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70 Años de la República Popular China

Written by Debate Plural

Cayetano Rodríguez del Prado (Hoy, 28-9-19)

 

La historia de China se extiende por más de cuatro mil años, período en el cual se sucedieron numerosas dinastías mientras fue consolidándose y fortaleciéndose su unidad como nación.
Durante los últimos siglos, y hasta la proclamación de la República Popular China (RPCh), predominó el sistema feudal y semifeudal donde los terratenientes dominaron sin limitaciones al pueblo chino. Los campesinos, que eran la inmensa mayoría de la población, se hallaban completamente atados a la tierra y a los señores feudales. Los usureros y los compradores forzosos de la producción agrícola mantenían establecida la peor explotación.

Me correspondió la oportunidad de ver los vestigios imborrables de aquella situación social semifeudal cuando visité la recién fundada República Popular China por primera vez en julio de 1964 y aquella revolución triunfante solamente tenía 14 años. Conversé con un campesino que se vio forzado a entregar a los usureros a casi todos sus hijos e hijas, uno a uno. Permaneció con uno o dos hijos pequeños y los demás no los volvió a ver jamás. Pude ver a mujeres con los pies reducidos por zapatos de metal que les colocaban cuando eran niñas, por motivos estéticos, y solo la revolución triunfante de 1949 les quitó.

Para tratar de poner fin a esta situación, en 1912, Sun Yat Sen estableció la República poniendo fin a la dinastía Qing. Pero su mandato resultó ser efímero pues tuvo que entregar el poder al cabecilla militar Yuan Shikai y, muy pronto se vio obligado a pasar a la oposición. Sufrió el exilio forzoso, persecuciones y finalmente murió en 1925.

A su muerte, asumió el control de las fuerzas del Kuomingtan, o movimiento nacionalista, el general Chiang Kai-shek quien adoptó el título de “generalísimo” y, apoyándose en las fuerzas más negativas tiranizó por largo tiempo al pueblo chino. Después de la llegada de Trujillo al poder en nuestro país, Chiang mantuvo muy buenas relaciones con el tirano dominicano que, por cierto, también se hizo llamar “generalísimo”.

Ya en 1921 un grupo de revolucionarios chinos fundó el Partido Comunista Chino (PCCh) y de ellos se destacó como su principal dirigente Mao Tse-tung o Mao Zedong. El joven partido, desde su fundación recibió crueles ataques de las fuerzas más reaccionarias de China representadas por Chiang Kai Shek.

En el período comprendido entre 1934 y 1935 se produjo la conocida Gran Marcha de 12,500 kilómetros, desde Jinangxi hasta Saanxi donde se estableció el cuartel general de las fuerzas revolucionarias chinas. Se trató de una gigantesca maniobra defensiva que permitiera la supervivencia al Partido Comunista, así como la acumulación de fuerzas para el momento oportuno.

Tuve la oportunidad de conversar y conocer las experiencias de varios veteranos de estas luchas y visitar los túneles que sirvieron para defender sus territorios, todo ello en las profundidades del enorme territorio chino.

Al producirse la invasión de Japón contra China de 1937, todas las fuerzas chinas actuaron de manera unitaria contra las tropas japonesas, conservándose esa unidad hasta la derrota japonesa en 1945.

Con esta victoria del pueblo chino sobre las tropas invasoras japonesas, las fuerzas revolucionarias del PCCh avanzaron victoriosamente en todos los frentes contra el ejército de Chiang Kai Shek hasta derrotarlo completamente en 1949. El “generalísimo” se refugió precipitadamente en la isla china de Taiwan bajo la protección de las fuerzas navales de los Estados Unidos y declaró que la isla sería desde ese momento la República Nacionalista China.

Mientras, la dirigencia de las fuerzas revolucionarias chinas encabezadas por su líder Mao Tse-tung, por Chou En-lai, Zhu De y otros dirigentes proclamó desde la “Puerta del Cielo” o Tian An Men la República Popular China el 1 de octubre de 1949. En la declaración el presidente Mao aseguró que la nueva nación se había puesto en pie y que China nunca más aceptaría ser humillada por ninguna nación extranjera, al mismo tiempo que destacó que serían un factor de paz y entendimiento entre todas las naciones de la tierra.

Me correspondió conversar, y ser recibido como representante del Movimiento Popular Dominicano (MPD), con dos de aquellos líderes que desde el Tien An Men proclamaron la nueva República que ahora cumple 70 años. Primeramente, con Mao en julio de 1964 y luego en mi segunda visita a China en enero de 1966, con el Premier y segundo hombre en la dirección de la Revolución China, Chou En-lai.

