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La teoría organizacional desde los enfoques epistemológicos: construcción de una disciplina compleja (2)

Los objetos propios de la cultura de una organización, como sus productos, signos, edificios, entre otros, también deben ser considerados. Estos hacen parte de especificidades que, difícilmente, se pueden prescribir de manera universal. De esto emergen tres consideraciones básicas: 1) que la cultura organizacional no solo se construye y se modifica a gusto de quienes dirigen la organización, esta es profundamente compleja, pues es formada por el conjunto de sujetos que la conforman, 2) que, a pesar de lo que sostienen algunos consultores, la cultura no es una herramienta que se pueda implantar, ni de la que sea posible lograr hacer generalizaciones o adopciones acríticas de modelos traídos de otros contextos y 3) que es necesario poner al control ‘entre paréntesis’, dado que la construcción y aceptación del poder y la dominación, en el medio organizacional, están en función de construcciones que son siempre sociales.

En segundo lugar se identifica la manera en la que la Teoría Organizacional  es influenciada por las ciencias interpretativas, en particular en la forma en la que es posible teorizar. Weick (1982), por ejemplo, utilizó las teorías basadas en procesos para comprender la vía por la cual la realidad organizacional es construida a través de las interacciones sociales de los actores. Hatch (1993), por su parte, utilizó razonamiento hermenéutico con el propósito de estudiar, en particular, cómo la interpretación y la simbolización proveen significado de una manera no evidente en la cultura organizacional.

En tercer lugar se destacan los giros narrativos, en lo fundamental, la manera en la que se pasa de lo lingüístico a lo narrativo y de lo retorico a lo reflexivo (Hatch & Yanow, 2003). El principal enfoque está relacionado con la forma en la que las narraciones y los escritos, en el contexto de la organización, se convierten en poderosas herramientas para la construcción de significado compartido. Estas, en efecto, constituyen instrumentales muy útiles para explicar los procesos de construcción de significado, de desarrollo de cultura organizacional y las iniciativas de cambio. El estudio de los giros narrativos tiene especial relación con el conocimiento generado por el creador del relato y quien es su receptor, todo esto, claro está, al interior de un contexto muy determinado.

La teoría crítica y la Teoría Organizacional

La teoría crítica (TC) emerge y se consolida en oposición directa al positivismo. Sin embargo, esta busca, más que convertirse en una refutación de la ciencia positiva, construir una aproximación que, emancipada de la racionalidad y la lógica instrumental, única y excluyente del pensamiento positivista, logre edificar una forma diferente de comprender la realidad. Se trata entonces de una vía alternativa, en la que la construcción científica está directamente influenciada por los procesos de construcción social en los que esta se encuentra inmersa.

Para los principales representantes de la Escuela de Frankfurt (Horkheimer, Adorno y Marcuse, entre otros. Ver Bronner & Kellner, 1989) era necesaria una teoría de la sociedad que diera cuenta de cómo la razón emancipada puede construir un mejor modelo social, más humano y racional. Esto, básicamente, buscando alejar a la ciencia y a la construcción social del funcionalismo instrumental y mecanicista y cuestionando la forma en la que el modelo socioeconómico capitalista se había valido de la mirada positivista (Adorno & Horkheimer, 1988; Mardones, 2007).

La TC defiende algunas ideas fundamentales como, por ejemplo, que el origen del conocimiento de las ciencias sociales está relacionado con las contradicciones sociales. Esto sugiere un método científico que, partiendo de la realidad empírica, pueda trascender y ser capaz de proponer un nuevo estado para lo social. Se considera además que la objetividad de la ciencia está ligada no a la observación de la sociedad —como un objeto al cual se le aplica un método— y a la revisión continua de los postulados básicos del conocimiento, sino a la objetividad que ofrece la crítica cuando esta se convierte en una mirada aguda de lo social. Así, el interés que motiva a este tipo de ciencia es la erradicación de la injusticia en la sociedad, un pilar sobre el que se ha construido el sistema socioeconómico occidental (Mardones, 2007; Scherer, 2003).

Contextualizando la TC al campo de la TO, Willmott (2003) sugiere realizar un análisis con base en las tres categorías de interés —que guían la generación de conocimiento— propuestas por Habermas (1997), un sociólogo y filósofo alemán que pertenece, en realidad, a la segunda generación de pensadores de la TC. El primer interés que guía la generación de conocimiento es el técnico. Este tiene como propósito la producción de saberes orientados a la búsqueda de la eficiencia y la eficacia de los elementos y procesos que componen la realidad, dos aspectos sobre los cuales, de hecho, la ciencia ofrece algún tipo de control al individuo.

