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Ilegalidad internacional, la economía de EEUU y las elecciones de 2020

Written by Debate Plural

José R. Oro (Sin Permiso, 24-5-19)

 

Todo lo que leemos en los últimos tiempos refleja una explosiva y descontrolada ilegalidad en política exterior por parte del gobierno norteamericano. El 10 de mayo, la administración Trump hizo realidad su amenaza de aumentar los aranceles para productos importados chinos por valor de 200 000 millones de dólares a 25% desde el 10% anterior.

Trump adelantó que pronto pudiera haber una decisión sobre imponer la misma tasa del 25% a productos chinos por un valor de 325 000 millones adicionales, los que sumados a los anteriores cubrirían casi el 100% de la cantidad total de bienes que los Estados Unidos importaban de China en 2018.

Esto se suma a la aplicación completa de la Ley Helms–Burton a Cuba, anunciada el pasado 2 de mayo, de innumerables agresiones y sanciones contra Venezuela, Nicaragua, Irán, Rusia, la RPDC y muchos otros países, incluyendo en algunos casos a los más cercanos aliados estadounidenses.

Se ha insistido sobremanera en que la “exitosa” economía sería un factor determinante y decisivo en la posible reelección de Trump en 2020. Pero todos estos actos de desafío a las leyes internacionales se pueden reflejar en la economía estadounidense y, por consiguiente, en las elecciones de 2020. No solo generan repudio y condena moral en el mundo entero, sino que, en la práctica, dentro de los Estados Unidos hacen disminuir las posibilidades de reelección de Trump.

La guerra comercial contra China

¿Qué significa la elevación de aranceles contra los productos chinos? Mas allá de ser otro abuso flagrante de las leyes comerciales y en general de la convivencia internacional, es esencialmente un arancel 2.5 veces más alto que debe pagarse al Gobierno de Estados Unidos antes de que cualquier mercancía pueda salir de sus aduanas y entrar al país.

Pero aquí está escondida la falacia: las tarifas normalmente no son pagadas por la empresa exportadora, sino por el importador. En otras palabras, no las pagan los individuos o empresas de la RPCh, son empresas con sede en Estados Unidos las que están pagando por los nuevos aranceles, y luego pasan el gasto adicional a los consumidores estadounidenses.

Con la excepción del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que recoge los pagos arancelarios, pocos se benefician aquí. Un estudio realizado en febrero por la Asociación de Comercio Mundial1, con sede en Washington, D.C., estimó que el 25% de los aranceles sobre los bienes chinos costaría a una familia promedio de cuatro personas cerca de 2 300 dólares adicionales como promedio por año. También tienen el potencial de impactar en más de 2.2 millones de empleos estadounidenses, e implican el riesgo de desviar el comercio chino a otros mercados más seguros y confiables.

“Desde cualquier punto de vista, la imposición de aranceles por parte de los Estados Unidos al acero, aluminio, vehículos de motor y sus componentes (importados de China) es una pérdida neta para la economía estadounidense y los trabajadores estadounidenses”. Los trabajadores “experimentan mayores pérdidas que ganancias”, concluye el informe.

Seguridad de los mercados bursátiles, en su nivel más bajo en 10 meses

El valor de las acciones cayó bruscamente el lunes 13 de mayo, con el NASDAQ2 teniendo el peor día del año, después de que China decidiera aumentar los aranceles sobre algunos productos estadounidenses en la medida en que se intensificaba la guerra comercial en curso entre las dos economías más grandes del mundo.

El Dow Jones3 cayó 617 puntos, o casi 2.4%. El S&P 5004 también bajó 2.4%. El índice NASDAQ se hundió 3.4%. Los índices cayeron por la tarde después de que el presidente Trump dijo que podría incluir en los mismos aranceles unos 325 000 millones de dólares adicionales en mercancías chinas. “Creo que esto es un preludio de las cosas que vendrán”, dijo Phil Blancato, director ejecutivo de Ladenburg Thalmann Asset Management, en entrevista con la BBC. “Debemos esperar más volatilidad de las bolsas de valores en el futuro previsible”.

China, por su parte, elevará los aranceles, afectando importaciones estadounidenses por un valor de 60 000 millones, a partir del 1 de junio. Las mercancías destinadas incluyen una amplia gama de productos agropecuarios. El daño al sector agrario de los Estados Unidos podría ser devastador, con un impacto político nada despreciable.

Los 20 primeros estados productores/ exportadores agrícolas y su voto en las elecciones 2016.

Todo este clima afectó a las grandes empresas. Las acciones de Caterpillar bajaron 4.6% mientras que Apple cayó 5.8%. United Health Group y Chevron son los dos únicos miembros de Dow Jones que han tenido ganancias desde que las tensiones comerciales se incrementaron en los últimos días.

En general, los mercados accionarios estadounidenses han visto reducido su valor en 1.2 billones de dólares. Las agresivas medidas contra China y otros países también afectan a sus más cercanos aliados. El índice Nikkei 225 (Tokio) disminuyó 0.7% el lunes. Las Bolsas europeas también cayeron, el índice STOXX 600 (Bolsa Europea propiedad del Deutsche Börse) cayó 1.2% y el DAX alemán bajó un 1.5%. El rendimiento de los bonos de la Tesorería a 10 años de madurez disminuyó 2.39% el lunes, mientras que la tasa de 2 años bajó 2.17%. El índice de volatilidad de CBOE (Chicago Board Options Exchange, que opera acciones a futuro), cuyo crecimiento se considera el mejor indicador de temores en el mercado, aumentó 4.24 puntos a 20.28, algo que no se veía desde el 2015, y se espera que crezca.

