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El Pensamiento Revolucionario de Hugo Chávez

Written by Debate Plural

Ricardo Adrián (Aporrea, 29-7-19)

 

Introducción

Escribir acerca del legado de Hugo Chávez, caracterizar sus posturas, las tendencias que definieron sus acciones y decisiones, no es una tarea sencilla, es adentrarse en una verdadera batalla de ideas, en un terreno en el que desde luego participan y luchan diversas tendencias políticas y filosóficas reformistas, socialdemócratas, nacionalistas, socialcristianas y hasta comunistas que reivindican el liderazgo y el pensamiento de Chávez y que buscan continuar desde sus interpretaciones y objetivos la senda del movimiento chavista. En esta lucha los socialistas/comunistas tenemos mucho que decir, que aportar, balances que realizar, aprendizajes que extraer, y batallas que dar.

A nuestro juicio, la brújula para fortalecer la comprensión de ese legado movilizador, del proceso bolivariano, la aparición del pueblo en el escenario político, la conquista de reformas estructurales, la unidad antiimperialista y su lucha interna de contrarios (reforma/restauración o revolución) parte de la certeza expuesta por el mismo Chávez, en que no hay salidas posibles en el marco del metabolismo del capital y que todo proyecto serio de conquista y preservación de la soberanía nacional sólo puede concretarse en la medida en que se desarrolla y se hace irreversible el socialismo. Parafraseamos a Chávez en la introducción del Plan de la Patria: «A la tesis reaccionaria de Imperio y de la burguesía apátrida contra la Patria, nosotros y nosotras le oponemos la tesis combativa, creativa y liberadora de la Independencia y el socialismo como proyecto abierto y dialéctica construcción».

El objetivo de este escrito, busca resaltar los aspectos medulares de la propuesta revolucionaria de Chávez, expresada con mayor claridad y madurez en los últimos meses de su vida, rodeado como estaba, en la angustia de una enfermedad agresiva y terminal, hizo un gran esfuerzo pedagógico y organizativo por dibujar un marco teórico, de principios y transición al socialismo.

Conforme al objetivo del presente trabajo, nos parece fundamental, conjugar las acciones con las correlaciones de fuerzas y condiciones políticas que permitieron la concreción o incluso la obstrucción de las ideas revolucionarias del chavismo.

La Insurgencia del chavismo

Resulta inobjetable la importancia de Hugo Chávez en la definición de una nueva ola democrática y de liberación nacional en la Política Latinoamericana, su insurgencia a la escena pública fue un trueno en el silencio del Fin de la Historia, justamente cuando los voceros políticos y académicos del gran capital pregonaban que con el desplome del bloque soviético había sido derrotado el socialismo y por ende anulado todo «gran relato» que pudiera criticar y contradecir al mercado mundial y a la sacrosanta propiedad privada, justo en aquellos momentos, Hugo Chávez se alzó contra los consensos neo-coloniales de Washington que actuaban contra los pueblos y los estados latinoamericanos. El imperio no lo esperaba, quizás por la forma, la velocidad y los medios con los que emerge, se conecta y proyecta las expectativas de la gran masa de oprimidos, explotados y excluidos.

Chávez había conspirado más de una década en los cuarteles militares de Venezuela casi sin ser percibido, organizó el MBR-200 en 1983 de carácter clandestino y de orientación política bolivariana (nacionalismo progresivo como recurso de protesta frente al bipartidismo gobernante); este grupo de militares conspiradores habían agrupado fuerzas propias, habían logrado atraer y sumar un acumulado político de la izquierda en los cuarteles y fuera de los mismos, estos serían, a nuestro juicio, los primeros gérmenes de la posteriormente denominada unión cívico-militar.