Aparece entonces una serie de variables relacionadas con el universo de acción para quien decide hacer ciencia y se estima, por otra parte, que en el estudio de relaciones causales entre dos variables predomina, justamente, este tipo de interés. La teoría planteada por Taylor (1911) es un ejemplo de cómo la motivación por lo técnico privilegia el desarrollo de conocimiento prescriptivo y normativo en el contexto del trabajo. Es más, Willmott (2003) sugiere que desarrollos conceptuales posteriores como, por ejemplo, los conceptos de cultura y flexibilidad, también fueron usados por los investigadores y teóricos de la TO para dar cuenta, en lo fundamental, del desempeño organizacional.

El segundo interés, en la generación de conocimiento, de acuerdo con Habermas (1997), es el práctico. Este resalta que, para cualquier forma de acción social es necesario partir del proceso de creación de significado de una realidad particular y que, en ese contexto, se posibilita el mutuo entendimiento de las personas de cierta forma. En otras palabras, este interés representa, mediante el análisis histórico y hermenéutico, la forma cómo en una situación particular las personas construyen un determinado entendimiento mutuo.

El tercer interés, en la generación de conocimiento, es el emancipatorio. Este tiene como propósito el estudio crítico de las relaciones humanas. Esto con el ánimo de proponer cambios que permitan la eliminación de sufrimientos innecesarios, derivados de las relaciones de dominación. En el contexto organizacional en particular, por ejemplo, el interés práctico en la creación de conocimiento busca generar un buen entendimiento entre las personas, mientras que el emancipatorio estudia de manera crítica las relaciones entre los individuos con el ánimo de eliminar, como ya se indicó, las dominaciones innecesarias. Haciendo esto, justamente, adquiere su naturaleza liberadora para el ser humano.

Alvesson y Deetz (2006), en concordancia con lo anterior, identifican cuatro grandes temáticas ideológicas en las que se ha concentrado la TC en el contexto de la TO. Estas son:

La naturalización del orden social: entendida como la forma de asemejar la organización a un objeto funcional que puede ser explicado como cualquier otro fenómeno natural, alejado de su contexto socio-histórico.

La universalización del interés de la dirección: que sobrepone en la organización el interés financiero, propio de una minoría, sobre los demás tipos de intereses, incluso, los de una mayoría, como los de los empleados. Esto gracias a la legitimación que le otorga el uso del poder organizacional.

El dominio del proceso de razonamiento instrumental: sugiere que el razonamiento técnico, vinculado al desempeño y la integración social al interior de la estructura organizativa, produce una tensión hacia la producción, en donde el control instrumental y los aspectos humanos legitiman la racionalidad de los objetivos organizacionales.

La fabricación de consentimiento: surge de la hegemonía de un grupo dominante que, por medio de mecanismos de influencia y control sobre las conductas, construye un determinado sentido ‘común’ al interior de la organización. Una vez allí, la diversidad cultural es disuelta por la fuerza de los valores y los principios corporativos.

La teoría de los estudios organizacionales

Respecto al anterior punto tenemos múltiples ejemplos, ya que si bien existe un núcleo de teorías que provienen de la administración, los estudios organizacionales se han enriquecido desde la teoría de la organización con planteamientos provenientes de diversas disciplinas, como la antropología, la sociología, la psicología, por mencionar algunas. A pesar de que han existido diversos esfuerzos por sistematizar esas teorías a efectos de que nuestra discusión sea provechosa requerimos un planteamiento solido sobre este asunto.

El término teoría siempre ha sido visto con sospecha, incluso existen áreas en las que a manera de descalificación se usa la máxima es un teórico. Pero ¿qué quiere decir teoría? La teoría es usada para describir ciertos fenómenos, frecuentemente indica un resultado particular ha sido predicho por la teoría pero no ha sido aún observado. Las teorías científicas tienen las siguientes connotaciones:

− Sistema hipotético-deductivo que constituye una explicación o descripción científica a un conjunto relacionado de observaciones o experimentos, es la connotación tradicional de teoría científica. Desde esta perspectiva la teoría está basada en hipótesis o supuestos verificados mediante metodologías rigurosas. Por lo general abarca varias leyes científicas verificadas y en ocasiones deducibles de la propia teoría. Estas leyes pasan a formar parte de los supuestos e hipótesis básicas de la teoría que englobará los conocimientos aceptados por la comunidad científica del campo de investigación y está aceptada por la mayoría de especialistas. En esta perspectiva, la teoría debe cumplir las siguientes características:

1) Lógica interna

2) Capacidad de ser completa: explicar todos los fenómenos bajo estudio conocidos sin que se quede ni uno.

