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La troika de Danilo Medina hace silencio frente a la intervención militar fronteriza

Written by Angel Moreta

Por: Angel Moreta (Autor-Editor)

 

A menos que seamos tontos, ya sabemos que el contrato firmado en 2015 por el Poder Ejecutivo de la República Dominicana y el Ministerio de Defensa de los EU, fue aplaudido silenciosamente, como el que pasa algo por debajo de la mesa, por los componentes de las “troikas” que rodean al presidente Danilo Medina.

Decimos silenciosamente porque dicho contrato se realizó, se tramitó y pasó por las manos del Poder Legislativo de manera también callada. Vino a conocerse en la opinión pública después que el Tribunal Constitucional, dictó, en atribuciones constitucionales, una sentencia, la 315-15, disponiendo la nulidad de dicha funesta pieza; ya que mediante la misma se validaba un proyecto de ocupación militar de un territorio en el suroeste de la República con intención geoestratégica para la instalación y el desarrollo de una base militar de los Estados Unidos en la República Dominicana.

El contrato aludido, al cual nos hemos referido en ocasiones anteriores (y nos seguiremos refiriendo en el futuro inmediato), por su estilo y su fondo, y por su carácter visiblemente eufemístico, lo escribió indudablemente el Departamento de Defensa del gobierno de ese país. El contrato concede ventajas cuantiosas de todo tipo a los gobiernos norteamericanos, en detrimento del principio de reciprocidad que se refiere a la correspondencia igualitaria que debe existir entre uno y otro Estado.

Las ventajas son extraordinariamente exageradas y el estilo torpe desde el punto de vista jurídico, apunta a la idea de que los dominicanos somos un pueblo de estúpidos. Designa su finalidad dicho contrato en el sentido de que se trata de regular “el personal” de los EU en el territorio que le seria concedido. ¿Regular el personal? ¿Y por qué hay que regular el personal si ya tal regulación existe en virtud de los principios de las relaciones diplomáticas internacionales? ¿Qué interés puede tener el gobierno dominicano en regular un personal extranjero cuya presencia tiene que obedecer a las reglas de la Convención de Viena?.

Obviamente no se trata de ningún “personal”, simplemente se trata de una base militar escondida en una palabrería vacua y estúpida que tiene la intención, seguramente aplaudida por los componentes de las troikas que rodean al presidente de la República, de establecer y regular “personal militar” poseído privilegiadamente de una cantidad de ventajas asombrosas y que pasan por encima de la soberanía de la República Dominicana y de la Constitución cuya vigencia se inició en 2010 y reformada por Danilo Medina en 2016.

El redactor norteamericano fue un engreído escribano, pues al esconder las intenciones del contrato aludido, deja en total claridad que lo que se procuraba como estrategia era establecer un ejército reaccionario, prácticamente invasor, para realizar su programa geoestratégico en la frontera dominicana-haitiana.

Craig S. Faller y Danilo Medina

De este embrollo no se ha enterado el pueblo dominicano porque los medios de comunicación obligados a ofrecer información fidedigna, puntual y oportuna, no cumplieron su papel llevando al conocimiento de la población el embeleco desleal y traidor que envolvía el paquete del contrato de 2015; que revela ambiciones descaradas e ilimitadas sobre el territorio de la República Dominicana.

El contrato es tan abusivo y tan vil que no establece fecha de terminación, que es propio de todo contrato, por lo cual puede decirse que la situación era equivalente a la apertura incondicional a tropas extranjeras como si fueran tropas de ocupación.

Tales características, en el actual momento histórico, indica que con el imperialismo hay que dormir con un ojo abierto y un ojo cerrado para no dejarnos engañar de las miles de trapisondas, engaños, ardides y artimañas del Departamento de Estado, del Departamento de Defensa, de la CIA, y de la llamada “Agencia de Desarrollo”, USAID; famosa en América Latina por la organización de golpes de Estado violentos y no violentos, cruentos e incruentos, en países como Brasil, Chile, Argentina, Grenada, Paraguay, Honduras, Panamá, Bolivia, Haití y otros.

