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¿La independencia de Núñez de Cáceres?

Written by Debate Plural

Santiago Castro Ventura (Hoy, 22-12-10)

El eximio intelectual Tirso Mejía Ricart ha publicado un interesante artículo en Hoy relacionado con la denominada “independencia efímera”, cuestionando que discurriera desapercibido su aniversario el 1 de diciembre a propósito de la conmemoración del bicentenario de la independencia de América. Con todo el respeto que me merece Tirso, me permito disentir de sus criterios. Aunque en el manifiesto de José Núñez de Cáceres se proclama “la independencia”, los documentos históricos aclaran que en realidad se trató de una estratagema de la oligarquía esclavista de Santo Domingo, que perseguía neutralizar el poderoso proyecto anti-esclavista auspiciado por el Presidente haitiano Jean Pierre Boyer, que desde mediados de noviembre de 1821 ocupaba sin previa resistencia armada las zonas Sur y Norte.

La tenencia de esclavos representaba un bien mueble primordial en aquellos tiempos, el valor de estos “ejemplares de la raza humana” excedía con creces el precio de cualquier ejemplar de las razas bovina o equina. Los propietarios de esclavos contaban con una magnífica inversión económica, se trataba de una mercancía de incalculable valor de cambio.

Núñez de Cáceres y sus colegas tuvieron la oportunidad de respaldar al inmenso Simón Bolívar cuando cinco años atrás (1816) se estacionó en la isla Beata procedente de Haití, donde había recibido el respaldo del Presidente Petion. No obstante, estos señores refrendaron las medidas de contingencias del gobernador español Urrutia contra una posible incursión del “pirata Bolívar”. En esos momentos difíciles El Libertador estaba cerca, muy cerca en la Beata, pero no existe ningún testimonio o documento que muestre algún indicio de contactos de Núñez de Cáceres con el entonces “fugitivo de Cartagena”. Obviamente en esos instantes no estaba en peligro la comercialización y tenencia de esclavos. Transcurrió un lustro sin ningún contacto entre Bolívar y Núñez de Cáceres, como lo confirmó Vicente Lecuna experto en la bibliografía del Libertador.

¿Cuál era el propósito del movimiento del 1 de diciembre de 1821? Impedir que el remolino de la invasión haitiana (hábilmente revestido con la bandera del anti esclavismo) ocupara a Santo Domingo y arruinara a los propietarios de esclavos, introduciendo el eufemismo de un “nuevo Estado” aliado de Bolívar, tradicional amigo de los haitianos. Boyer tenía un proyecto muy definido y no mordió el anzuelo.

¿Especulamos? No, el propio Núñez de Cáceres en varias oportunidades se encargó de dilucidar este tema ante la historia. Veamos uno de esos comentarios publicados en abril de 1822: “Yo respondo que los movimientos de la independencia empezaron el 8 de noviembre en Dajabón, en Velez (Beler, S.C.V) y Montecristi y que la capital no hizo otra cosa que salirles al encuentro, con las puras y leales intenciones de conjurar la nueva furiosa tempestad que reventó en aquellos lugares, y que en breve se hubiera propagado hasta llegar a nosotros tal vez mucho más cargada de funestos materiales recogidos en su tránsito”. (Gustavo Mejía Ricart. Historia de Santo Domingo. Instituto de Investigaciones Históricas. 1956. Vol. VIII página 411).

Los propietarios de esclavos trataron de frenar con un subterfugio político el arrollador movimiento pro-haitiano que avanzaba desde el Norte. Hay que recordar que la mayoría poblacional era constituida por negros esclavos, negros libres y mulatos. Boyer escogió el estandarte más espléndido la liberación de los esclavos, acto que se efectuó en la Plaza de Armas (parque Colón) donde fue implantada la palma de la libertad.

Los «libertos de la palma» siempre se manifestaron orgullosos de este título.

La manumisión fue la bandera que logró mantener la cohesión de la isla a través del régimen haitiano durante 22 años, hasta el extremo que el propio Duarte fue imputado por Charles Herard Riviere en 1843 de formar un bando pro-Colombia (en la Colombia por motivos coyunturales se permitía la esclavitud, aunque con limitaciones) con el fin de buscar el respaldo de la mayoría de la población que abominaba la esclavitud.

Incluso cuando se proclamó la República uno de los primeros decretos fue emitido para advertir que la esclavitud no sería reimplantada. Era un argumento muy poderoso en aquellos tiempos, recordemos que de manera increíble Pedro Santana al formular su acusación de “traición a la patria” contra Duarte también lo inculpó de organizar un bando pro-Colombia. Finalmente debemos rememorar uno de los aspectos centrales de nuestra Guerra Restauradora y fue precisamente el temor de los dominicanos a la reimplantación de la esclavitud.

Sencillamente la proclamación de la República fue consecuencia de las ardorosas tareas de Duarte, con fecha exclusiva en el momento de la Separación el 27 de febrero de 1844 y su reafirmación el 16 de agosto de 1863.

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