3) Compatibilidad con la evidencia al momento en que se cree la teoría.

4) Plausibilidad natural (no incluir explicaciones misteriosas o sobrenaturales)

Los estudios organizacionales han estado alejados del planteamiento hipotético-inductivo, aunque no por ello debemos negar la posibilidad de que algunas de las teorías que usemos estén construidas de acuerdo a este tipo de teoría. Lo que ocurre es que se ha cuestionado la aseveración de que lo hipotético-deductivo sea la única vía para hacer ciencia. En especial, la ciencia social, a la que pertenecen los estudios organizacionales, es un campo de estudio que no puede estar restringido a las limitaciones impuestas por la teoría hipotético-deductiva. Ahora bien, el riesgo también se encuentra en confundir la teoría con recetas construidas para la acción en el ámbito organizacional, como lo hacen Clegg, Ibarra y Bueno.

De hecho, la sospecha que levanta la teoría de la organización es que sus objetivos están claramente delineados a proponer recetas que ayuden a los administradores a gestionar adecuadamente su organización. Sin embargo, estas deficiencias de la teoría de la organización, no descalifica la teoría hipotética inductiva, porque esta es un planteamiento que nos ayuda a establecer una explicación del fenómeno organizacional, pero su intencionalidad no es solucionar problemas o generar aplicaciones, estas son consecuencias del desarrollo de la teoría.

Dicho lo anterior considero que para la construcción de nuestras teorías requerimos retomar los siguientes aspectos de la teoría hipotético-deductiva: lógica interna, la estructuración de la teoría debe ser sistemática, evitando en lo posible las incongruencias; capacidad de ser completa: uno de las cuestiones que me ha parecido adecuada de los estudios organizacionales es que permite hacer una revisión global de una organización, considero que a diferencia de otros campos de estudios establecidos en una disciplina, los estudios organizacionales ofrecen la posibilidad de retomar diversas miradas para un objeto de estudio; compatibilidad con la evidencia, a pesar de que para mí fue un problema asumir la riqueza del estudio caso para la investigación, después de mi experiencia en el posgrado puedo afirmar que el realizar investigaciones basadas en estudio de caso nos ayuda a contrastar las teorías aprendidas en las clases y las lecturas con lo que podemos percibir y explicar de la percepción que nos ofrece la mirada hacia la organización real.

− Modelo: es un molde del objeto original que nos sirve para entenderlo y recrearlo de diversos modos. En la ciencia se usan diferentes tipos de modelos:

1) Replica: pretende copiar al referente de manera analógica.

  1. a) Concretas: reproducciones isomorfas a escala, como en las maquetas, mapas y maniquíes.
  2. b) Sustitución: uso de un sistema existente como modelo de otro de referencia, como el uso de ciertas partes de animales para entender a otros como el hombre.
  3. c) Experimental: manipulación deliberada de un sistema existente para emular al referente.

2) Figurativo: pretende identificar y abstraer los elementos cruciales o esenciales de un sistema para establecer las funciones que mejor definan la operación del sistema referente, se trata de analogías funcionales.

  1. a) Caja negra (modelo básico): se reconocer los componentes elementales del sistema y se establecen las entradas y salidas de cada uno para integrar un modelo funcional del organismo o sistema completo. El riesgo de estos modelos es que se consideren acabados, usado ampliamente en la cibernética.
  2. b) Esquema: formas, figuras, signos y conceptos que hábilmente combinados representan objetos y procesos naturales, el mejor ejemplo son las fórmulas moleculares.

About the author

Frank A. Peña Valdes

Profesor adjunto Escuela de Psicología, Facultad de Humanidades y Escuela de Orientación Educativa, Facultad de Ciencias de la Educación Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD. Licenciatura en Psicología, Maestría en Metodología de la Investigación Científica. Especialidad en Psicología del Desarrollo, Maestría en Desarrollo Humano, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Postgrado en Educación Superior, Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC). Estudios Doctorales en Psicología Social, Universidad Central de Madrid (UCM).

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