Particularmente la República Dominicana ha sido pisoteada y agredida en varias ocasiones por el injerencismo norteamericano, como ha sido el proyecto de arrendamiento de la Bahía de Samaná, el proyecto de venta de dicha bahía a los EU, el proyecto de convertir a la República Dominicana en un Estado de la federación norteamericana; la ocupación de las aduanas en 1903 durante varios años, la intervención militar en 1916, la intervención militar en 1965, la presencia de militares del ejército norteamericanos en Monte Plata, el proyecto de apropiación de la Isla Saona en 2013, el contrato a que nos estamos refiriendo en el presente artículo, la ocupación militar fronteriza en octubre 2019, amén de la propagación cultural religiosa e ideológica, la presencia de USAID, la CIA y su paquete de agencias, el lavado de cerebros a las nuevas generaciones, todo ello y mucho más nos hace pensar la necesidad de dormir con un ojo abierto y otro cerrado, pues estamos siempre en peligro de violación de nuestra soberanía, nuestra integridad territorial y nuestra Constitución.

Todas estas agencias se encuentran activadas en rojo con el fin de amedrentar, amenazar e intimidar a los distintos pueblos de América Latina, pues debido al surgimiento de un pensamiento crítico y de gobiernos interesados en establecer relaciones con todos los países del mundo, defender su soberanía y sus recursos naturales en contra de la dominación del neoliberalismo, alimentado por los EU, dichas agencias tienen miedo a la influencia de China continental y de Rusia, que son grandes potencias dispuestas a trabajar por un desarrollo sostenible que permitan una vida de mayor calidad para la población.

En ese sentido, las políticas imperiales de los EU han perdido mucho terreno en el continente, y dada la presencia de China continental, han decidido incrementar el intervencionismo, los golpes de Estados violentos y no violentos establecimiento de bases militares, la expansión de innumerables multinacionales, la obtención ilícita o bajo presión y tráfico de influencia, de contrataciones públicas a favor de empresas extranjeras, quitando oportunidades a múltiples inversionistas que no son de los EU, como ocurre con la remodelación del Puerto de Manzanillo en Montecristi.

Se trata de una expansión estratégica, política, económica, financiera, militar, psicológica y de formas de guerras culturales e ideológicas que tienden a una dominación total de nuestras sociedades latinoamericanas.

A esta dominación global y en su aspecto cultural e ideológico nos referiremos en relación a la República Dominicana, en artículos que se publicarán a partir de diciembre 2019 y que tiene que ver con la penetración, invasión e inversión de valores culturales.

Efectivamente así como podemos hablar de una ocupación militar, mutatis mutandi, también podemos hablar de una ocupación cultural e ideológica de nuestros países que tiene como finalidad dominar la mente y el corazón de las generaciones emergentes, particularmente USAID que realiza un trabajo pseudo científico con intenciones propagandísticas tendentes a influir de manera decisiva y penetrante en dichas nuevas generaciones, buscando arrancar el alma y el corazón a grupos de jóvenes emergentes y llevarlos a un terreno de neutralidad ideológica, de ignorancia política, de un cuadro de influencias espirituales estériles a través de la llamada industry entertainment; y sacar a la juventud la memoria histórica dominicana caracterizada por invasiones militares, intervencionismo, influencias culturales tendentes a la xenofobia, el racismo, justificación de la pobreza y la admiración a la falsa grandeza de los EU, grandeza auspiciada por la “providencia”, como país privilegiado que obedece a directrices puras de los derechos humanos, de la democracia, de la justicia distributiva, ideales con los que se busca borrar la imborrable memoria histórica del pueblo dominicano.

