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¿Es Trump neofascista?

Written by Debate Plural

Roberto Torres Collazo (Kaosenlared, 24-2-20)

 

Para intentar contestar la pregunta si Trump es neofascista, habría que definir primero qué es fascismo. Parafraseando al científico social Robert O. Paxton fascismo es una preocupación obsesiva por defender la nación de la humillación o victimización en compensación de la «pureza», unidad y energía de sus miembros. Es decir, los responsables de los grandes problemas en la nación son un grupo étnico por eso hay que eliminarlos y fortalecer el extremismo patriótico. En la Alemania fascista nazi de Hitler el chivo expiatorio de todos los males eran los judíos, comunistas, gitanos, árabes y homosexuales. El fascismo para Bertram Gross en esencia es imperialista, represor, militarista y racista.

El fascismo no ha desaparecido del todo, lo único es que tiene otro disfraz, el neofascismo (nuevo fascismo). En el caso de Trump no son los judíos… pero si son los inmigrantes latinos, árabes y negros quienes para él representa una amenaza. Recordemos que llamó a los inmigrantes latinos de violadores y criminales. Está empeñado en la construcción de un muro que tiene como excusa la seguridad de su nación aunque esto implique la violación de los derechos humanos, al extremo de poner niños y niñas en jaulas. En este contexto secundamos al filósofo estadounidense Jason Stanley que nos dice que el nacionalismo es la esencia del fascismo. El slogan favorito de Trump es «America First» o «Estados Unidos Primero» y en su campaña presidencial de 2015 fue: «Make America Great Again» o «Hagamos Estados Unidos Grande de Nuevo» .

El fascismo llevó al mundo a la II Guerra Mundial en gran parte de Europa. Aunque Trump no ha comenzado por ahora ninguna guerra, está metido militarmente en el Medio Oriente, Afganistán, Yemen, Siria, Libia, el norte de Africa y tiene más de 700 bases militares en el mundo. Sus objetivos son los recursos naturales y energéticos, dominar política y económicamente e imponer su cultura. Mientras el fascismo alemán quería la supremacía de una raza pura aria alemana, el neofascismo de Trump quiere la supremacía blanca sobre otros pueblos.

Una característica sumamente importante es el papel que ha jugado historicamente el dinero en las campañas presidenciales de EE.UU. El o la que más obtenga más dinero, aumenta las posibilidades de ser presidente o llegar a un alto cargo. El historiador Jacques R. Pauwels ha presentado abundante evidencia cómo Hitler llegó al poder gracias en gran parte a las corporaciones alemanas y extranjeras. Kodak, Bayer, Coca Cola, Volkswagen, BMW, IBM entre otras que financiaron y apoyaron casi desde el comienzo de su carrera política.

En el nuevo fascismo es sabido que los Comités de Acción Política (PAC) y las corporaciones donan el 80 por ciento en las campañas presidenciales de Estados Unidos.

Según Samuel Farber, Trump fué apoyado y financiado por las minerias, farmaceúticas, Bank of America, J.P. Morgan Chase, Wells Fargo, algunas compañías de Silicon Valley donde en total las contribuciones fueron alrededor de $861 millones, sin contar los millones de su propio bolso y donaciones de sus íntimos amigos en el mundo de los negocios. El dinero fue clave en la elecciones de Hitler y Trump.

En suma, tres características: extremista nacionalista, mantenimiento de su aparato militar expansionista y financiamiento y apoyo de grandes corporaciones-multinacionales, tomadas en su conjunto, apuntan a que Trump es un neofascista.

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