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Reflexiones sobre el pensamiento de Fidel Castro (1)

Fidel Castro, Sierra Maestra
Written by Debate Plural

Jose L. Centella (Rebelion, 22-8-18)

 

Vivimos momentos excepcionales en los que se hace necesario aprender de las experiencias históricas y aproximarse a las enseñanzas de quienes fueron capaces de abrir camino en la siempre difícil lucha por la liberación de los pueblos frente al imperialismo.

De esta manera, la reciente celebración del FSP ha sido una ocasión adecuada para reflexionar sobre la aportación de Fidel Castro a la teoría y acción revolucionaria.

Cuando Raúl Castro leía en la Plaza de la Revolución de Santiago de Cuba la ley por la que se prohíbe emplear el nombre de Fidel Castro para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles y otros lugares públicos, así como también usar su nombre para cualquier tipo de condecoración, reconocimiento o título honorífico, impidiendo utilizar su imagen para erigir monumentos, bustos, estatuas, tarjetas conmemorativas y otras formas similares de homenaje, no hacía otra cosa que plasmar la voluntad y la ética política de un Fidel que siempre puso en primer plano la difusión de sus ideas, por encima de cualquier otra cuestión, por eso, mientras en Cuba no se encuentran estatuas, calles, plazas con el nombre de Fidel, sí podemos encontrar en cada rincón de la Isla, miles de frases, pensamientos, reflexiones de Fidel.

Por ello el mejor reconocimiento que podemos hacer a Fidel Castro es interiorizar en nuestro trabajo diario lo que refleja su definición de Revolución en el sentido de que:

“Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender los valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”.

En este sentido, esta modesta aportación que no pretende ser una análisis completo del pensamiento de Fidel Castro, sino dar una serie de pinceladas que nos sirvan de referencia en nuestro trabajo diario, con esta idea, me centrare en dos cuestiones que entiendo están de plena actualidad, las enseñanzas de Fidel sobre la necesidad de un tener un instrumento político para la acción revolucionaria y sus aportaciones para situar el concepto de Dignidad como un arma que fortalece a los pueblos en su lucha contra el imperialismo.

De forma previa, en relación con el concepto de revolución, creo que una de las claves que hacen de Fidel uno de los revolucionarios mas importantes de la historia, es como supo entender la dialéctica como la base de la estrategia y como señalo el dogmatismo y el sectarismo como uno de los mayores peligros de todo proceso revolucionario.

Fidel entendió y aplicó, como nadie que la dialéctica nos lleva a que unos problemas cuando se resuelven traen otros diferentes y que la solución de primer problema nos deja enseñanzas que nos sirve para seguir avanzando, pero que no pueden repetirse las mismas fórmulas de una forma mimética, por muy buen resultado que dieran en su momento, porque cambiando la coyuntura tiene que cambiar la respuesta, desde esta enseñanza podemos referirnos a cómo actuar en este momento en la elaboración de las políticas económicas, de manera que un Gobierno que en este momento esté realizando un proceso de transformaciones sociales, revolucionarias no puede aplicar las mismas políticas que se podían aplicar en el siglo XX cuando existen dos mercados paralelos, el capitalista y el que habían creado los países socialistas en torno al COMECON y que tenía reglas diferentes.

En este momento, si un estado necesita recursos para atender las demandas de su pueblo, no tiene mas remedio que adquirirlo en el exterior y para ello no tiene mas remedio que acudir al mercado capitalista que es único en el planeta, lo que obliga a acometer reformas que permita salvaguardar las conquistas revolucionarias, mantener el control de los sectores estratégicos de la sociedad y la economía y asegurar el mantenimiento de valores socialistas.

I. Sobre la necesidad de tener un instrumento político y el papel que tiene que desarrollar para afrontar con éxito el proceso revolucionario.

Podemos empezar poniendo en valor lo que Fidel planteaba cuando se creaba el Partido Unido para la Revolución Socialista de Cuba en el sentido de que para afrontar los retos que planteaba el desarrollo de la Revolución, era necesario contar con una fuerte y disciplinada organización, añadiendo que esta necesidad se hace mas evidente en la medida que avanza el proceso revolucionario y surgen tareas cada vez mas difíciles y complejas.

