Nacionales Politica

In memoriam de Lipe Collado (41)

Written by Debate Plural

Catadura intuitiva del sanjuanero Danilo Medina

Lipe Collado (Hoy, 14-3-14)

Decenas de miles –entre centenares de miles- de los que votamos para presidente por Danilo Medina, y otras decenas de miles de los que votaron para Presidente por el gurabeño Hipólito Mejía, o simplemente contra el primero, fuimos de pensamiento corto al no asumir con la inteligencia necesaria que salvo el siempre mal recordado Joaquín Balaguer, Medina había sido el único político con amplia experiencia de mando ejecutivo de Estado que sería presidente por primera vez.

Medina fue Presidente de la Cámara de Diputados por varios períodos y co-presidente de la República – un Presidente sombra- en los dos primeros períodos de gobierno del Presidente Leonel Fernández, hasta que renunció de Secretario de Estado de la Presidencia, abandonó el Palacio Presidencial y se fue en procura de una candidatura partidaria a la que apabulló el liderazgo carismático, los éxitos de gobierno y los naturales recursos materiales disponibles de Fernández, que el derrotado sintetizó en una frase que desgajaba sólo uno de los factores: “El Estado me derrotó”.

Este político Medina era el único ducho de unos 15 años en asuntos de Estado, y sobre todo un súper ducho de más de 8 años en el día a día de la ejecución presidencial palaciega, pero su estilo acarismático y sus más que torpes consignas de Continuar lo que Está Bien, Corregir lo que está mal y Hacer Lo que Nunca se ha Hecho, –pesadas, oscuras, anticonsignas…- como que nos llevaron a pensar que haría un gobierno que en el mejor de los casos sería mediocremente favorable.

Aparte de que tuviera las garras afiladas de un liderazgo estructural intra partidario de larga data, y fuera favorecido por los naturales y también los suspicaces errores de Hipólito Mejía, hubo que montarlo “a caballito”.  Casi derrengadas, bestias de la política lo llevaron y sentaron en la silla presidencial.

Muy a pesar de la experiencia analítica –pertenecemos a una escuela del pensamiento crítico de los años de finales de los sesenta y de todos de los setenta- nos equivocamos de medio a medio al inferir por deducción lógica un previsible mal gobierno debido a las faltas de condiciones a ojos vistas y la ausencia de adornos carismáticos de Medina.

Entroncó su aprendizaje ejecutivo en la presidencia de la Cámara de Diputados con su Presidencia de la República sombra de súcubo del Presidente Fernández y probablemente fue cuando se convenció de que “las cosas de Palacio caminan despacio”… por la burocracia o por las conveniencias.

Aunque lambones que lo adversaron como que se lo aplauden, a mí no acaba de convencerme su estilo de espacios de dudas fermentadas en las dualidades que cambian en la dirección de un nuevo viento, a menos de que él me de pistas de que trabaja con los recetarios de los famosos brujos de la provincia líder del ocultismo dominicano, su natal San Juan de la Maguana, la tierra de mi apellido Collado.

Tal vez no lo estén ayudando los brujos sanjuaneros sino su desarrollado ser íntimo intuitivo, su Demiurgo personal y político, que le ha venido a bien hasta cuando el tiro le ha salido por la culata. Como que se hace el “amemao” en los asuntos sórdidos. Vacila. Duda. Como que consulta a su Demiurgo por demasiado tiempo. A su ser íntimo, el que compensa sus carencias. El Demiurgo que lo hace aparecer “dinámico, pero no nervioso”, “firme, pero no terco”.

Danilo mira para arriba y mira para abajo, mira a su izquierda y mira a su derecha, y mira a sus espaldas y después mira a su parte frontal antes de decidirse… y de repente resuelve -sin resolver enteramente- aquello que columpió a la dominicana.

Todavía le da vueltas con un cucharón de palo de los brujos sanjuaneros al caldo del sancocho prieto de sus siete carnes políticas: reglamento de regularización de extranjeros, reforma del código laboral, impuesto a las placas de vehículos de motor, aumento del pago de los peajes, Loma Miranda, el caos del tránsito vehicular… y sus perspectivas de reelección.

El tipo como que va despacio, “amemado”, carente de convencimiento íntimo… Como que está esperando a su Chapulín Colorado, su ahora enmudecido Demiurgo.

¿Hacia dónde lo llevaran esos caminos y estilos?

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