Jesús de la Rosa (Hoy, 2-7-19)
Algunos que otros personajes de la vida política de entonces dieron por entendido que fue una junta ad-hoc de la Organización de Estados Americanos (OEA) la que propuso la candidatura del doctor Héctor García Godoy para presidir un gobierno transitorio de seis o nueve meses de duración con miras a ponerle fin a la Guerra de Abril de 1965. En cambio, otros afirmaban que el nombre del jurista mocano fue sugerido por destacadas figuras políticas de la región del Cibao. Pero, poco o nada importa una cosa como la otra. Lo importante era que la persona escogida supiera llenar su cometidohistórico en medio de una de las peores crisis que ha vivido la República Dominicana a través de sus 175 años de vida republicana, como nosotros creemos que lo hizo el destacado jurista.
La aceptación del doctor Héctor García Godoy por los bandos en pugna no fue una tarea fácil. En principio, muchos alegaban en su contra que el destacado jurista y diplomático de carrera era uno de los varios vicepresidentes del Partido Reformista, cuyo líder, el doctor Joaquín Balaguer había retornado al país en medio de la guerra civil para visitar a su madre enferma, con respaldo de los interventores estadounidenses. Tampoco, quería aceptarlo el llamado Gobierno de Reconstrucción Nacional que presidía el general Antonio Imbert Barrera y que agrupaba a la mayoría de los oficiales y generales de la Base Aérea de San Isidro. También, en el seno del gobierno constitucionalista que presidía el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, existía cierta reserva en torno a la aceptación del doctor Héctor García Godoy como presidente de un gobierno provisional.
El propio embajador estadounidense John Bartlow Martin afirma en su obra “Overtaken by Events” que en el mismo Partido Revolucionario Dominicano, se observaba ciertos resquemores consecuencia del fracaso de la denominada fórmula Guzmán propuesta por el asesor presidencial del presidente Lyndon B. Johnson, Mc George Bundy, que proponía la presidencia de un gobierno provisional encabezado por el hacendado Antonio Guzmán Fernández que habría de sustituir al constitucionalista que presidía el coronel Caamaño Deñó. Dicha fórmula fracasó cuando don Antonio Guzmán se negó a aceptar la exigencia estadounidense de deportar del país a toda persona señalada como agente del comunismo internacional.
En la tarde del 3 de septiembre de 1965, en uno de los salones del Palacio Nacional, el doctor Héctor García Godoy se juramentó como presidente de la República con carácter provisional.
García Godoy era un demócrata independiente y progresista. A lo largo de todo su mandato tuvo que hacerle frente a una terrible situación política, aunque en el aspecto económico su gobierno recibiera constantes inyecciones de recursos económicos aportados por los Estados Unidos a través de la Organización d Estados Americanos (OEA), entidad ésta que le facilitaba los sueldos de los empleados públicos. A propósito de la calamitosa situación económica por la que atravesaba el país en esos tiempos, en su obra “Vivencias de la Guerra del 24 de Abril” el autor dominicano Edgar Hernández Mejía expresa: “muchas empresas del sector privado redujeron su producción o cerraron sus puertas, y por consiguiente no pagaban regularmente sus salarios de los empleados y trabajadores como lo hacían antes de la confrontación bélica. Los profesionales liberales y los denominados chiriperos no contaba con producción estable, por todo lo cual en el país se redujo considerablemente el circulante” Al emitir esos juicios, el conocido escritor toma muy en cuenta los aportes económicos al país de parte de ciertos organismos internacionales que “realizaban donaciones de alimentos (leche en polvo, mantequilla, queso, arroz, etc.) que se distribuían gratuitamente a los moradores de los barrios pobres”. A pesar de ello, los odios generados por la guerra civil continuaban ocasionando muerte de ciudadanos indefensos en distintos lugares del país.