Optaron por no salir el 27 de Febrero, en un estallido social denominado «El Caracazo», cuyos acontecimientos mostraron por un lado, la decisión firme del pueblo pobre (explotados y excluidos) de protestar y combatir los ajustes privatizadores promovidos desde el gobierno y su consecuente reacción e impacto sobre los servicios y los salarios de los trabajadores, muy a pesar de este importante dato, se trataba de una acción popular de protesta desorganizada que si bien colocó en el centro de las inconformidades y la crítica social a la propiedad y el acaparamiento, también puso a prueba la cualidad represiva del estado puntofijista, que no dudó en lanzar una feroz represión con un saldo de miles de personas asesinadas.

Este capítulo marcó precedentes y principios en la acción política del MBR200, no se trataba pues, de unos espontáneos que derrocharían años de conspiraciones en estas acciones que no contaron con una conducción clara y que tampoco habían preparado a las fuerzas militares que colocarían en jaque al naciente y recientemente electo gobierno de Carlos Andrés Pérez, sin embargo y a pesar de su trágico desenlace, el MBR200 tomó estos sucesos y los incorporó a su narrativa política.

Ya para 1992, el presidente Pérez había dilapidado su popularidad, las medidas de ajustes y endeudamiento armaron un bloque de enorme rechazo social, los trabajadores de PDVSA denunciaban la ruina de la estatal petrolera, los cuarteles rugían por respuestas ante la crisis, el pueblo pobre se hundía en la miseria, la injusticia campeaba desde Miraflores y esta era la condición de aquel gobierno; fue en ese momento, y después de haberse pasado y repasado por la acción desde meses antes, que el entonces comandante Chávez al frente de los COMACATES conspiradores (rangos medios y bajos de la oficialidad militar donde descansaba la dirección inmediata de las tropas y acceso a los fusiles y medios militares) habían previsto una acción militar de carácter estratégica para derrocar al gobierno, desmontar un eventual golpe de generales de derecha y poner a andar un programa de gobierno de reconstrucción nacional.

La acción militar se puso en marcha y falló, a pesar de haber tomado los cuarteles de los estados principales, no desmoronó y forzó a la capitulación al gobierno de Pérez y por ende no logró la desobediencia de los mandos altos, ni de la oposición política, pero tampoco logró la movilización de fuerzas populares que en líneas generales desconfiaban de todo militar tras la experiencia del Caracazo, fue una gran derrota militar en la capital, sin embargo, Hugo Chávez de un genio político excepcional, habría negociado la rendición militar de las acciones a cambio de poder anunciarlas por televisión nacional, y allí habría obtenido la gran victoria política de aquella intentona, haber podido comunicar eficazmente que se trataba de un movimiento popular, de militares nacionalistas y que el movimiento no había terminado, que había fallado «por ahora» y que continuarían la lucha por la liberación nacional».

Desde entonces, el comandante Chávez abriría las puertas a un proceso de construcción política en las calles, por todo el país, en el que por un lado consolidaría su liderazgo en las masas a través de la más enérgica denuncia al puntofijismo, del acopio de un amplio marco de fuerzas políticas y sociales y por otro lado lograba retar a los adversarios haciendo uso de la intimidación ante la presencia fuerzas militares dormidas bajo su control en los cuarteles; esta era la combinación perfecta, para avanzar y hacer respetar, la victoria electoral de 1998 y la llegada a la presidencia, desde donde comenzarían las transformaciones.

Chávez fue electo presidente y enseguida optó por plantear e impulsar efectivamente una constituyente que plantearía unas nuevas bases políticas, legales y sociales que según él mismo, refundarían la república y abrirían paso al proyecto revolucionario. Es destacable, las menciones referidas a la participación y protagonismo popular, que el mismo Chávez revelaba años más tarde, consideraba de una dimensión estratégica, allí planteaba la dialéctica de los cambios que impulsaría la revolución bolivariana, convertir a los explotados en agentes sociales de cambio, construir una gran identidad a partir de una ofensiva política basada en la movilización inaudita de fuerzas populares y militares.

Chávez, el gobernante de las reformas sucesivas.