Ventajas inequitativas del contrato a favor de la ocupación norteamericana

La visita reciente del señor Faller, comandante del llamado Comando Sur, que ejerce su vigilancia en la región del Caribe, al presidente de la República Dominicana, revela claramente las ambiciones y la prepotencia del imperialismo norteamericano y el interés en preservar la propiedad y la integridad de sus patios traseros, como si se tratara de fincas monitoreadas por un mayordomo que es el comando sur.

Faller vino a tratar con el presidente sobre la ocupación de la frontera dominicana-haitiana y sobre la necesidad de establecer una base militar geoestratégica para atacar a Venezuela y Cuba, dominar la frontera y continuar el aplastamiento del pueblo haitiano, en donde el imperio que representa el señor Faller ha hecho todo tipo de intervenciones, todo tipo de aprovechamiento ventajoso, sin ayudar al pueblo haitiano; al contrario, ha fomentado la invasión de múltiples organizaciones sin fines de lucro (ONG) que se dedican a la búsqueda de recursos internacionales para administrarlos a favor del enriquecimiento ilícito y de la trata de personas, el contrabando de niños, sin ayudar a la vigencia del principio de ciudadanía.

Craig S. Faller visita a Danilo en Palacio Nacional

Se trata de una doble moral contra la libertad, la democracia y los derechos humanos en alianza con los grupos privilegiados dominantes en Haití, todo con una intención hegemónica que dura desde hace muchos años atrás.

Es una doble moral, repetimos, cuestionable frente a República Dominicana y Haití. Y en ese sentido en nuestro artículo anterior del 8/11/2019, decíamos lo siguiente con respecto a esa alianza silenciosa entre los grupos oligárquicos criollos, el imperialismo norteamericano y los partidos politicos tradicionales:

“Hoy el pueblo dominicano los mira no como partidos de la “liberación” y la «democracia», sino como pseudo partidos sin perfil nacional, sin autenticidad ni originalidad; sino partidos desechables que las mayorías dominicanas no los quieren porque no son otra cosa que entes sustentadores de un modelo neoliberal empobrecedor que consiste en el imperio del mercado, en la alianza público-privada, la privatización de la salud, de la vivienda, de la educación, de los servicios, de las playas, etc., los bajos salarios, las bajas pensiones, la seguridad social totalmente insegura; y ve a los políticos y politicastros como ricachones, ex pobres que se hicieron millonarios sobre la base del crimen; abusadores, ladrones, cínicos y bufones que se placen en el exhibicionismo de sus ropas, vehículos, mansiones y poseedores de todos los indicadores de bienestar y riqueza en un país subdesarrollado, periférico, pobre, dominado por el neocolonialismo, arrodillado y humillado por el imperialismo; con cientos de empresas transnacionales que no respetan la legislación laboral ni las reglas de libre competencia y que ostentan posiciones privilegiadas y discriminatorias, favorecidas por gobiernos trasnochados, entreguistas y tradicionales, y que defienden más a la cultura del imperialismo que a los pobres, más a la embajada norteamericana que a su propio bohío”.

“Es una intervención silenciosa pero irreverente e irrespetuosa con respecto al principio de soberanía y autodeterminación de los pueblos; que procura la instalación de una base militar, aprovechando los tiempos de navidad, para penetrar sus instalaciones, guareciéndose en el ruido navideño, y con el trabajo de ablandamiento que realiza la embajada norteamericana, con el trabajo de la USAID y de funcionarios de la CIA; y la sonrisa de las fuerzas armadas dominicanas que penosamente no saben cómo defender estratégicamente la integridad del territorio nacional; la alta oficialidad sonríe a la oficialidad norteamericana en la frontera y comparte con ellos como gratos visitantes que se instalarán en base militar, lo cual interesa a los EU de manera fundamental”.

En nuestro próximo artículo examinaremos las ventajas inauditas que el desleal contrato al que nos referimos, concede a los Estados Unidos como potencia ocupante del territorio dominicano.

About the author

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

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