Es necesario una organización que sea parte del pueblo, que viva las necesidades, los anhelos, las esperanzas, las dificultades y las ilusiones del pueblo, pero sobre todo se necesita construir una unidad asumida de forma consciente, que se una a la disciplina responsable.

Una organización que nace del pueblo, que se enriquece del saber popular, que tiene que ser transformada en impulso revolucionario.

De esta manera, con estos principios Fidel dirige la construcción de una organización unida y revolucionaria que partiendo del Movimiento 26 de Julio que surge en un primer momento como un movimiento campesino que se enriquece con la incorporación de otras fuerzas que representan obreros y obreras, sectores universitarios e intelectuales y miles de cubanas y cubanos que no habían militado en ningún partido y que entendieron la necesidad de unir esfuerzos para construir una Cuba en la que los hombres y mujeres pudieran ser libres y dueños de su futuro, fuera sumando al PSP y al Directorio, hasta culminar el 3 de octubre de 1965 con la fundación del actual Partido Comunista de Cuba.

De esta manera, siendo conscientes de que ningún proceso puede transportarse ni en el tiempo, ni en el espacio, y que por tanto cada proceso tiene sus características propias y su propia dinámica, si tenemos que aprender que sean cuales sean los inicios y las características de los procesos, los componentes que lo desarrollan, tiene que haber un momento en el que se plantee la necesidad de dotar a los instrumentos políticos que dirigen los procesos revolucionarios de las características que definía Fidel y que pueden verse reflejadas en las 17 propuestas sobre cómo desarrollar estos instrumentos políticos que se plantean como conclusiones en el documentos llamado el Consenso de Nuestra América.

Desde las aportaciones de Fidel a la creación del instrumento revolucionario, podemos pasar a los que nos plantea sobre la función de las fuerzas revolucionarias, en el sentido de orientar hacia la creación de conciencia revolucionaria, porque los sacrificios que comporta una tarea tan dura como es la construcción de una sociedad nueva, confrontando los ataques del imperialismo, no se pueden imponer por la fuerza, sino que tienen que partir del convencimiento que lleva al pueblo a asumir los valores de la solidaridad, lo colectivo por encima del individualismo insolidario.

Fidel señalaba que nadie puede explicarse que el pueblo cubano hubiera soportado los duros años del Periodo Especial, si no hubiera adquirido una gran conciencia revolucionaria y un profundo sentido de la solidaridad, por eso, desde el primer momento de la preparación de la Revolución en México, Fidel tenia claro que junto a la mejora de las condiciones de vida del pueblo, tenia que producirse una concienciación que fuera sustituyendo los valores del capitalismo por los valores revolucionarios y aún en la duras condiciones de vida de la sierra siempre se tenia presente que el ejemplo era la mejor arma para ganarse la confianza y el apoyo del pueblo cubano.

Por ello Fidel acertaba cuando señalaba en pleno Periodo Especial que la batalla de las ideas era tan importante como la batalla por la producción y el desarrollo económico, acompañando las dos cuestiones, ya que un pueblo que mejora las condiciones materiales de vida sin mejorar su nivel de conciencia termina perdiendo su concepto de clase, y un pueblo al que solo se le envían discursos y buenas palabras sin ver como mejora su realidad diaria, pronto se cansa y abandona la lucha.

Esta cuestión es fácil escribirla y analizarla “a toro pasado” pero la clave es ser capaces de tomar decisiones que solo se entienden si se supera el corto plazo y se le da una visión estratégica que conjuga el corto, con el medio y el largo alcance, cuestión que nos hace entender como en pleno Periodo Especial, cuando la urgencia era la propia supervivencia física y encontrar la cosas mas básicas, Fidel nunca descuidó la batalla de las ideas, la necesidad de dedicar recursos a la explicación de los principios ideológicos, porque era consciente de que si la urgencia material, hacia olvidar lo fundamental de seguir desarrollando la conciencia revolucionaria de un pueblo la batalla se perdería.

De esta manera el pueblo cubano resistió para sorpresa del mundo entero y desesperación del imperialismo, porque entendió lo que se jugaba, porque comprendió el valor de los sacrificios para asegurar el futuro de las generaciones venideras.

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