Contrario a toda comprensión idealista, inmadura y aventurera sobre la política, resulta imprescindible destacar que Chávez no contó desde la primera etapa de su gobierno, con las condiciones políticas, internacionales, culturales y económicas dadas para producir una revolución profunda, él irá construyendo como gobernante, una dialéctica mediada entre la constante búsqueda y conquista de condiciones políticas y económicas nacionales e internacionales en relación directa con las medidas o reformas sucesivas de profundización del proyecto revolucionario.

De allí a que la primera gran acción del gobierno de Chávez, una vez que tenía los primeros síntomas de fortaleza política, militar y un marco constitucional y legal, fue la reforma de hidrocarburos y las leyes de tierra y de pesca, que buscaba mayor presencia del estado en el mando de palancas económicas y de soberanía fundamentales. Esta acción, fue respondida con un golpe militar de derecha, golpe que rápidamente fue repelido y derrotado por las fuerzas sociales y militares de la revolución; sin embargo, este episodio, en el que se sintió el látigo de la contrarrevolución, abrió los cauces de una etapa de confrontación abierta y frontal, un período entre 2002 y 2004 de agudización de contradicciones políticas y económicas, entre por un lado los partidos de la derecha, Fedecamaras, los grandes terratenientes, la clase media reaccionaria, todos estos sectores bajo el mando del imperialismo y por el otro, el gran bloque nacional y patriótico de los explotados y excluidos.

Tras superar un golpe de estado, un paro petrolero y patronal, acciones de desestabilización callejera (las guarimbas), todas estas, partes integrantes de la ofensiva del imperialismo, obtenían de Chávez respuestas de suma audacia y paciencia, fue conteniendo y reteniendo al adversario, marcándoles cada paso y fue guiando el conflicto hacia lo que denominó «la batalla de Santa Inés», quería presentar el comandante, que el terreno a donde conducirían al enemigo y donde se le respondería con mayor contundencia, era el de una resolución electoral (referéndum revocatorio, que resultó en aprobatorio), allí podrían someter al adversario y lograr el más amplio reconocimiento internacional.

Para esta batalla, en medio de estos difíciles escenarios, la revolución bolivariana impulsó las misiones sociales (Robinson para alfabetizar, Barrio Adentro para lograr plena asistencia médica primaria), tales programas en acuerdo con la república socialista de Cuba, que en forma solidaria envío personal, recursos médicos y materiales metodológicos y pedagógicos, lograron rápidamente grandes avances y asistencias sociales nunca vistas en las poblaciones excluidas y miserables del país; esta política de las misiones contó con un dato clave, que fueron implementadas por la participación y más decidida colaboración de las comunidades solidarias prendidas en el mensaje de Chávez.

Eran los chavistas de las comunidades, los(as) facilitadores(as) para las jornadas de alfabetización, eran esos hombres y mujeres quienes alojaron en sus casas a los médicos cubanos, estas eran las misiones, actividades que prendieron la aspiración las masas a participar en la resolución de los grandes problemas.

La revolución bolivariana había organizado eficazmente su defensa frente a las ofensivas de la derecha imperialista, había resistido sabiamente, no cayendo en las provocaciones conducentes a la guerra civil, Chávez tenía una gran vocación de poder, un gran olfato político para anticiparse y manejar situaciones de apremio, y ese ciclo defensivo culmina con la victoria político/electoral de 2004, ¿que había ganado la revolución bolivariana? 1. El control y manejo soberano de PDVSA y su influencia decisiva sobre la OPEP para subir los precios del crudo en un momento en que EEUU desplegaba sobre el mundo árabe guerras de recolonización y saqueo, 2. Conducción sobre el Banco Central de Venezuela, para colocar los recursos atesorados sobre programas de asistencia social como las misiones y reformas políticas, 3. El reconocimiento e impacto sobre la comunidad internacional, tanto por la diplomacia de derecha, como sobre las masas y dirigencias populares latinoamericanas que en corto tiempo se lanzarían a revoluciones democráticas en casi todo el continente, 4. La conquista de tierras ociosas por el estado, para el otorgamiento a poblaciones campesinas fue una gran condición para al menos plantear una reforma agraria profunda. 5. La de mayor importancia, haber puesto en escena y movilización al sujeto de los cambios, a los comuneros, a los campesinos sin tierras y a la clase trabajadora.

