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La “democracia” que nos dan a los dominicanos las troikas del Palacio Nacional

Written by Angel Moreta

Por: Angel Moreta (Autor-Editor)

 

El régimen democrático dominicano es actualmente un proceso social diseñado como corporativo, con sectores políticos dominantes, un proceso electoral contaminado y plagado de impurezas; en ese régimen son hegemónicas las troikas que rodean al Poder Ejecutivo. Se caracteriza por un sistema de corrupción a todo lo ancho y largo de la vida nacional y por el control de la embajada norteamericana, el Pentágono EU y el Departamento de Estado.

Aparentemente todos los ciudadanos viven felices en esta República, pasando por alto las enormes dificultades con que se enfrenta la población día tras día, la pobreza y la precariedad salarial; el desempleo, los problemas cotidianos de sobrevivencia material.

Diríamos que es una democracia falsa en la cual no existen los mecanismos orgánicos de participación popular. El derecho de votar cada cuatro años es el único derecho político que privilegiadamente se le reconoce a la población. El ciudadano lleva la cédula al centro de votación correspondiente y ejerce el derecho de elegir, y a veces ese derecho le es arrebatado o le es debilitado para no decir denegado, con una suma de dinero que se le ofrece alevosamente en la puerta del centro de votación, lo que quiere decir que no solamente le compran o mutilan su derecho a elegir, sino que también, desde el punto de vista constitucional, le niegan el derecho a un referéndum, el derecho a participar como constituyente y el derecho a la consulta popular.

El ciudadano dominicano no disfruta de esos derechos porque la Constitución pone dicho ejercicio en la mano de los legisladores, que son los que tienen la prerrogativa de modificar la Constitución de la República, de opinar en el plenario legislativo o de rechazar o aceptar cualquier decisión importante que tiene que ver con la vida nacional.

Varias veces hemos dicho que la democracia que tenemos los dominicanos obedece a un sistema de corrupción que se ha convertido en endémico. Elecciones van y elecciones vienen, y lo único que dejan como rastro perdurable es el enriquecimiento ilícito de los grupos de los partidos tradicionales que llegan al gobierno mediante elecciones fraudulentas, quiere decir, elecciones en las cuales prevalecen vicios contaminantes.

                                                                                General Craig S. Faller

Por ejemplo en las elecciones municipales del 16 de febrero último se produjo a la vista de todos el comercio de votos y además el uso masivo de los recursos del Estado. El presidente conservador de la Junta Central Electoral no fue capaz de enfrentar al Poder Ejecutivo y defender al país del enturbiamiento electoral, sino que al contrario, con un pétalo de rosa en la mano, le pidió al presidente tener prudencia con el despliegue de los recursos públicos regalando a los sectores populares electrodomésticos, dinero y otras cosas materialmente atractivas. Es decir, que el Poder Ejecutivo ensombreció las elecciones y luego procedió mafiosamente a suspenderlas.

Esto indica que el proceso electoral dominicano está totalmente contaminado por el abuso de poder, las violaciones a las leyes y la presencia de un sistema de corrupción es decir, que la corrupción alcanza al sistema electoral por el accionar de las troikas corruptas que existen en el sistema político del país.

Hay que señalar que la democracia dominicana es víctima del sistema político corruto y viceversa. Son innombrables los casos de robo y saqueo a través de procesos de privatización de casi todos los bienes del Estado; el saqueo del patrimonio público la prevaricación y coalición de funcionarios y ahora se ha creado la llamada “alianza-público privada”.

La “alianza-público privada” es parte de un vocabulario tramposo que utilizan los empresarios con la finalidad de engañar al pueblo dominicano. Esta alianza supuestamente sería una conjugación de los intereses del Estado y los intereses empresariales, que representaría una unión dentro de un esquema destinado a la expansión del capital privado, que aprovecharía el crecimiento capitalista del empresariado, financiero, comercial y productivo, con la alianza de las iglesias y la embajada norteamericana en República Dominicana con el propósito de consolidar el capital privado y a través de  la privatización del modelo neoliberal continuar la implantación y el desarrollo del capitalismo.

En nuestra democracia amañada los casos de corrupción alcanzan al sistema electoral, en el cual aparece históricamente como infectada por el accionar silencioso de las troikas corruptas que rodean a los presidentes de la República, y actualmente al presidente Danilo Medina, que es la cabeza de un sistema de corrupción que ha contaminado el proceso electoral actual, suspendiendo las elecciones municipales de una manera que le ha resultado escandalosa y ha generado el repudio popular.

Esta maniobra de suspensión de las elecciones es una jugada sucia que el pld y la troika de Danilo Medina jugaron el 16 de febrero del corriente año contra el pueblo dominicano, que hoy se moviliza en contra del sistema de corrupción de Danilo Medina y pld.

                                                     Pulpo de la troika de Danilo Medina

El  caso de la obra pública (EPC) de Punta Catalina continúa siendo objeto de las elucubraciones y la planificación de una troika de funcionarios del gobierno de Danilo Medina, que originalmente articuló un plan maestro con el fin de manejar las interioridades de la licitación pública internacional No. CDEEE-LPI-01-2013,  en la cual salió “ganancioso” el consorcio Odebrecht-Tecnimont-Aceros Estrella, que supuestamente ganó dicha licitación por un monto presupuestario total de 2,040 millones de dólares para la construcción de la termoeléctrica de dos unidades gemelas que supuestamente producirían cada uno 337 MW.

