Carlos Torrealba Pacheco (Sin Permiso, 31-5-19)
En tiempos actuales la guerra paulatinamente, ha dejado de ser el enfrentamiento físico entre dos ejércitos, con armas convencionales. Hoy por hoy, la conflagración se inicia en la mente, se utilizan todo tipo de artificios, argucias y técnicas psicológicas para colonizarla, en este sentido los cañones son las grandes redes mediáticas y los carteles imperiales que manejan la información, e imponen matrices de opinión en el universo, además, de la existencia de laboratorios especializados en el manejo de la conducta humana (think tank) digitados por la CIA. La información de los medios puede presentar «una realidad, o una verdad ?, totalmente tergiversada a favor de determinados intereses», esto es tan cierto, que mediante la manipulación, con falsedades y triquiñuelas mediáticas podemos neutralizar a una persona potencialmente enemiga o convertirla en amiga. En el caso de Venezuela, la Revolución Bolivariana ha sido bombardeada mediáticamente desde sus inicios con incalculable cantidad de mentiras, manipulaciones, montajes y falsas noticias, etc; recordamos que en 1999, un actor imitando la voz del Comandante Chávez, prometía freír la cabeza de adecos y copeyanos, por lo que muchos huyeron despavoridos. También, inventaron que el Presidente Chávez: te quitaría tu casa, tus hijos, tu dinero y subliminalmente hasta la vida.
Al Presidente le indilgaron la culpabilidad de todos los males que podía padecer un ser humano, incluso, un cerebro gris llegó al extremo de idear que los bombillos ahorradores de energía eran grabadores «espías» de Fidel Castro y lo más inverosímil fue que doctores y postdoctores de la oposición los rechazaron por esa razón. Punto inflexión fue el año 2.002, cuando lograron dar un golpe de estado mediático, incluso esgrimiendo como argumento una «COMUNICACION DE RENUNCIA DEL COMANDANTE Chávez», que presentó el locutor Napoleón Bravo en T.V, que nunca existió. Con el golpe de estado y el subsiguiente sabotaje petrolero, los medios por más de 70 días emprendieron un implacable, despiadado ataque psicológico al pueblo y al gobierno , tratando de procrear el caos y una neurosis colectiva. El condicionamiento y daño mental que causó esta campaña es incalculable, si tomamos en cuenta que más de un 70 % de los medios audiovisuales tienen una línea editorial opositora, la cual es difundida en el mundo por las grandes agencias internacionales de «información’’. El grupo de personas hipnotizadas o idiotizadas por los medios aprueban y celebran todo daño que se le haga a la Patria de Bolívar; recuerdo con mucho dolor e indignación que en el 2,002, los anclas de Globovisión, «brincaban en una pata» y celebraban cada vez que se le daba una puñalada a la industria petrolera al paralizar tanqueros. En la actualidad, nos encontramos con grupos de «venezolanos» que aplauden toda la persecución, agresión y robo en contra de su patria realizada por los Estados Unidos y lacayos, lo que que constituye un CRIMEN DE LESA HUMANIDAD, violatorio de todos los principios y postulados de la Declaración Universal de los Derechos Humanos ; no obstante estas personas siguiendo las líneas de sus «líderes de oposición», claman por una intervención militar del imperio, ello es producto del embadurnamiento de la mente con las falacias que hemos señalado, el cual crea una coraza contra la verdad y la racionalidad, que solo le da credibilidad y certeza a los criterios y valores previamente establecidos por la campaña y propaganda opositora. Cómo se explica que personas «nativas de Venezuela», puedan estar apoyando una invasión militar a estas tierras?.
Es alarmante que algunos aprueben semejante barbaridad. Ante esta espeluznante realidad, hemos estudiado el comportamiento de ese sector opositor, aplicando métodos científicos de observación, realizando entrevistas, etc,. Para ilustrar lo afirmado anteriormente, señalaremos que encontramos dentro de este segmento personas que todavía creen en el montaje de los pistoleros de Puente Llaguno, hecho totalmente comprobado como una vil mentira. Igualmente, creen en las armas de destrucción masiva que detentaba Iraq, excusa para su invasión y destrucción, con saldo de millones de muertos, hecho que el mismo departamento de Estado de USA, de manera descarada, ha desmentido por ser una matriz de opinión falsa. En virtud de todo lo señalado hemos arribado a la conclusión de que el bombardeo mediático opositor, basado en montajes y falsedades de todo tipo, ha logrado crear en la mente de algunos de sus seguidores una predisposición contra la investigación y la búsqueda de la verdad; es totalmente irracional que una persona, pueda aprobar que el lugar donde se encuentra sea bombardeado, devastado, vuelto ruinas, con cientos de miles de muertos, entre los cuales pudiese incluirse ella, pues las bombas no tienen destinatario. En virtud de lo expuesto hemos llegado a la conclusión de que esas personas están afectadas de «IGNORANCIA PROGRAMADA», es decir, que en ellos actúa una suerte de tendencia psicológica, que le impide buscar, indagar y escudriñar en las informaciones recibidas , ya que tienen un profundo miedo a la verdad, por ello, no buscan otras fuentes, solo abrevan en aquellos canales comunicacionales de oposición que ratifican sus creencias, todo ello por el temor a descubrir sus errores o equivocaciones, ya sea por orgullo, amor propio, o en términos coloquiales » por no dar su brazo a torcer». La constante y sistemática, propaganda adversa al gobierno de Venezuela en la gran mayoría de los medios internos, reforzados por el ataque del cartel mediático mundial, digitado por los Estados Unidos y sus acólitos, ha logrado anular la racionalidad en este grupo de personas, que es la característica del ser humano que nos diferencia de los animales inferiores.
La ignorancia programada, por tanto se constituye en un tema que debe abordar la Psiquiatría y la Psicología Clínica, por las razones previamente expuestas, máxime si consideramos que en el mundo moderno tenemos como nunca en la historia, los canales comunicacionales idóneos para contrastar opiniones y criterios que nos permitan orientarnos hacia la verdad; bastaría con utilizar un teléfono inteligente y colocar «Invasiones de los Estados Unidos», para informarse de toda la devastación de países, crímenes, atropellos, etc, cometidos por U.S.A. a lo largo de la historia, por tanto, consciente o inconscientemente, es traidor(a) a la patria quien aupe intervenciones militares extranjeras, ello a tenor del artículo 129, del Código Penal Venezolano. En conclusión la ignorancia programada, demuestra tal y como lo señaló el filósofo Mark Twain que: «es más fácil engañar a una persona, que convencerlo de que fue engañado». Para finalizar, refiero dos pensamientos de nuestro Libertador Simón Bolívar: «Por la ignorancia nos han explotado más que por la fuerza». «Un pueblo ignorante es testigo ciego de su propia destrucción».
