Nacionales Politica

Parar la reelección; sacar al peledé del poder

Written by Debate Plural

Guillermo Moreno (D. Libre, 12-11-18)

 

Danilo Medina y su facción política dirigen todos sus pasos, como quien sigue los actos de una obra de teatro, a modificar la Constitución y abrirle paso a su reelección para un tercer mandato.

En ese propósito, el temor de los danilistas no es la facción de Leonel Fernández que amenaza rugir como león y siempre termina huyendo como gato asustado, sino, la reacción de la ciudadanía.

Para la facción de Danilo Medina sí fue una sorpresa de último minuto contar en la aprobación de la Ley de Partidos con el apoyo de los diputados de los partidos revolucionario moderno y reformista, desconociendo éstos el pacto hecho en el bloque de partidos de oposición.

En la farsa montada por la facción de Danilo, nada es casual.

La ley de partidos fue promulgada el 13 de agosto e inmediatamente, como quien está al acecho, Danilo Medina anuncia, en el programa de Jatnna Tavarez, difundido el pasado 19 de agosto, refiriéndose a la reelección que “…nosotros decidimos hablar de ese tema en marzo del año que viene y en ese momento yo fijaré mi posición ante el país”.

Para Danilo Medina, esa declaración, hecha oportunamente a mediados de agosto, prometiendo una definición para 8 meses después, delimitaba el plazo en el que se proponen crear las condiciones internas en su partido y en el andamiaje constitucional para montar su reelección.

Sin dudas, esta declaración obligó a muchos a despertar. Al escucharla se dieron cuenta que Danilo Medina, así como mintió en el 2012, al afirmar reiteradas veces que no se reelegiría, de nuevo estaba faltando a la palabra empeñada en la campaña de 2016 cuando repitió que de ser reelecto este sería su último mandato.

Danilo Medina, colocado como está por encima de la Constitución y las leyes, no siente ningún rubor al decir que él va a fijar en marzo de 2019 su posición sobre el tema de la reelección, a pesar de que de modo expreso la Constitución establece la prohibición de una segunda reelección presidencial.

En las últimas semanas, la facción danilista estuvo concentrada en la reunión del Comité Central del peledé a fin de imponer, como acaba de lograr, que la elección de los candidatos se haga mediante primarias abiertas.

El resultado de la reunión del Comité Central superó lo previsto por el danilismo. Después de más de seis meses manifestándose en contra de las primarias abiertas, Leonel Fernández termina siendo quien propone la aprobación de las primarias abiertas, adoptadas a unanimidad en una reunión que duró menos de 10 minutos.

Y para que no haya dudas, 48 horas después una comisión de la facción danilista se presenta a la JCE y deposita la decisión del Comité Central, ignorando los alegatos de los leonelistas sobre la consulta de las bases y modificación de los estatutos. Quedaron, sencillamente, como perico en estaca.

La pregunta obligada es por qué razón la facción de Danilo Medina se empeña tanto en las primarias abiertas ¿No le sería más fácil, con el dominio que tiene de su partido imponerse por unas primarias cerradas o una convención de delegados?

Con las primarias abiertas Danilo Medina está buscando legitimar su segunda reelección, pues tiene conciencia de que una nueva modificación de la Constitución será un proceso traumático y un eventual tercer mandato tendrá una legalidad constitucional cuestionada.

Danilo Medina busca con las primarias abiertas que su candidatura sea una especie de elección anticipada avalada en una participación ciudadana plebiscitaria para lo cual utilizará todo el poder y recursos del Estado.

La facción de Danilo Medina luego del triunfo en la reunión del Comité Central tiene nuevos bríos en su laborantismo reeleccionista. Las declaraciones a favor de la reelección de los diputados Miriam Cabral y Elpidio Báez así lo evidencian.

No es un secreto que hay diputados de los partidos revolucionario moderno y reformistas que en los pasillos del congreso muestran sus simpatías para una modificación constitucional, con la excusa de la unificación de las elecciones.

Se avecina pues un escenario convulsivo para la institucionalidad y legalidad democráticas del país. Por eso, hay que parar la reelección antes de que se produzca. Cerrarle el paso para que no pueda avanzar. La cruda realidad es que ante partidos con representaciones congresuales tan maleadas, cualquier cosa puede suceder. Por eso, solo la articulación de una voluntad ciudadana y de sectores sociales y políticos movilizados contra la reelección podrían detener este azaroso proyecto continuista de Danilo Medina.

Pero no es suficiente con derrotar la reelección. Hay que ir más allá y sacar al peledé del poder para poder hacer el cambio democrático.

Mientras el peledé gobierne no habrá solución para ninguno de los graves problemas que afectan a la sociedad dominicana. Y es que en el peledé no hay una facción mala y una facción buena. Todas tienen en común la reproducción de un modelo de ejercicio del poder que se afinca en la depredación del patrimonio público para el enriquecimiento ilícito y una cada vez mayor concentración de la riqueza.

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