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Orígenes de las ideas socialistas en República Dominicana (1920-30) (1 de 3)

Written by Angel Moreta

Por: Angel Moreta y Juan Francisco Viloria

 

Vemos como algo muy necesario rescatar del olvido a los verdaderos precursores de nuestro pensamiento progresista en República Dominicana, Haití y el resto del Caribe.

Puesto que el momento impone como compromiso esencial que las nuevas generaciones latinoamericanas y caribeñas formen conocimiento de las obras más importantes de aquellos estudiosos que todo lo entregaron por la defensa de la patria; y sobre todo, por el imperio de la justicia social ante la injusta desigualdad impuesta por los verdugos criollos y los amos y sabuesos del imperio norteamericano, que ha maniobrado desde el siglo XIX para dar vigencia a la obsoleta doctrina Monroe.

Es por tal motivo que nos proponemos hacer un breve análisis del pensamiento político de Adalberto Chapuseaux (1887-1947), quien puede ser calificado como el primer obrero escritor marxista dominicano.

A Adalberto Chapuseaux le corresponde el mérito de ser el primer autor dominicano que escribe dos libros consecutivos y un conjunto de artículos acerca del marxismo y la revolución bolchevique en nuestro país.

Leon Trotsky

Chapuseaux nació en San Carlos, barrio de baja clase media de la capital dominicana a fines del siglo XIX; eran sus padres Felipe Chapuseaux, obrero azucarero de origen cubano e inmigrante, y Mercedes Álvarez.  Por provenir de una familia de pocos recursos, sólo pudo llegar al primer año de la Escuela Normal hostosiana, y al morir su padre tuvo que dedicarse a trabajar para mantener a su madre y hermanos. De manera que tiene importancia destacar que Adalberto Chapuseaux fue obrero autodidacta.

Ya para los años 1895, se había sumado a las luchas partidistas y caudillistas con algunos jóvenes internacionalistas que se dedicaban a la recaudación de fondos a ayudar a los independentistas cubanos.

Según noticias biográficas, alrededor de los años 1900, a raíz de la caída de la dictadura de Ulises Heureaux, se sumó a la corriente del horacismo (Horacio Vásquez), llegando a participar con el caudillo Lico Castillo y otros generales en contra del gobierno de Juan Isidro Jimenes.

Adalberto Chapuseaux fue hombre de personalidad multifacética y profunda sensibilidad; escribió varias obras literarias, y dedicó los mejores años de su vida a luchar por los más sanos intereses del pueblo dominicano, distinguiéndose por sus condiciones de moralista, revolucionario, antimperialista e internacionalista, en momentos en que el país era objeto de una grosera intervención militar imperialista norteamericana.

El propósito de trabajos como este es hacer un breve análisis de las características del pensamiento político de Adalberto Chapuseaux, que a nuestro juicio aparecen en dos de sus obras, que tratan de manera específica sobre la revolución rusa, es decir, las obras “El por qué del bolcheviquismo” publicado en 1925; y “Revolución y evolución”, dado a luz en el año de 1929.

Karl Kautsky

Desde ahora hay que tomar en cuenta que existen marcadas diferencias entre la primera y la segunda. En El por qué del bolcheviquismo, el pensamiento de Chapuseaux no es posible clasificarlo dentro de una determinada corriente de pensamiento, pues en esta etapa encontramos en él una mezcla de las más disímiles ideas políticas y sociales. Por ejemplo, en “El por qué…” encontramos componentes diferentes tales como cristianismo primitivo, marxismo revolucionario, positivismo, Nietzsche, anarquismo, etc.

Además esta primera obra se caracteriza por falta de coherencia lógica en su discurso expositivo, que lo hace asumir un carácter contradictorio. En su segundo libro, “Revolución y evolución”, si bien persisten algunos elementos esenciales que predominan en el primero, como la moral hostosiana y anarquista, no es menos cierto que otros serán superados. Esto es, Revolución y evolución se caracteriza por tener mayor coherencia lógica, por su alejamiento de las teorías anarquistas, mejor conocimiento de algunos textos marxistas y sobre todo del leninismo.

Es necesario destacar que Chapuseaux no llega a tener un amplio dominio de la teoría marxista para esa época de la década del 1920; el marxismo que llegó a él, casi en su generalidad, provenía de interpretaciones de segundas manos, o sea, es evidente que sólo leyó algunos textos menores de Marx en forma directa.

En el caso de Lenin, es notorio en la obra “Revolución o evolución”, que leyó las obras El renegado Kaustky y la revolución proletaria de Lenin; al igual que El estado y la revolución, entre otras.

De manera que en las ideas de Chapuseaux no tenemos un teórico con dominio de las leyes y categorías de la teoría marxista, y que a la vez usara como herramienta teórica para el estudio de la realidad social de su época. Más bien, lo que encontramos en su obra es una mezcla de diferentes concepciones políticas dominadas por el moralismo hostosiano y el anarquismo, como bien han apuntado algunos autores.