A continuación se presentan tres gráficos mostrando analogías que pudieran indicar que se avecina una recesión que pudiera ser de niveles significativos. ¿Se proyecta que el crecimiento de manufactura de Estados Unidos se detenga o disminuya? Cada ciclo de incremento de intereses por la Reserva Federal (FED) ha precedido históricamente a una desaceleración en la industria estadounidense. ¿Ahora también?

El crecimiento de las tasas de interés federales comenzó con la elección de D. Trump y se aceleró tras su toma de posesión como presidente ininterrumpidamente hasta la fecha.

El índice de manufactura ISM (Institute for Supply Management – Instituto de Gerencia de Suministros) para Estados Unidos cayó bruscamente en abril a 52.8, contra 55.3 en marzo. Si este índice cae por debajo de 50.0, indica una desaceleración que podría ser catalizada por el encarecimiento de componente hechos en la RPCh debido al crecimiento arancelario del 10% al 25%, afectando a unos dos millones de trabajadores industriales estadounidenses.

Cada ciclo de incremento de la tasa FED desde la década de 1950 ha precedido a un retroceso industrial Y estos coincidieron con una recesión económica. Las probabilidades se calculan utilizando la relación del rendimiento de los bonos a 10 años y los bonos a tres meses. Según el informe más reciente de la FED, la probabilidad de que haya una recesión de ahora a abril de 2020 aumentó a 27.49%, su valor más alto desde septiembre de 1999. La probabilidad de una recesión estadounidense en los próximos 12 meses ha superado los niveles previos a las crisis del 2001 y del 2008.

Reflejo en las posibilidades de reelección de Trump

La guerra comercial de la Casa Blanca contra las importaciones chinas es desventajosa económicamente para China, pero muchísimo más perjudicial para Trump en el plano político. Su estrategia de reelección se basa en dos puntos principales, mostrar la bonanza económica de los Estados Unidos, supuestamente fruto de su gobierno, e infundir miedo al “socialismo”. Pero la primera es más importante para el electorado, y si da muestras de fallar o ser incierta, una cantidad significativa del atractivo de Trump para los votantes desaparecerá como por ensalmo.

Como es bien conocido, en los EE.UU. no decide el voto popular, sino el de los colegios electorales de los estados. Trump recibió en el 2016 exactamente 2 868 686 votos menos que Hillary Clinton, una candidata de poco atractivo, y fue electo con el 46.1% de los votos. Hillary perdió con el 48.2%. ¡El ganador sacó 2.1% menos en la votación popular! En las presidenciales de 2016 se impusieron los estados, no los votantes.

De los 304 votos electorales que recibió Trump para ser electo en 2016, un total de 194 provinieron de estos 20 estados de potente sector agrícola, en 16 de los cuales Trump ganó. Hillary Clinton gano en 4 de esos estados.

Como se observa en la tabla, 5 estados agrícolas con un total de 86 votos electorales fueron ganados por Trump por muy estrecho margen. Si a ello añadimos estados como Arizona y Montana, precarios para Trump (por otras razones) en el 2020, y Ohio, donde el apoyo a Trump ha bajado mucho, los afectados por una drástica reducción de las exportaciones agrícolas a China pueden exceder un tercio del total de votos electorales que recibiera Trump en la contienda del 2016.

A pesar de la tensión (o quizás a causa de ella) entre las dos economías más grandes del mundo, Trump y el presidente chino Xi Jinping se reunirán en la Cumbre del G-20 de junio en Japón. También se prevé una reunión entre Trump y el presidente ruso, Vladimir Putin.

El costo político

Acciones como las que ha decidido y amenaza escalar la administración Trump, cerrando al sector agrícola el enorme mercado chino, no permitiendo vender a crédito al mercado cubano e implementando en todo su canallesco poder la Ley Helms-Burton o las sanciones económicas contra Venezuela, que obstaculizan sus compras de alimentos, crean un rechazo muy grande en los estados agrícolas, que por vasta mayoría eligieron al actual presidente norteamericano en 2016.

A esto se suma el impacto económico en los mercados de la gran industria, el aumento promedio en costos de 2 300 dólares anuales a una familia de cuatro personas en Estados Unidos, y el temor de que unos dos millones de empleos dejen de ser competitivos por falta de componentes hechos en China.

Todo ello es evidencia de que el repetido hasta la náusea concepto de que Trump sería “fácilmente reelecto en el 2020” por su “éxito económico” no es tan exacto, sino más bien una de las grandes falacias de la “canalla mediática” que intenta presentar como inevitable la consolidación en el poder de las fuerzas del fascismo estadounidense representadas por el actual presidente.

Pero no se puede ocultar la caída de un mercado de decenas de miles de millones para los productos agrícolas estadounidenses, o el hecho de que cada familia promedio de cuatro personas vea incrementados sus gastos en 2 300 dólares anuales, que dos millones de trabajadores contemplen en peligro la competitividad de sus productos, el deterioro de los principales indicadores económicos, qué podría ocurrir si estos aranceles se mantienen o incluso se extienden a productos chinos por 325 000 millones de dólares, si no se deja vender productos agrícolas a Cuba y Venezuela, si se arriesga una guerra con Irán, o una invasión a Venezuela.

Ninguna de esas acciones o agendas pasa con impunidad y sin efectos políticos severos. Todo ello se pagaría el 3 de noviembre del 2020 y D. Trump y su equipo deben saberlo.

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