Con estas importantes victorias, Chávez se preparaba para el siguiente paso, la transformación cualitativa de la sociedad, la construcción del socialismo, para el cual necesitaba un partido unido que pudiese preparar una nueva subjetividad revolucionaria y desplegarse ordenadamente sobre el territorio desarrollando la economía socialista y el poder popular, a partir de la cual, la revolución retoma y se plantea la iniciativa política.

Los Motores de la ofensiva socialista

Chávez tras no lograr traducir en las cooperativas un movimiento socializador y desarrollador de la producción, y tras vencer en las elecciones presidenciales de 2006 bajo la propuesta «si votas por Chávez, votas por el socialismo» se propondría y lanzaría en el lapso de un año, los cinco motores para arrancar la construcción del socialismo, #Motor 1- Ley habilitante, en el que el ejecutivo se propondría hacer leyes para abrir terrenos al avance económico de la revolución bolivariana en el campo agrícola, comercial, productivo industrial, artesanal etc. #Motor 2- Reforma Constitucional, para ajustar la constitución a los cambios democráticos y socialistas que se pretendieron #Motor 3- Moral y Luces, para impulsar la formación de una nueva subjetividad que impacte en las grandes transformaciones económicas y culturales #Motor 4- Nueva Geometría del Poder, para el reordenamiento socialista de la geo- economía política del país, #Motor 5- Explosión del Poder Popular. Para expandir la democracia revolucionaria, el crecimiento y asociación de los consejos comunales.

Todos estos motores no contaron con un partido revolucionario que los condujera, que tradujera en las masas el espíritu de las grandes líneas de Chávez, los ministros y la burocracia regresiva tomarían la batuta, el motor Moral y Luces fue cooptado por el ministerio de Educación, y la Explosión del Poder Popular por el ministerio de Participación, la nueva geometría del Poder por el ministerio de planificación, la ley habilitante por la vicepresidencia y la reforma constitucional por la reformista Asamblea Nacional; todas estas instancias detuvieron los cambios, desordenaron las líneas revolucionarias iniciales, y en su lugar colocaron piedras y frenos a la propuesta de reforma de Chávez, colocaron una gran cantidad de reformas secundarias que taparían el espíritu de la misma, y fue así como en esa elección para impulsar cambios profundos a la constitución nacional en el 2007, se obtiene la primera y más importante derrota del proceso.

Esta derrota electoral de 2007, coincidiría con las maniobras anti- crisis capitalista que sin embargo estallaría en 2008 a través de una burbuja inmobiliaria y las acciones de contraofensiva del imperialismo en la región, y estas significaron los límites subjetivos del avance de los progresismos. A partir de este primer estancamiento, comienza a nuestro juicio una búsqueda por parte del comandante Chávez por dilucidar y proponer nuevos caminos para construir el socialismo; leyó con atención al filósofo húngaro Itsvan Meszaros, y con estas lecturas concluiría que el avance socialista no podía ser producto de decretos de la vanguardia por más clara que esta sea, la revolución tendrá que ser esencialmente democrática, participativa, comunal y buscará unas nuevas formas de gestión de la producción por los productores asociados y de la política por el poder popular.

El Pensamiento revolucionario de Chávez

Hoy por hoy, ciertos factores políticos reformistas y socialdemócratas, con influencia en el gobierno bolivariano y por ende en el conjunto de fuerzas que determinan las grandes decisiones, se han lanzado a una ofensiva tendiente a «oficializar» las ideas de lo que llaman «el legado», esta es, en términos gramscianos, una revolución pasiva, es decir, intentar ocultar, banalizar y escindir la posturas comprometedoras y revolucionarias incorporadas en la política general del proceso bolivariano para torpedear las bases subjetivas y motivacionales de eventuales cambios profundos que se preparan con la crisis del capitalismo.

