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Desiderio Arias: algo más sobre su vida y sus hazañas

Written by Debate Plural

Chichi de Jesús (Hoy, 4-1-20)

 

Los “bolos pata prieta”, una facción desprendida de los “bolos”de Juan Isidro Jimenes, no hicieron la guerra contra el Gobierno de Eladio Victoria por razones ideológicas, sino para conquistar posiciones públicas que les rindieran beneficios en dinero y prestigio en sus comarcas. Victoria, conocido con el apodo de “don Quiquí”, llegó a la Presidencia de la República impuesto por el jefe del Ejército, su sobrino Alfredo Victoria, a raíz del asesinato del presidente Ramón Cáceres.

Como su mentor, Desiderio Arias recibía presiones de esos seguidores suyos, que reclamaban posiciones públicas que solo podía proporcionar el Gobierno, su jefe le pidió al nuevo presidente, el arzobispo Adolfo Alejandro Nouel, cargos para sus hombres, demanda que el gobernante provisional no pudo satisfacer porque carecía de fondos para aumentar el número de empleados públicos.

El arzobispo Nouel, que tomó posesión a fines de noviembre de 1912, en sustitución de don Quiquí, rechazó las peticiones de los guerrilleros, alegando que la mayoría de los servidores del Estado no estaban recibiendo sus salarios desde hacía varios meses. Como el prelado conocía el peso político que tenían los “bolos pata prieta” y su jefe Desiderio, viajó a Monte Cristi para tratar de convencer al guerrillero de que no podía complacer su solicitud de empleos para sus seguidores.

Dos meses después de su encuentro en la Línea Noroeste, Nouel hubo de renunciar a la Presidencia porque Arias, seguido por una centenar de sus hombres, todos debidamente armados, llegó a Santo Domingo y tomó la residencia del arzobispo- presidente, hecho que se materializó sin que se produjera movilización militar o civil que tratara de impedirlo.

En la renuncia monseñor Nouel no explicó por qué abandonaba el alto puesto que le había sido asignado por recomendación del presidente de los Estados Unidos, William H. Taft, pero la decisión causó comentarios y especulaciones en la comunidad, debido a que la acción guerrillera no provocó reacción en las autoridades. Debe tenerse en cuenta que la misión del Gobierno presidido por el arzobispo Nouel era la de celebrar elecciones para que el país tuviera en el término de un año un Presidente. Para sustituir a Nouel, el Senado escogió a José Bordas Valdez, que había sido gobernador en varias provincias.

Al nuevo presidente le llegó la misma presión que sufrió el arzobispo, pero esta vez las demandas por cargos provenían de los “rabuses”, que encabezaba Horacio Vásquez, pero Bordas Valdez tenía sus planes, y en vez de nombrar funcionarios horacistas designó a Desiderio Arias delegado del Gobierno en el Cibao y aprobó en favor de sus seguidores el arrendamiento del ferrocarril Santiago-Puerto Plata, que el Gobierno de Cáceres había extendido hasta La Vega, pasando por Moca. La concesión del ferrocarril a los “bolo pata prieta”, provocó un levantamiento armado de los horacistas en el Cibao que tenían empleos en la empresa, que temían ser sustituidos por la nueva administración. He aquí donde nace lo que se conoce como la “revolución del ferrocarril”, según el historiador Frank Moya Pons.

Borda Valdez dirigió personalmente las operaciones de control de la revuelta en Puerto Plata, pero no pudo tomarla ni pudo mantenerse en el cargo de presidente de la República porque el Gobierno de Estado Unidos, encabezado por Woodrow Wilson, impuso en suelos dominicanos un plan centrado en la celebración de elecciones supervisadas por funcionarios estadounidenses. Para esos tiempos, además de los horacistas y los jimenistas, había otras dos organizaciones políticas, dirigidas por Federico Velázquez y Luis Felipe Vidal, dirigentes políticos que acordaron elegir al doctor Ramón Báez, hijo de Buenaventura Báez, presidente de la República, cuyas funciones se centraron en organizar en noventa días unas elecciones que se celebraron en el mes de octubre de 1914, de donde salió electo por segunda vez el candidato bolo Juan Isidro Jimenes.

Desde entonces Desiderio Arias, un campesino nacido en la comunidad de Muñoz, jurisdicción de Puerto Plata, cesó en sus acciones guerrilleras hasta que llegó a ocupar el cargo de secretario de Agricultura. Él fue un hombre de acción, según el profesor Juan Bosch, y ninguna actividad es tan adecuada para esa categoría de hombre como la guerra. Él escogió el camino de la guerra y como en los años de su juventud el país no estaba ocupado por fuerzas extranjeras, se dedicó a la llamada guerra civil, donde alcanzó lugares de trascendencia.

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