No se puede afirmar que en Chapuseaux aparezca una teoría política, puesto que tal cosa supone el manejo de un conjunto de conceptos, y categorías que versen sobre la realidad política y social y que aparezcan expuestas de manera coherente y comprensible; además de que toda teoría política, por tener un marcado carácter de clase, propone cambios o permanencia en el statu quo, y esto último aparece en Chapuseaux, en lo que se refiere a las transformaciones sociales.

En la década de los años veinte, en que nuestro autor escribió, existía el predominio de las ideas nacionalistas reformistas, es decir, del nacionalismo burgués y pequeño–burgués; el sindicalismo incipiente estaba dominado por dicha corriente de pensamiento; el campesinado era considerado incapaz, no podía participar en política, puesto que «el campesino dominicano es bruto, no piensa», según la teoría conservadora de los sectores dominantes expuesta por uno de nuestros pensadores más brillantes de finales del siglo pasado y primera parte de éste, nada más y nada menos que el periodista y sociólogo José Ramón López (           ), en su obra “La alimentación y las razas”.

Es en ese ambiente que Chapuseaux plantea que los obreros y los campesinos tienen que organizarse y luchar unidos contra los culpables de sus condiciones de miseria; «la iglesia, el capital y el estado». No se puede exigir una posición más brillante, que aún conserva su validez. Es decir, a Chapuseaux, a quien le cabe el honor de ser el primero en levantar esta consigna leninista en la República Dominicana.

En esta primera parte tenemos que destacar que las características del pensamiento dominicano a partir de mediados del siglo XIX, son la lucha entre el positivismo y la escolástica, lo cual ocurrió en casi por todos los países del continente; es decir, por un lado el positivismo como forma de pensamiento burgués que corresponde a las nacientes relaciones sociales de producción capitalista y por el otro la escolástica, como expresión ideológica de las viejas relaciones de producción precapitalistas.

De manera, pues, que a partir de la década de los años setenta del siglo XIX, con la sustitución del trapiche por el ingenio, con el paso de la economía del hato y las relaciones de producción mercantil simple a las relaciones de producción capitalistas, expresadas en el ingenio azucarero moderno, surge un incipiente proletariado, pero lo más importante en este caso, es la aparición de la concepción filosófica que corresponde a la instauración de la sociedad burguesa: el positivismo, teniendo como máximas figuras al maestro Eugenio María Hostos (su principal exponente), Pedro Francisco Bonó, Ulises Francisco Espaillat, Gregorio Luperón, los hermanos Francisco y Federico Henríquez y Carvajal, y la figura de Emiliano Tejera y otros.

Por otro lado, en este mismo período, como consecuencia lógica del proceso de dinamización económica y social, surgieron brotes de ideas anarquistas y en el seno de la pequeña burguesía intelectual urbana se engendra el primer brote de ideas socialistas (socialismo utópico). El ejemplo más ilustrativo es el de la hoja suelta que circuló por la ciudad de Santo Domingo llamando a formar la «Liga de Obreros y Artesanos». Esto ocurrió en el 1900. Y en este contexto aparecen Vicente Sánchez Lustrino, Adalberto Chapuseaux, otros y otras.

Estas incipientes ideas socialistas fueron arropadas por el positivismo debido, entre otras razones, a la falta de un movimiento obrero sólido, con arraigo nacional; pues en la República Dominicana predominó la modalidad de explotación económica denominada enclave agrícola, en nuestro caso enclave azucarero, que opera con capitales, tecnología y mano de obra importadas, es decir, fuerza de trabajo extranjera. De modo que existía poca relación entre los trabajadores agrícolas cañeros y las organizaciones de artesanos y trabajadores urbanos independientes.

La sociedad dominicana siguió siendo una sociedad agraria, hasta la década del cuarenta. El principal sector capitalista que operaba en el país era el azucarero. En torno a esto dicen Roberto Cassá y Ciprián Soler:

“(…)hasta avanzados los años 40, el único sector económico en que operaban las relaciones capitalistas era el azucarero. La economía dominicana tenía una base agraria que a lo sumo permitía un débil peso a los sectores urbanos”.

Pues bien, en este contexto predominan las ideas positivistas, caracterizándose por el concepto hostosiano de progreso, de “civilización o muerte”, según proclamó el pensador mencionado; en lo político, por el antimperialismo reformista, además de otras características como fatalismo, moralismo y sobre todo, se origina el pesimismo de la clase dominante dominicana, que tuvo su máximo exponente en el ya nombrado José Ramón López.

En Chapusseaux confluyen, por tanto, todas las corrientes del pensamiento dominante y no dominante que predominaron en el país a finales del siglo XIX y a principios del XX; con la diferencia de que Chapuseaux, por su adhesión al marxismo, superó en gran medida muchas de las características del pensamiento dominante.

 

Es por ello que en él se aprecia una postura optimista, un antimperialismo radical, en espíritu de internacionalismo proletario. Pero sobre todo, Chapuseaux cree en la importancia de la alianza entre campesinos y obreros y el pueblo en sentido general, como forma única de hacer frente al enemigo común, el imperialismo, los capitalistas y el Estado. En fin, Chapuseaux es nuestro gran precursor socialista, como se demuestra en el análisis que a continuación presentamos de sus dos obras políticas.

About the author

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

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