Para esta empresa, tales factores políticos de la pequeña burguesía institucional, buscan escindir la imagen/recuerdo de Chávez de las propuestas transformadoras, para así dividir/oponer a la apuesta por la revolución socialista (insurgencia del trabajo contra el capital) como un impulso ajeno al bloque de sujetos históricos (Poder Popular), de esta manera, los actores de esta revolución pasiva, con el trofeo de oficializar «el legado» desautorizarían en nombre de Chávez a toda aquella movilización que vaya más allá del capital; es por ello que han masificado una diversidad de declaraciones, videos y textos con el fin de castrar el carácter revolucionario del pensamiento de Hugo Chávez, muestran como el centro de sus aportes, valores como la preservación del mando, la lealtad autoritaria irracional y sin contenidos, la gobernanza como fin, y que sólo estos deben tomarse en cuenta para enfrentar contradicciones presentes, pasando por alto que, el pensamiento del camarada Chávez estuvo en permanente desarrollo, o como lo planteara Amílcar Figueroa : estuvo en una «permanente búsqueda creadora» y que logró superar todo residuo de chovinismo, de la tercera vía y de la armonía entre las clases que estaban presentes a la hora de la redacción del libro azul, al inicio de su construcción política, por colocar un ejemplo.

Por el contrario, Su método de análisis partía por deslindar con todo dogmatismo (pensamiento estático) de todo calco y copia, y alertó de que no se puede comprender la realidad de manera lineal o con esquematismos, al respecto expresaba: «No se puede separar lo social de lo económico, siempre pongo el ejemplo del agua, H2O, hidrógeno y oxígeno, lo económico y lo social» , de allí a que la propuesta de la Comuna como negación al orden del capital, asumiera las dimensiones de transformación de la economía, la Política y la Cultura.

Chávez partía de una profunda visión de la totalidad y su crítica a la ideología de la fragmentación estuvo presente: «¿Saben contra qué hay que luchar aquí? Hablando de teoría, contra la llamada visión cartesiana del mundo: dividir la realidad en partes para poder entenderla. Pero la realidad es una sola», y continuaba «Esa llamada especialización, esa división del trabajo conduce a la nada (<) hay que mirar la realidad completa, y asumirla como un todo».

En síntesis, el pensamiento de Hugo Chávez fue esencialmente revolucionario, claro está que las situaciones y las distintas correlaciones de fuerzas políticas contextualizaron sus planteamientos, su búsqueda y las decisiones que adoptó en todo momento para sostener la palanca de mando de la unidad antiimperialista y de contención de las fuerzas regresivas de la derecha (el estado), pero seguro al asumir los postulados de Itsvan Meszaros tendría visualizado que: para avanzar hacia el socialismo, la palanca que hay que sostener no es el estado (que puede ser derrotado bajo circunstancias desfavorables) sino superar la postura defensiva del trabajo respecto al capital, se trata de un nuevo poder, del Poder Popular y parte de estas ideas se hicieron muy presentes en los discursos del 20 de octubre de 2012 y de su despedida en Diciembre de ese mismo año.

¿Cuál socialismo?

En las diferentes intervenciones trazadas por el camarada presidente destacamos los siguientes aspectos de la propuesta socialista:

1. Parte de la hegemonía del Poder Popular que debe avanzar para superar y pulverizar las trabas de dominación de la sociedad burguesa (el estado, el mercado y el capital).

2. Su avance, es profundamente democrático, de una nueva democracia participativa y protagónica, donde los sujetos del cambio son los que deciden: «Es el pueblo el que decide; es la comunidad la que decide; no somos nosotros, no es Chávez el que va a decidir. Chávez puede opinar, como cualquiera, pero son ustedes los que deciden, es el poder popular, es la democracia directa, a través de las asambleas populares, a través de la participación, el protagonismo popular (<) «Sin la participación de fuerzas locales, sin una organización desde abajo, de los campesinos y de los trabajadores por ellos mismos, es imposible el construir una nueva vida».

