá saber que todo es una utopía, porque el lema de la nación iraquí y de las Al-Hashad Al-Shabi siempre ha sido “la liberación de Palestina”.

En este sentido, el líder iraquí del Movimiento de Sabiduría Nacional, Seyed Ammar al-Hakim, descartó categóricamente la posibilidad de la normalización de relaciones entre Irak y el régimen sionista. “La cuestión de Palestina no se va a acabar. Es muy complicado”, agregó.

Cuatro meses después de asumir el cargo, el primer ministro iraquí enfrenta una presión política considerable, teniendo que manejar múltiples crisis internas y ahora unas relaciones exteriores aún más delicadas, con la tentación adicional de obtener un alivio económico a cambio de “traicionar” a los palestinos.

En un mandato que expira en junio de 2021, cuando se celebrarán las próximas elecciones, Al-Kazemi debe afrontar la prolongada crisis del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, en medio de una terrible situación económica, marcada por la falta de liquidez y el colapso del mercado del crudo.

Existe una creciente disidencia popular por el aumento del desempleo. El país enfrenta una de las peores crisis financieras desde 2003, cuando EE.UU. lo invadió, destruyendo gran parte de su infraestructura.

Dado que Washington y Bagdad se han comprometido, en una serie de conversaciones bilaterales (en junio y agosto), a buscar soluciones para aumentar la estabilidad, Al-Kazemi no se le habrá pasado por alto que, al mismo tiempo, dos países árabes firmaron un acuerdo diplomático con Israel. A nivel oficial, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irak reiteró su rechazo a la ocupación israelí de las tierras palestinas y señaló que sigue comprometido con el principio del boicot a Tel Aviv.

No obstante, el Kurdistán iraquí ya disfruta de unas cálidas relaciones con Israel. Teniendo en cuenta lo mencionado, cabe esperar que EE.UU. aumente la presión socioeconómica y geopolítica contra Irak para que este país se viera obligado a hacer las paces con Israel. Sin embargo, el Gobierno iraquí dejó claro que la normalización de lazos de Irak con Israel está prohibida según la Constitución del país, rechazando informes de que el régimen israelí se estaba preparando para abrir una embajada en Bagdad.

El tiempo nos diría si las afirmaciones de Al-Arayi respecto a la normalización de lazos con Israel son una broma política o una encuesta para conocer la opinión de los iraquíes.

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