Ambas figuras históricas coincidieron en señalarme que China era aun relativamente débil y atrasada, situación bien comprensible si se piensa que cuando estuve allí por primera vez, en 1964, la nueva nación no había cumplido todavía 15 años de fundada. Pero ambos me señalaron claramente que el pueblo chino había empezado a andar y avanzaba indetenible hacia adelante para ocupar el lugar que le correspondía en el concierto de naciones del mundo.

La primera prueba de fuego de la nueva República Popular fue la guerra en la península de Corea, donde tropas norteamericanas avanzaban hacia el norte, pero fueron repelidas por una contraofensiva china y norcoreana. Entre las tropas que lucharon contra los chinos se encontraban militares dominicanos enviados por la tiranía de Trujillo, quien seguía manteniendo estrechas relaciones con Chiamg Kai Shek y apoyaba todo aquello que pudiera perjudicar a la verdadera China.

Desde entonces, China inició una trayectoria muy firme hacia el desarrollo y hacia su consolidación como gran potencial mundial, pacífica y moderna.

A partir de su fundación se le negó a la República Popular China el derecho a ocupar su puesto permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que ocupaba maliciosamente e ilegalmente el gobierno de Taiwán, y fue el 26 de octubre de 1971 mediante su Resolución 2758 cuando en medio de una gran ovación la Asamblea General de la ONU le dio entrada a China y echó al gobierno usurpador de Taiwán.

La República Popular China (RPCh) de hoy dirigida por el Presidente Xi Jinping ha hecho su entrada con paso firme y decidido al escenario mundial trayendo un mensaje de paz y prosperidad a todos los pueblos de la Tierra y proclamando su firme determinación de impulsar el libre comercio y la globalización económica.

Pero no se trata únicamente de palabras, estos planteamientos han estado respaldados por hechos concretos. Por ejemplo, en los últimos 40 años China multiplicó su Producto Interno Bruto (PIB) en 33.5 veces, manteniendo un crecimiento anual promedio del 9.5%, hazaña esta que no ha podido lograrla ninguna otra potencia del planeta en ninguna época conocida. Y, lo que es muy importante, estos avances han ido de la mano con una mejoría impresionante del nivel de vida del pueblo chino y de su clase trabajadora.

Dentro del concepto de globalización y desarrollo el Partido Comunista de China ha impulsado el plan de comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas más grande de la historia de la humanidad, tanto dentro como fuera de su territorio. Desarrollando el concepto de integración mundial conocido como la “Ruta de la Seda”, China ha lanzado un enorme plan de comunicaciones por todo el mundo, enlazando naciones de diferentes religiones, de diferentes idiomas, de diferentes razas y de diferentes ideales políticos.

Para poner un ejemplo de la cooperación china en el mundo me referiré al plan de comunicaciones terrestres desarrollado en África. Hace pocos días se completó la primera línea de ferrocarril que atraviesa ese continente desde el Océano Indico hasta el Océano Atlántico, objetivo éste que no pudo ser logrado por el Imperio Británico ni por Francia durante los siglos XIX y XX. Además, una vasta red de infraestructuras viales se construye por todo el interior del continente más pobre del mundo, llevando el progreso a numerosos países que habían sido abandonados a su suerte.

En los últimos años China a invertido más recursos económicos en África que los invertidos por todas las potencias occidentales en varios siglos.

En nuestro país recibiremos todas las inversiones de China y de cualquier otra nación del mundo que desee invertir y que respete la independencia y soberanía de nuestro pueblo, asentada sobre varios siglos de sangrienta lucha que forjaron nuestra identidad nacional. Los dominicanos defenderemos siempre nuestros intereses y el derecho de relacionarnos y comerciar con todos los pueblos del mundo.

El concepto “ganar-ganar”, popularizado por la China moderna de Xi Jinping, ha ido extendiéndose por todo el mundo como una doctrina sabia y justa que a mediano y largo plazo producirá grandes dividendos a toda la humanidad, incluso a los grandes países desarrollado de occidente. Me gustaría ver a los Estados Unidos, a Europa Occidental y a otras naciones del mundo integradas a un plan de globalización como éste, que por demás traería paz y desarrollo a todas las partes, incluso a países pequeños como el nuestro.

Felicitamos al pueblo y gobierno chino, en la persona de su primer Embajador en la República Dominicana, Zhan Run, al cumplirse 70 años de la fundación de la República Popular China y les auguramos grandes éxitos.

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