3. Constituir un nuevo modelo económico en el que se Injerte la propiedad social en distintas combinaciones, la economía comunal, al respeto proponía: «Tenemos que asociarnos con los pequeños productores, pero tenemos que injertar la propiedad social, el espíritu socialista, a lo largo de toda la cadena, desde el trabajo de la tierra, donde se produce el mango, la guayaba, la fresa, hasta el sistema de distribución y consumo de los productores que de ahí salen». En su exposición sobre los cinco frentes para la construcción del socialismo definió: «Ahora, lo económico yo lo resumiría de esta manera: la propiedad de los medios de producción en manos de la comuna; propiedad social en distintas combinaciones. Y eso tiene que ver con la creación de un nuevo modelo económico en la comuna: el modelo económico socialista, que tiene que partir desde la actividad primaria, desde la producción de materia prima o, en su defecto, desde la producción, porque en la comuna no se produce, quizás, la madera, por ejemplo».

4. Propone el trabajo liberador con significado y la autogestión contra la división jerarquizante del trabajo.

5. El pueblo es el objetivo, el cambio cultural es el objetivo; Chávez en su comprensión del aporte de Alfredo Maneiro precisó en el golpe de timón, que las obras y las políticas de gobierno son instrumentos pero el objetivo es la transformación cultural de los sujetos del cambio, es la activación de la participación en las decisiones fundamentales, es la apropiación y desarrollo de la política.

La Transición al socialismo

Chávez en el plan de la patria alertaba sobre el elemento central del movimiento de la transición, al respecto expresó: «acelerar la transición pasa necesariamente por, valga la redundancia, acelerar el proceso de restitución del poder al pueblo. El vivo, efectivo y pleno ejercicio del poder popular protagónico es insustituible condición de posibilidad para el socialismo bolivariano del siglo XXI. Por eso mismo, es la base fundamental y el vértice principal del Proyecto Nacional Simón Bolívar».

«Para avanzar hacia el socialismo, necesitamos de un poder popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación que subsisten en la sociedad venezolana, capaz de configurar una nueva socialidad desde la vida cotidiana donde la fraternidad y la solidaridad corran parejas con la emergencia permanente de nuevos modos de planificar y producir la vida material de nuestro pueblo. Esto pasa por pulverizar completamente la forma de Estado burguesa que heredamos, la que aún se reproduce a través de sus viejas y nefastas prácticas, y darle continuidad a la invención de nuevas formas de gestión política». Y posteriormente en su discurso ante el consejo de ministros denominado El Golpe de Timón señaló: «El patrón de medición -dice Mészáros- de los logros socialistas es: hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas contribuyen activamente a la constitución y consolidación bien arraigada de un modo sustancialmente democrático, de control social y autogestión general».

La forma concreta del movimiento de la transición podríamos resumirla en:

1. Transferencia o conquista de competencias de las viejas instituciones por el Poder Popular, este es el movimiento de pulverización del estado burgués (instituciones de funcionarios representantes que hacen valer la supremacía de la riqueza sobre la mayoría trabajadora) por el poder popular (nuevas relaciones de gestión de la política, la economía y la cultura por parte de las mayorías trabajadoras); tal movimiento por más que exista la ley de gestión de competencias al poder popular no será ni automático, ni lineal, ni burocrático, debe ser un proceso complejo de desarrollo de la organización y luchas de nuevas instancias del poder popular no controladas por el estado, es decir no subordinadas a ningún otro poder, que conquiste las competencias gruesas para erigirse el bloque proletario como dominante.

