Durante su estancia en territorio británico, el gobernante enfrentará a un escenario menos complejo para él que el de esta capital, pero que igualmente significará un desafío para un mandatario que ha despertado continuamente gran polémica en el exterior, incluso con socios tradicionales de Estados Unidos.
Su participación en el encuentro de jefe de Estado y de Gobierno de la OTAN, a realizarse durante martes y miércoles, tendrá lugar después de que la alianza militar anunció el pasado jueves que acordó reducir la contribución de Estados Unidos a su presupuesto central.
La medida fue vista como un gesto dirigido a complacer a Trump, con el fin de garantizar que la reunión de esta semana marche lo más tranquilamente posible, pues el mandatario norteamericano se queja de los niveles de aporte de su país y presiona a otras naciones para que incrementen su participación.
Hasta ahora, Estados Unidos proporciona alrededor del 22 por ciento de la financiación directa de la OTAN, la cual es de 2,5 mil millones de dólares y cubre el costo de mantenimiento de la sede del bloque, inversiones conjuntas de seguridad y algunas operaciones militares combinadas.
Durante una reunión en Francia con el presidente de ese país, Emmanuel Macron, el secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg, dijo que sus miembros pactaron redistribuir algunos costos, lo cual será efectivo a partir de 2021.
‘Estados Unidos pagará menos, Alemania pagará más, por lo que ahora Estados Unidos y Alemania pagarán lo mismo’, explicó el titular, quien precisó que cada una de esas dos naciones entregará alrededor del 16 por ciento del total.
Se espera que Trump promocione esa concesión como una victoria, a pesar de que en realidad no tiene nada que ver con el principal reclamo que realiza a los miembros de la controvertida alianza, la cual ha recibido denuncias por violaciones de derechos humanos en diferentes partes del mundo.
El jefe de la Casa Blanca continuamente ha llamado a las demás naciones de la OTAN a que cumplan el compromiso de aumentar sus gastos militares hasta un dos por ciento del Producto Interno Bruto de sus países, una meta fijada para 2024, pero sobre la cual Trump presiona desde inicios de su mandato.
Altos funcionarios de la administración dijeron el viernes que la visita al Reino Unido incluirá reuniones individuales con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien recientemente advirtió sobre la ‘muerte cerebral’ de la OTAN y sugirió que Europa ya no puede asumir un apoyo inquebrantable de Estados Unidos.
Trump también se reunirá con la canciller de Alemania, Ángela Merkel, otra líder mundial con la cual ha tenido varios roces, y asistirá a una recepción en el Palacio de Buckingham organizada por la reina Isabel II.
Además, tiene previsto un almuerzo de trabajo con representantes de Estonia, Grecia, Letonia, Polonia, Rumania, Lituania, Bulgaria; y reuniones con los primeros ministros de Dinamarca, Mette Frederiksen; e Italia, Giuseppe Conte.
Con quien no se encontrará el estadounidense en esta ocasión será con el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, una figura con la que ha mantenido una relación estrecha.
A decir del diario The Washington Post, Johnson le ha rogado a Trump que se mantenga alejado de las elecciones británicas del 12 de diciembre, e intentará en estos días mantener su distancia del estadounidense, quien sigue siendo una figura muy impopular allí y volverá a enfrentar manifestaciones en su contra.
De acuerdo con el portal digital Axios, el mejor escenario para los europeos en esta cita será que Trump se apegue al guion, se atribuya el mérito de una OTAN más fuerte y celebre el hecho de que los países del llamado viejo continente están gastando más en defensa.
Pero Ivo Daalder, quien se desempeñó como embajador de Estados Unidos en la OTAN de 2009 a 2013, le declaró a ese medio que hay mucha ansiedad acerca de lo que Trump podría hacer o decir en la cumbre, luego de que las dos anteriores en las que tomó parte no marcharon bien.
Además de los temas que podrán estar en el centro de discusión de la cita, como los relacionados con Turquía, Rusia y Siria, las miradas estarán puestas entonces en el comportamiento del jefe de la Casa Blanca, de quien, según Axios, los aliados temen mucho ‘su imprevisibilidad’.