Ese dramático caso de corrupción que representa Odebrecht en América Latina revela la vulnerabilidad de nuestras democracias cuando están organizadas sobre la base del neoliberalismo, en donde impera la libre competencia, el mercado, la privatización de los bienes públicos, la apropiación capitalista de las ganancias, y los gobiernos no nacionales dentro de un estado no nacional arrodillados a los desiderátums de la hegemonía imperial y la globalización de la economía. La justicia débil que tenemos en el continente difícilmente podrá llevar hasta sus últimas consecuencias el “sistema de corrupción” que organizó Odebrecht y sus socios y consorcios en América Latina. El papel que desempeñan las “troikas” es determinante para dicho sistema; las troikas representan los pequeños grupos corruptos que disponen de todos los mecanismo del poder político y que dirigen la inversión estatal utilizando todos los mecanismo tales como el fraude, el soborno, la coalición de funcionarios, la complicidad, la impunidad y el robo.

Además licitaciones amañadas, donaciones encubiertas, entrega de obras multimillonarias sin licitación en favor de empresas transnacionales norteamericanas; remodelación de puertos sin licitaciones; negociaciones espúreas como la de Punta Catalina, en las cuales las troikas palaciegas delincuenciales engañaron fantasiosamente al pueblo dominicano extrayendo más de 3 mil millones de dólares, sin mencionar el presupuesto de Odebrecht para dicha obra ascendente en 2014 a 2,100 millones de dólares, fuera del valor de los llamados “imprevistos”, formula falaz no sujeta a auditoria ninguna mediante la cual distorsionan el presupuesto de la obra energética, llevándola a cientos y cientos de millones por esa vía; la corrupción arropa todos los estamentos de la vida nacional, la extracción del oro, la exportación del oro, sin auditorias y en base a una contratación totalmente cuestionable entre el Estado dominicano y la empresa norteamericana y canadiense Falconbridge.

Pero además la troika de Danilo Medina ha sido capaz de entregar la soberanía nacional mediante contratos cuestionables que envilecen la democracia que vivimos y quebrantan al Estado dominicano y su Carta Magna.

En efecto el 20 de enero de 2015, Danilo Medina fue capaz de firmar un contrato entreguista con el Departamento de Estado de los Eu que se titula “acuerdo entre la República Dominicana y los Estados Unidos de América sobre estatus del personal de los Estados Unidos en la República Dominicana”, contrato que consta de 15 artículos y en cuyo texto los miembros del ejército de ocupación reciben el rango de diplomáticos y el “personal” se refiere a los solados y a los “contratistas”.

El referido acuerdo pretende regular al personal de los EU que estén temporalmente en nuestro país en “visitas, actividades de capacitación, ejercicios, actividades humanitarias y otras actividades mutuamente acordadas entre ambos países”, con el fin de que RD otorgue al “personal” de los EU las facilidades y garantías que permitan el desempeño de las labores a realizar por tales agentes dentro del espíritu de cooperación que “prevalece” entre ambos gobiernos.

Dicho acuerdo, después de haber sido firmado en el Congreso Nacional, fue enviado al Tribunal Constitucional a los fines de someterlo al control preventivo de constitucionalidad.

Danilo Medina firmó un contrato engañoso sin fecha de terminación. Las tropas militares en el territorio dominicano no están supeditadas a un plazo de evacuación.

El contrato aludido choca con la constitución; en el sentido de que la rescisión del mismo no podrá afectar las actividades de los cuerpos militares estadounidenses, choca con el orden constitucional, ya que, en el caso de que el Estado dominicano haya externado su voluntad de terminar dicho contrato, el mismo mantendría vigentes los efectos del acuerdo en materias tan sensibles como la soberanía y la seguridad nacional, porque los soldados no tienen que evacuar el territorio inmediatamente

 El Tribunal Constitucional de República Dominicana, gracias Dios que lo tenemos, en su sentencia No.TC-0315-15, examinó punto por punto, en ejercicio del control preventivo de constitucionalidad, el convenio  de marras intervenido entre el gobierno de República Dominicana y el gobierno de Estados Unidos de América, de fecha 25 de septiembre del año 2015, sentencia de más de 35 páginas que ordenó de manera concienzuda y patriótica declarar no conforme con la Constitución de la República Dominicana  el “acuerdo sobre estatus del personal (militar) de los Estados Unidos en República Dominicana”.

También ha permitido Danilo Medina la presencia silenciosa pero irreverente e irrespetuosa del ejército norteamericano en la frontera dominicana-haitiana, dentro de un contexto de entrega de oportunidades para la continuación del proceso hegemónico y de dominación de los Estados Unidos en ambas naciones.

“Es una intervención silenciosa pero irreverente e irrespetuosa con respecto al principio de soberanía y autodeterminación de los pueblos; que procura la instalación de una base militar, aprovechando los tiempos de navidad, para penetrar sus instalaciones, guareciéndose en el ruido navideño, y con el trabajo de ablandamiento que realiza la embajada norteamericana, con el trabajo de la USAID y de funcionarios de la CIA; y la sonrisa de las fuerzas armadas dominicanas que penosamente no saben cómo defender estratégicamente la integridad del territorio nacional; la alta oficialidad sonríe a la oficialidad norteamericana en la frontera y comparte con ellos como gratos visitantes que se instalarán en base militar, lo cual interesa a los EU de manera fundamental”. (Artículo del 18 de noviembre 2019)

En nuestro próximo artículo examinaremos las ventajas inauditas que la desleal política de Danilo Medina concede a los Estados Unidos como potencia ocupante del territorio dominicano que pretende profundizar la hegemonía norteamericana en nuestro país

Continuaremos tratando sobre la profundización del modelo neoliberal y sus consecuencias e impacto en la democracia corrupta que tenemos los dominicanos en la actualidad y que son rechazados hoy por el pueblo dominicano.

 

About the author

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

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