Martha Andrés Román (Prensa Latina, 22-9-19)
Tanto Washington como Riad responsabilizan a Irán de los hechos ocurridos el 14 de septiembre, mientras las autoridades del país persa niegan cualquier participación en el ataque, que fue reivindicado por fuerzas rebeldes hutíes de Yemen.
En una rueda de prensa el viernes tras reunirse con Trump, Esper dijo que el mandatario aprobó el despliegue de uniformados cuya tarea principal será la defensa aérea y de misiles.
Además, informó que podría haber despliegues adicionales, de ser necesario, y que el Gobierno norteamericano acelerará el proceso de entrega de armamento a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, lo cual se dará a pesar de que el Capitolio rechazó las ventas de armas a esos países.
En un comunicado emitido este sábado, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, expresó que el plan de apurar la entrega de equipos militares y desplegar fuerzas estadounidenses adicionales en la región, ‘es el último intento escandaloso de la administración Trump para eludir la voluntad bipartidista y bicameral del Congreso’.
La demócrata de mayor rango del país consideró que ‘estas acciones inaceptables son motivo de alarma’, y recordó que en el verano la Cámara Baja y el Senado avalaron resoluciones de desaprobación para bloquear la venta de armas a Riad y a Abu Dabi, y ‘condenar a los sauditas por su continuo ataque contra innumerables hombres, mujeres y niños’.
De acuerdo con Pelosi, los estadounidenses están cansados de la guerra y no tienen interés en entrar en otro conflicto en el Medio Oriente, particularmente en nombre de Arabia Saudita.
Los norteamericanos, añadió, no esperarán en silencio ‘mientras el presidente socava nuestra seguridad y pone en peligro la vida de nuestros valientes miembros del servicio. El Congreso hará su trabajo para defender la Constitución, nuestra seguridad nacional y proteger al pueblo estadounidense’.
En su comunicado, la congresista por California acusó a Trump de hacer la vista gorda ‘ante la continua violencia de Arabia Saudita contra yemeníes inocentes, así como su horrible asesinato del periodista Jamal Khashoggi y sus graves abusos contra los derechos humanos, que representan una crisis moral y humanitaria’.
Por su parte, el representante Justin Amash, quien en julio último decidió abandonar el Partido Republicano y se convirtió en independiente al expresar su desencanto con la política partidista, también criticó el anuncio de Esper.
El presidente Trump insistió en vender armas estadounidenses a Arabia Saudita y a los Emiratos Árabes Unidos. Ahora, insiste en enviar allí a jóvenes estadounidenses. Las fuerzas norteamericanas no deberían ser utilizadas como la policía mundial, manifestó.
A su vez, la congresista y aspirante presidencial demócrata Tulsi Gabbard advirtió que el despliegue de tropas y armas amenaza la inestabilidad en la región y podría conducir a una guerra importante con Irán.
Esta es una decisión equivocada que se dirige más a los intereses de Arabia Saudita que a los de Estados Unidos y el pueblo norteamericano, declaró ayer la legisladora por Hawái al diario Washington Examiner.
La respuesta de Trump es solo otro paso en este ciclo de represalias que ya hemos visto que nos llevó a este punto, y que nos conducirá a un infierno total de guerra no solo en Irán, sino en toda la región, estimó.
Gabbard, veterana de la guerra de Iraq, se incluye entre los miembros del Congreso que han cuestionado la decisión del jefe de la Casa Blanca de abandonar el acuerdo nuclear alcanzado entre Irán y seis potencias mundiales en 2015, lo cual llevó al incremento de la hostilidad de la administración Trump contra la nación persa.
Algunos legisladores republicanos sí estuvieron de acuerdo con proporcionar más recursos militares a Riad y apoyaron una medida de este tipo, incluso antes de la comunicación del Pentágono, pero otros criticaron el envío de uniformados a la región, al citar la necesidad de limitar la intervención militar extranjera.
De este modo, la cercanía del jefe de Estado a Riad se profundiza como un punto de controversia entre Trump y el Congreso, sobre todo en el caso de la Cámara Baja de mayoría demócrata, con la cual la administración del republicano ya tiene abiertas varias áreas de confrontación.