2. Desarrollo de los implantes para una ruptura radical, para ello, el presidente Chávez (en el aló teórico #5) habló de la necesidad de los implantes socialistas sobre las ruinas (contradicciones) de la vieja sociedad; al respecto citaba el ejemplo puesto por Itsvan Meszaros en una cita de Goehte: «En Frankfurt como en la mayoría de las viejas ciudades, la practica ha sido ganar espacios en los edificios de madera, haciendo que no solamente el primer piso, sino los superiores se proyecten sobre la calle. Finalmente se aprobó una ley que sólo permitía proyectar el primer piso de una casa nueva por sobre la planta baja, mientras los pisos superiores deberían mantenerse dentro de los límites de la planta baja. A fin de evitar que se perdiera el espacio en proyección del segundo piso, mi padre le buscó la vuelta a esa ley, como lo habían hecho otros antes que él, apuntalando las partes superiores de la casa, sacando afuera piso tras otro de abajo hacia arriba, como si estuviera injertando la nueva estructura»; de ese ejemplo, se extrae que con una mediación de los núcleos revolucionarios socialistas, la organización comunal y consejista en pleno desarrollo puede desarrollar implantes socialistas e ir asociándose progresivamente hasta quebrar el dominio del capital sobre los pueblos.

Estas son las tareas centrales de la ofensiva chavista de la construcción del socialismo: ampliar, desarrollar, asociar y multiplicar la acción revolucionaria del pueblo trabajador contra el capital, superando épocas de confusiones a las que los factores burgueses, reformistas y socialdemocratas inducen en la defensa de sus privilegios.

Chávez: el individuo en la historia

Este escrito, atiende a las consideraciones críticas que formuló Plejanov respecto a que no se puede explicar la historia a partir de la voluntad y el papel de los individuos, sin embargo tampoco podemos obviar el papel de los mismos, los individuos explicaba el filósofo ruso, pueden influir en los destinos de la sociedad; tal influencia está determinada por la organización de la sociedad, por la correlación de fuerzas que en ella actúan.

Colocamos especial atención en presentar a Hugo Chávez como el dirigente, iniciador e influenciador de un grandioso movimiento político/social que emergió como producto histórico, es decir, en el marco de las contradicciones generadas por las relaciones sociales de producción y de poder capitalistas que se presentaron en Latinoamérica y particularmente en Venezuela en la década de los noventa; la presencia, desarrollo y gestión de la crisis por las mediaciones del mercado internacional que condujeron en la década de los noventa a la más brutal caída de los precios del petróleo, a las mediaciones políticas de los gobiernos del pacto de punto fijo, en el que las prioridades no eran los trabajadores, no eran los excluidos sino los monopolios transnacionales y de las orientaciones tendientes a las políticas de austeridad y recetas privatizadoras del Fondo Monetario internacional.

Coincidimos entonces con Plejanov, que Chávez era un «gran Hombre», «Un gran hombre lo es, no porque sus particularidades individuales impriman una fisionomía individual a los grandes acontecimientos históricos, sino porque está dotado de particularidades que le convierten en el individuo más capaz de servir a las grandes necesidades sociales de su época».

Y así fue, Chávez cumplió con su papel en la historia, dejó orientaciones claras para que en cualquier circunstancia preserváramos la patria y el rumbo socialista trazado. Hoy las condiciones han cambiado, la economía se encuentra enterrada por una crisis descomunal propiciada por la caída de los precios y luego de la producción petrolera, las acciones de asedio y bloqueo del imperialismo, y la aplicación de un programa de ajustes al salario y de beneficios sociales y aperturas al capital monopólico industrial, comerciante, terrateniente y financiero, esta situación impone al pueblo trabajador venezolano, retomar el activismo, y con él las calles, el campo, las fábricas, los centros de enseñanza, movilizarse para no ver retroceder y desplomarse totalmente sus conquistas y derechos obtenidos en lucha, Chávez en su última campaña arengó a que «Chávez fuera el Pueblo!», retomemos con fuerzas el legado revolucionario de Chávez para vencer las dificultades del momento, siempre encontraremos allí, una brújula de principios y grandes reflexiones para analizar y avanzar paso a paso hasta liberarnos de las cadenas que nos oprimen.

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